Los seres humanos hacemos todo lo posible para que lo inexplicable se entienda. Nuestra espiritualidad se convierte en religión. La justicia se convierte en ley. Y lo que nos encanta se convierte en estética, y la estética se reduce a "estilo" en las artes plásticas y la arquitectura. La descripción, luego la definición, de la estética nos permite juzgar y, con suerte, controlar lo que nos mueve: "Los estilos pueden cambiar, los detalles pueden ir y venir, pero las amplias demandas del juicio estético son permanentes". —Roger Scruton
Pero el placer instantáneo que a veces sentimos cuando escuchamos, saboreamos, pensamos o vemos partes de nuestra experiencia es irracional en su aprehensión. Intentamos crear valor en nuestros resultados definiéndolos más allá de la experiencia, eso es estética.
Champs-Élysées chinos, llamada Xiangxie Road. Foto de MNXANL, vía Wikipedia. Licencia CC BY-SA 4.0
CopyCat es el acto de emular algo que ya ha sido creado y usarlo en un contexto diferente. Los imitadores pueden existir en la música, las artes y el diseño; pero no son exactamente una inspiración de diseño o una referencia de estilo, sino más bien una copia literal casi sin modificación de la obra original.
En arquitectura, es como si te inspiraras en una obra emblemática de otro espacio-tiempo y la colocaras en un lugar ajeno a las raíces originales del estilo de trabajo.
Futuristic shopping center. Image via The Jetsons, 1962 / Hanna-Barbera Productions
Los albores de la energía nuclear, los avances espectaculares en los cohetes y el deseo de ser los primeros en llevar al hombre al espacio y a la luna dieron inicio a una era conocida como la "Era espacial". Tras el cierre de la Segunda Guerra Mundial, tanto los soviéticos como los aliados se encontraron en un estado de antagonismo, ya que ambos comenzaron a luchar para avanzar en la exploración espacial antes que el otro, una carrera por el espacio. La era daría paso a rápidos avances en tecnología y grandes logros, incluido el alunizaje en 1969. La estética de la era espacial cambió por completo la forma en que los diseñadores visualizaban el nuevo mundo y dejó una impresión dramática en la arquitectura y los interiores. Una nueva visión del futurismo y la prosperidad.
Publicar arquitectura es una necesidad de la misma para ser comprendida como tal. La ausencia de este acto la transforma en un quehacer sin preguntas públicas, con muchas prácticas privadas. Sin embargo, su presencia abre un campo que permite traducir un lenguaje material a uno escrito, reformulando los discursos que emergen de este escenario. Entre las más “pequeñas” se encuentran los fanzines, publicaciones que emergen de la voluntad de autogestión y la materialización a bajo costo y tiraje, capaces de adaptarse a diversos contenidos, adquiriendo forma de cuadernillo o incluso de papeles plegados.
La posibilidad de juego del fanzine ha despertado una creciente popularización en Chile, manifestándose en su incorporación en la XXI Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile en 2019. Si bien las nociones sobre este medio anteceden a este evento, hay un vacío sobre sus características que obligan a hacer preguntas de construcción sencilla, casi ingenuas, las que interrogan al fanzine sobre las singularidades en que se produce, pero que su discusión devela la red invisible que se ha tejido entre quienes, sin saberlo, ya se conocían.
Como ha sucedido en ocasiones anteriores, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile ha organizado el montaje de Testimonial Spaces, el más reciente pabellón nacional presentado en la Bienal de Venecia 2021, en el hall del Museo de Arte Contemporáneo de Parque Forestal (Santiago) para que pueda ser visitado por el público local.
A pesar de que el llamado que suele realizar el ministerio para atender a la convocatoria de cada edición de la bienal está enfocado en el diseño de un pabellón, este especifica que el curador elegido será el responsable de la elaboración de un concepto curatorial y una propuesta arquitectónica. Ciertamente en el contexto contemporáneo la noción de pabellón es una categoría ampliamente maleable, razón por la cual no deja de ser interesante esta diferencia establecida en las propias bases de la convocatoria: si bien es evidente que el concepto curatorial debería estar asociado a alguna instancia arquitectónica relevante no necesariamente per se es una propuesta arquitectónica.
Casa Peak, Calle principal, Medfield, Condado de Norfolk, MA. Dibujos de Inspección. Imagen cortesía de Biblioteca del Congreso HABS MASS
Hay una arquitectura del migrante. Es un sistema de supervivencia, construido con lo que está disponible. Hecho lo más rápido posible, que tiene a la seguridad como valor central. Los estadounidenses idealizan esa arquitectura como “colonial”: simples edificios de madera, con comienzos simétricos, infinitas adiciones y adaptaciones. Pero la arquitectura “colonial” no es lo que primero construyeron los inmigrantes en una tierra totalmente extranjera hace 400 años. Como toda vivienda para migrantes, el tiempo la hizo temporal y olvidada.
Al definir la sexualidad como una de las varias tecnologías sexuales, Michel Foucault expandió nuestra comprensión de lo que se entiende por sexo. De esta manera, no solo el artefacto construido, con sus diversos mecanismos espaciales para la producción de corporeidad, sino también el pensamiento mismo, en forma de discurso disciplinar, modula la relación entre la arquitectura y el cuerpo. Y lo contrario también es cierto, con la incidencia del género y la sexualidad en la teoría arquitectónica. De una forma u otra, vemos cómo este campo de relaciones es rico y capaz de multiplicar nuestro conocimiento sobre la arquitectura y los propios medios de constitución y comprensión del cuerpo generificado y sexuado.
La arquitectura puede ser muchas cosas, incluso bicha, una forma despectiva para referirse en Brasil a un hombre homosexual (1). Este término, junto con tantos otros que transmiten diferentes posibilidades y significados, desencadenan nuevas perspectivas sociales y ponen en conflicto la forma en que surge un proyecto arquitectónico o urbano, además de su programa y ocupación.
Si se dice cómo la arquitectura debe ser hecha y si hay certeza sobre lo que representa, entonces aquí se expresa el deseo de no saber qué es y el derecho a dudar de sus tradiciones para ampliar la posibilidad de su significado, profesión y representatividad.
La religión es una realidad exclusivamente humana como son las ciudades. A medida que salimos de nuestras espacios de confinamiento, las ciudades silenciosas y los lugares de culto volverán a ser humanos, frente al presente recuerdo de lo que alguna vez fueron.
Nos recuperaremos de otra realidad humana: la pandemia y cuando lo hagamos nos veremos obligados a abordar algunas interrogantes. Antes de este siglo, el automóvil era visto como la forma en que los estadounidenses podían crear una nueva realidad: una enorme clase media que podía controlar su vida utilizando la libertad que les daban los automóviles para ir a donde quisieran, cuando quisieran y para vivir donde quisieran. Antes del confinamiento, esa visión de lo que significaban los automóviles para nuestra cultura estaba cambiando, específicamente en las ciudades.
La pandemia del coronavirus no tardó en inspirar tanto soluciones de diseño arquitectónico de vanguardia como una amplia especulación sobre futuros desarrollos en este campo. Muchas de las innovaciones realizadas han sido contratadas o comercializadas por el sector inmobiliario. Sin embargo, mientras las empresas compiten por ofrecer comodidades contra la pandemia a los arrendatarios más adinerados, la tecnología COVID-19 que afecta directamente a las comunidades de la clase trabajadora se limita en su mayor parte a medidas restrictivas que no abordan los peligros para la salud residencial o a comodidades administrativas para las inmobiliarias que les permiten eludir el escrutinio público. Estos cambios estaban previstos desde hace tiempo, pero hoy han encontrado una nueva licencia bajo el pretexto de precaución contra el coronavirus. En relación a los "negociados o estafas debido al covid", este tipo de cosas representa lo peor.
En un artículo de Common Edge, hablé brevemente de un concepto que llamo la "Mentira del triple fondo", que postula que más personas, más un mayor consumo de cada persona, más un sistema económico completamente dependiente de los elementos antes mencionados, pueden seguir funcionando para siempre, sin consecuencias. Históricamente, Estados Unidos ha aceptado el significado económico del crecimiento sin fin porque redujo el conflicto de clases. Sin embargo, nos estamos acercando a los límites del crecimiento, tanto desde el punto de vista de los recursos (nos estamos quedando sin materias primas) como desde el punto de vista tecnológico (nuestros inventos son cada vez menos revolucionarios).
https://www.archdaily.cl/cl/956513/el-crecimiento-sostenible-sin-fin-es-un-oximoronChristopher L. Cosper
Para la mayoría de las personas, llamar a un lugar "sagrado" lo designa como un lugar importante, generalmente asociado con la espiritualidad. Podría ser el escenario de rituales religiosos (como el espacio sagrado de una iglesia, sinagoga o mezquita), un lugar donde ha ocurrido algún evento descrito como "milagroso" (como el avistamiento de la Virgen María en Lourdes, Francia, que se convirtió en un lugar de peregrinaje), o un lugar que albergaba el cuerpo de la deidad (pensemos en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, construida sobre lo que se cree que es la tumba de Jesucristo).
https://www.archdaily.cl/cl/955739/sobre-el-asalto-al-edificio-del-capitolio-en-los-estados-unidosMichael J. Crosbie
Asistí a la escuela de posgrado, en geografía, en Tucson, Arizona, Estados Unidos, a fines de la década de 1990. Tucson tiene fama por varias cosas, incluida su herencia mexicano-estadounidense, sus chimichangas, sus islas del cielo y su abundante población de cactus saguaro.
Cada diciembre, por doquier se ve y oye el mensaje que dice “Todo ha cambiado”. Pero este año es cierto. Las inminentes vacunas pueden traer de vuelta el contacto humano, pero el año del Coronavirus nos ha cambiado.
Creo que 2020 terminó el siglo XX en arquitectura. La arquitectura nunca lidera en períodos cruciales. El modernismo nació de un mundo occidental que abandonó las monarquías y se sumergió en la Revolución Industrial: no causó ninguna de las dos.
A mediados de marzo la levadura se agotó en Santiago, Chile, tal como al inicio de la crisis social en 2019. Siendo Chile el segundo mayor consumidor de pan per cápita del mundo, parece ser que ante la incertidumbre, la respuesta en el país sudamericano es el pan. Ahora todos queremos hacer pan. Me incluyo.
El alza del pasaje del Metro de Santiago en 30 pesos (4 centavos de dólar) fue el inicio de un descontento social en Chile que, tras días de evasiones masivas y manifestaciones espontáneas, explotó el viernes 18 de octubre. Ese día el sistema del Metro colapsó, las protestas se multiplicaron y los saqueos e incendios se salieron de control. Esa misma noche, el Estado de Excepción Constitucional declarado por el Presidente Sebastián Piñera cerró un viernes oscuro.
Con motivo del reciente edición del Taller Social Latinoamericano en Chucuito, Perú —XV TSL Puno—, ArchDaily en Español y la Coordinadora Latinoamericana de Estudiantes de Arquitectura (CLEA) invitaron a todos los estudiantes participantes del encuentro a reflexionar sobre su experiencia personal en una reciente convocatoria de artículos. El texto originalmente titulado "Construyendo Lazos" de Indira Fernández y Diana Hernández, miembros del Taller Puma a cargo de Lucio Torres y estudiantes de la Universidad Veracruzana en México, ha sido elegido ganador de esta convocatoria.
Indira y Diana se han centrado en el desafío que ha enfrentado el TSL en sus últimos años: ya no es simplemente un taller de construcción, sino también una instancia para que futuros arquitectos ejerciten diferentes metodologías de participación ciudadana e integración al momento de diseñar, al mismo momento en que se discuten los desafíos y amenazas de la denominada arquitectura social.
Ser parte de un equipo el cual se interesa por entender sentimientos, tradiciones y culturas llega a ser muy reconfortante, pero a su vez te invita a cuestionar cuál es la finalidad de hacer arquitectura. ¿Qué podríamos esperar de un taller social en un país diferente al nuestro, México? ¿Qué se puede aprender de una comunidad situada a 3.870 metros sobre el nivel del mar? ¿Qué podemos aportar como estudiantes?
Fisura, un libro de aventuras arquitectónicas sobre Fernando Abellanas y un ensayo sobre las posibilidades del espacio residual de la ciudad. A lo largo de sus páginas, Joris imagina alternativas diferentes para dotar de uso y de sentido a lugares anónimos.