
En su última presentación de TED, Thomas Heatherwick critica una condición que afecta a las áreas de la ciudad definidas por edificios monótonos, o lo que él llama "una epidemia de aburrimiento". Reconociendo la funcionalidad que impulsó estos diseños, afirma que la funcionalidad por sí sola no puede garantizar que las estructuras se conviertan en partes activas de la vida urbana, ya que a menudo no logran provocar una respuesta emocional de los transeúntes. Heatherwick explica que, en su opinión, esta función emocional, o la capacidad de los edificios para significar algo para sus usuarios y visitantes, es esencial. Cuando tiene éxito, la arquitectura puede contribuir positivamente a la calidad de vida y el bienestar de sus residentes, promover la cohesión social y contribuir a un sentido de identidad. Entonces, ¿cómo puede la arquitectura provocar una conexión emocional positiva y proporcionar un telón de fondo agradable a las comunidades a las que sirve?