
Al final de cada Bienal de Arquitectura, lejos de los ojos de los visitantes, toneladas de materiales de las exposiciones son transportadas por Venecia en carritos de mano y barcos. Solo una fracción de esos materiales es reutilizada. La principal razón es la escasez de espacios de almacenamiento en la ciudad y los altos costos logísticos — desafíos recurrentes de la arquitectura circular. Como resultado, la mayor parte de los residuos acaba siendo destinada a vertederos o centros de reciclaje cercanos. Pero esta realidad está a punto de cambiar. Ante las crecientes preocupaciones ambientales, los arquitectos se han esforzado por desarrollar estrategias que hagan posible la reutilización de esos materiales. Procesos que involucran no solo decisiones arquitectónicas y constructivas, sino que también abarcan cuestiones de logística y comercio internacional.