Lina Bo Bardi / Preliminary Study – Practicable Sculptures for the Belvedere at Museu Arte Trianon, 1968. Credit line: Doação Instituto Lina Bo e P.M. Bardi, 2006. Cortesía de MASP.
Aldo van Eyck y Lina Bo Bardi fueron dos figuras subversivas. Sus visiones de colectividad y juego, aunque aplicadas en estructuras muy distintas, tenían como principal punto en común una idea de arquitectura que va más allá del diseño. Un espacio que se hace vivo por la apropiación, por el movimiento y por el intercambio. Desde los parques infantiles holandeses hasta el museo paulista, los ideales de los arquitectos se entrelazan, fortaleciendo la idea de una arquitectura donde cualquier persona se convierte en niño.
¿Y si la mejor forma de jugar no fuera la más segura? Durante décadas, las ciudades han construido parques infantiles limpios, coloridos y fáciles de supervisar. Sin embargo, estos espacios—diseñados más para tranquilizar a los adultos que para despertar la curiosidad de los niños—suelen despojar al juego de lo que lo hace realmente transformador: el riesgo, la imprevisibilidad y la autonomía. Los crecientes estándares de seguridad, la reducción del espacio público y la comercialización del equipamiento han limitado aún más las posibilidades de la exploración independiente. Desde un solar en ruinas en la Copenhague de los años 40 hasta los paisajes de hormigón en el Ámsterdam de la posguerra, arquitectos, urbanistas y activistas se atrevieron a desafiar la idea de que el juego debía ser limpio y controlado. Sus propuestas poco convencionales—hechas de materiales sueltos, formas abstractas y recursos improvisados—ofrecieron a los niños la libertad de construir, demoler, explorar y ensuciarse.
Play Landscape be-MINE / Carve + OMGEVING. Image Courtesy of Carve
Los parques infantiles son instrumentos espaciales a través de los cuales la sociedad proyecta sus expectativas sobre la infancia, poniendo a prueba los límites entre control y autonomía, exposición y protección. Regulan cómo los niños se relacionan con el espacio, con los demás y con sus propios cuerpos, codificando —muchas veces de manera invisible— normas sociales, miedos y aspiraciones. En este sentido, los parques infantiles no son espacios periféricos de ocio; son construcciones políticas moldeadas por ideologías específicas sobre qué es la infancia y cómo debería desarrollarse. Desde 1989, el derecho al juego ha sido reconocido formalmente en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, afirmando que el juego es una parte fundamental del desarrollo humano. Diseñar un parque infantil no consiste solo en trazar líneas en un plano o instalar equipamiento en un parque; es definir las condiciones bajo las cuales el juego es permitido, imaginado o restringido.
El juego trasciende su dimensión recreativa y se convierte en un acto social que anima a los niños a aprender, interactuar, ser creativos y vincularse con su entorno espacial. Como señala Johan Huizinga en Homo Ludens, es un elemento fundamental de la cultura, donde los niños crean vínculos y exploran formas de coexistencia. De este modo, cuando la arquitectura de los espacios de juego excluye ciertos cuerpos o modos de participación, la experiencia colectiva se fragmenta y pierde parte de su significado. Así, diseñar con la inclusión en mente implica reconocer que el valor real del juego reside en su potencial de ser compartido por todos.
https://www.archdaily.cl/cl/1033424/patios-de-recreo-inclusivos-todos-pueden-jugar-a-traves-de-la-arquitecturaEnrique Tovar
Cuando pensamos en las ciudades y la vida urbana, solemos enfocarnos en la infraestructura, la cultura, el comercio, la vida nocturna y la densidad. En las metrópolis donde parece existir una oferta infinita de actividades —sobre todo para adultos—, el juego rara vez entra en la conversación. Sin embargo, jugar debería considerarse una parte vital de la vida urbana. El juego influye directamente en cómo imaginamos y construimos las ciudades del futuro, comenzando por la manera en que los niños interactúan con su entorno. La experiencia de jugar —y, más específicamente, el diseño y la existencia de áreas de juego— deja huellas profundas en la forma en que las personas crecen en contextos urbanos. Estos espacios constituyen el primer vínculo físico de un niño con el paisaje urbano. Por eso, el juego merece mucha más atención en las discusiones sobre bienestar urbano, habitabilidad y diseño del espacio público.
El concepto de una comunidad o parque público se trata de crear un espacio recreativo accesible para todos. Sin embargo, en muchos casos, el inicio de un proyecto de parque puede fracasar debido a fondos insuficientes o regulaciones/restricciones. El primer desafío es principalmente poner en marcha el proyecto y, lo más importante, obtener la recepción positiva de la comunidad y, si es posible, su participación, asegurando así el éxito y la sostenibilidad del proyecto.
El archivo de obras de ArchDaily es gestionado por nuestro equipo de curadores de proyectos, quienes constantemente busca edificios interesantes por todo el mundo para traducir nuestro enfoque contemporáneo y en constante evolución. Este año fueron compartiendo sus selecciones personales en la cuenta de Instagram de ArchDaily, presentando algunos temas y características únicas.
Zona de juegos móvil en Vietnam. Imagen cortesía de ONU-Habitat, Programa Global de Espacio Público
ONU-Hábitat o la agencia de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos y el desarrollo urbano sostenible, cuyo enfoque principal es hacer frente a los desafíos de la rápida urbanización, ha estado desarrollando enfoques innovadores en el campo del diseño urbano, centrados en la participación activa de la comunidad. ArchDaily se ha asociado con ONU-Habitat para ofrecerle noticias, artículos y entrevistas semanales que destacan este trabajo, con contenido directamente de la fuente, desarrollado por nuestros editores.
"Durante esta pandemia, los espacios públicos han desempeñado un papel vital en la salud y la sostenibilidad de las comunidades urbanas de todo el mundo", afirma James Delaney, presidente de Block by Block. De hecho, la gente necesita salir, ahora más que nunca. Con el fin de equipar estos espacios públicos para enfrentar los desafíos de Covid-19, ONU-Habitat con Block by Block Foundation ha estado apoyando a diez ciudades, a lo largo de este último año. Con la ayuda de los gobiernos locales y la comunidad, las iniciativas ayudaron a entidades urbanas abiertas a prueba de covid, especialmente en los barrios pobres, donde hay pocos espacios verdes y compartidos. Desde la creación de áreas de juego móviles para niños en Hanoi (Vietnam), la mejora de los medios de subsistencia de los vendedores ambulantes de Dhaka y Khulna (Bangladesh) hasta el acondicionamiento de los espacios públicos en los asentamientos informales de Bhopal (India), estas respuestas han proporcionado ayuda a quienes más la necesitan.
Desde 1990, en China se ha producido una gran renovación urbana en un gran número de ciudades. Impulsados por esta reordenación urbana facilitada por el Estado, se están construyendo rápidamente rascacielos en las grandes ciudades para atraer a las clases medias acomodadas, lo que ha dado lugar a innumerables traslados y desplazamientos de la población de la clase trabajadora. Ese proceso se conoce como "gentrificación".
A medida que las ciudades y los barrios se van gentrificando para satisfacer el gusto de la clase media e impulsar el crecimiento económico, los recursos del suelo urbano se están tratando de manera que aumente el potencial de negocio, dejando poco espacio para el desarrollo de la vida urbana en la calle. Entre las hileras de construcciones de hormigón y acero, hoy en día, los ciudadanos están luchando por encontrar un lugar para sentarse, descansar y jugar durante el tiempo de ocio. Analizando cinco prácticas arquitectónicas que crean espacios públicos urbanos habitables, este artículo nos muestra los desafíos y oportunidades de la revitalización urbana en China bajo el fenómeno de la gentrificación.