Titulado "Chinampa Veneta", la exposición mexicana para la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura – La Biennale di Venezia busca promover la reflexión sobre cómo habitamos, cultivamos y diseñamos el mundo que compartimos. Ante la crisis ecológica global, el proyecto llama la atención sobre las chinampas, un antiguo sistema agrícola mesoamericano con más de cuatro mil años de historia. Este conocimiento ancestral, que entrelaza paisaje, infraestructura y técnica, se reimagina en el contexto de la Biennale, activando un ambiente vivo dentro de la ciudad de Venecia. El Pabellón Mexicano consta de dos "representaciones", una ubicada en el Arsenale y la otra construida sobre agua.
Desde el diseño de interiores de establecimientos para la práctica deportiva hasta espacios de bienestar, la arquitectura contemporánea continúa experimentando con la incorporación de diferentes usos, instalaciones y materialidades que permitan expandirse a públicos amplios, generar nuevas espacialidades y potenciar el desarrollo de diferentes actividades en simultáneo. Si bien cada deporte demanda su propio tipo de arquitectura como por ejemplo el entrenamiento de escalada, desde Australia hasta Países Bajos, profesionales de la arquitectura y el diseño apuestan por crear atmósferas donde el ejercicio se vuelva más que una experiencia física sino también psicológica, conectando la mente y el cuerpo con un estado de renovación física, distención y sociabilidad.
Contar una obra de arquitectura es siempre un desafío. Las imágenes de un proyecto, por más acertadas o espectaculares que sean, muchas veces dejan fuera de la vista todo el proceso que las hizo posibles. El registro de esos procesos —la "cocina" arquitectónica— es, sin duda, una parte fundamental de cualquier obra. Y lo es aún más cuando tanto el proyecto como su metodología de ejecución se alejan de las formas convencionales. Este es el caso de la obra construida por Susana, encargada de una finca sin experiencia previa en construcción, que asumió el encargo y lo llevó a cabo por su cuenta, guiada únicamente por las instrucciones que el arquitecto del proyecto, Manuel Ocaña, le enviaba por WhatsApp.