Frente a la combinación del crecimiento demográfico, la prosperidad económica y la expansión de las áreas urbanas, un notable aumento en los flujos de personas y bienes acompaña el desarrollo de las diferentes formas de movilidad disponibles en el entorno urbano. A medida que avanzan las tecnologías y los medios de transporte evolucionan, la reutilización adaptativa de vagones de trenes, cabinas de aviones y demás infraestructuras de servicios expone la oportunidad de desarrollar su potencial creativo. Materiales, tecnologías y herramientas de diseño se funden bajo un objetivo común: reacondicionar y reutilizar estructuras en desuso para darles una nueva vida.
Entre el 25 de septiembre y el 5 de octubre de 2025 se desarrolló en Santiago la XXIII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile. Bajo el título “DOBLE EXPOSICIÓN: (re)programar · (re)adaptar · (re)construir”, el evento se organizó en torno a la propuesta de “entender la arquitectura no como producción de lo nuevo, sino como capacidad de reactivar lo existente”. Es en base a esta premisa que el equipo curatorial, compuesto por Ángela Carvajal y Sebastián López (Anagramma Arquitectes) junto a Óscar Aceves, concibió un circuito de ocho sedes ubicadas en el centro de la capital chilena. El objetivo fue reactivar y recuperar espacios por medio de actividades gratuitas a las que asistieron alrededor de 70.000 visitantes. Entre los espacios recuperados destaca la ruina de la Iglesia San Francisco de Borja, quemada durante la revuelta social en octubre de 2019, donde se construyó un pabellón que sirvió como sede temporal de conversatorios, lecturas, instalaciones artísticas, charlas, mesas de discusión y actividades comunitarias.
El primer lunes de octubre se celebra el Día Mundial de la Arquitectura. Este año, la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) ha establecido el tema "Diseño para la Fortaleza", un poderoso llamado a la acción que resuena profundamente con el enfoque de la ONU sobre la respuesta a crisis urbanas. En un mundo que enfrenta interrupciones ambientales y sociales sin precedentes, este tema nos desafía a ir más allá de soluciones temporales. Cabe preguntarse, ¿cómo pueden nuestros edificios y ciudades no solo resistir los impactos, sino también fomentar la equidad, la continuidad y la resiliencia?
Aunque el concepto de fortaleza en arquitectura puede evocar fácilmente imágenes de concreto reforzado y acero, está surgiendo una interpretación más profunda, una que define la fortaleza no como mera rigidez, sino como una capacidad holística para resistir y adaptarse. Esto incluye muchas facetas, desde la resiliencia ecológica y el cuidado hasta los conceptos duraderos de resiliencia social o la conservación de estructuras urbanas existentes, todas contribuyendo a un entorno construido más capaz de responder a la multitud de crisis que enfrentan las ciudades en todo el mundo.
Al final de cada Bienal de Arquitectura, lejos de los ojos de los visitantes, toneladas de materiales de las exposiciones son transportadas por Venecia en carritos de mano y barcos. Solo una fracción de esos materiales es reutilizada. La principal razón es la escasez de espacios de almacenamiento en la ciudad y los altos costos logísticos — desafíos recurrentes de la arquitectura circular. Como resultado, la mayor parte de los residuos acaba siendo destinada a vertederos o centros de reciclaje cercanos. Pero esta realidad está a punto de cambiar. Ante las crecientes preocupaciones ambientales, los arquitectos se han esforzado por desarrollar estrategias que hagan posible la reutilización de esos materiales. Procesos que involucran no solo decisiones arquitectónicas y constructivas, sino que también abarcan cuestiones de logística y comercio internacional.
¿Qué implica un cambio de uso y/o escala en los edificios? ¿Cómo una iglesia o capilla puede transformarse en vivienda? Si bien la arquitectura de numerosos espacios sagrados contemporáneos demuestra una gran capacidad de adaptación y evolución, los límites de la creatividad de varios profesionales se extienden más allá de su concepción como estructuras de espiritualidad o culto únicamente. A nivel global, la reconversión de grandes iglesias y pequeñas capillas en viviendas particulares denota un amplio campo de intervención y exploración capaz de preservar, restaurar, adaptar y/o renovar el carácter de espacios concebidos con otros usos y escalas que, por diversas razones, han quedado abandonados, obsoletos o demandan una transformación.
En un escenario donde la sostenibilidad y la identidad material se convierten en prioridades en la arquitectura, algunos materiales antiguos encuentran nueva vida. El terrazo, cuyos orígenes se remontan al siglo XV, destaca como un ejemplo de cómo la tradición puede impulsar la innovación. La forma moderna tal como la conocemos hoy se originó en Venecia, Italia, en el siglo XV, cuando los trabajadores del mosaico veneciano, buscando aprovechar el mármol sobrante, comenzaron a incorporar estas piezas de gran tamaño en el mortero para crear superficies duraderas y visualmente atractivas para las terrazas alrededor de sus casas. Además de minimizar el desperdicio de materias primas, esto condujo al desarrollo de nuevas técnicas para nivelar superficies, evolucionando desde la fricción manual de piedras hasta el uso de una piedra de afilar pesada y de mango largo conocida como galera.
Sobre una pendiente, hacia los márgenes de un río, entre árboles o en medio de una extensa ladera, cada territorio resulta un testimonio vivo de sus propias tradiciones locales. A través de su arquitectura, la experimentación, puesta en valor y uso de ciertos materiales, técnicas constructivas, oficios y herramientas locales del sitio buscan promover la perdurabilidad de historias y transferir los descubrimientos y aprendizajes que dieron origen a varias de las prácticas empleadas en la construcción hasta la actualidad. En Chile, el lenguaje de las tejuelas invoca una reflexión desde la historia y el conocimiento de relaciones, tiempos y redes de vida.
Desde el campo de la arquitectura y la construcción, el concepto de la reutilización de materiales se vincula con la economía circular y la reducción de la huella de carbono frente a un camino que busca consolidar un futuro más sostenible y responsable. Al incorporar prácticas de reciclaje, recuperación, restauración y/o reutilización de materiales de demolición, el aprovechamiento de recursos junto a la reducción del consumo de energía vuelve factible la experimentación con técnicas, aplicaciones y nuevas materialidades que traigan consigo la veneración de la memoria de los espacios y al mismo tiempo aporten una nueva vida tanto en interiores como exteriores.
La arquitectura en España ha puesto en valor la revitalización de edificios y centros históricos, fomentando un desarrollo urbano más equilibrado. Este enfoque refleja una arquitectura que apunta a un futuro sostenible, promoviendo la densificación de los núcleos urbanos y la recuperación de estructuras existentes a través de su remodelación, reutilización, ampliación o renovación. En este contexto, nos complace anunciar nuestra colaboración con ICEX. Juntos, buscamos destacar y reconocer el trabajo innovador de los arquitectos españoles, cuyas propuestas inspiran nuevas y mejores prácticas en la remodelación urbana.
Noemí Blager y Tapio Snellman están presentando una nueva instalación de video en la Asociación de Arquitectura (AA) en Londres. La exposición titulada "Mucho con Poco" busca explorar y mostrar cómo los arquitectos pueden emplear un uso más económico de los recursos para crear obras arquitectónicas que sean tanto sensibles como sostenibles. Ya presentada en Alemania, Suiza, China, Chequia, Estados Unidos y la Bienal de Arquitectura de Venecia, este estreno en Londres tiene como objetivo resaltar la relevancia global de las prácticas arquitectónicas eficientes en recursos. La exposición está ahora en exhibición en la Escuela de Arquitectura de la AA en Londres desde el 26 de abril hasta el 30 de mayo de 2024.
El concepto de una comunidad o parque público se trata de crear un espacio recreativo accesible para todos. Sin embargo, en muchos casos, el inicio de un proyecto de parque puede fracasar debido a fondos insuficientes o regulaciones/restricciones. El primer desafío es principalmente poner en marcha el proyecto y, lo más importante, obtener la recepción positiva de la comunidad y, si es posible, su participación, asegurando así el éxito y la sostenibilidad del proyecto.
Paredes de panel de paja. Imagen Cortesía de EcoCocon
Durante mucho tiempo, la industria de la construcción ha seguido un proceso lineal: extraer materias primas, construir estructuras, demolerlas y luego eliminar la basura en los vertederos. Este enfoque tiene graves efectos negativos sobre el medio ambiente y la sociedad, y es inherentemente insostenible. Reconsiderar los métodos y flujos de trabajo tradicionales requiere el apoyo de todas las partes interesadas y un sentido de urgencia proclamado por las autoridades. En Estados Unidos, las organizaciones urbanas han comenzado a implementar nuevas políticas para mantener los desechos de la construcción fuera de los vertederos y apoyar prácticas circulares. Varias ciudades como Seattle y Pittsburgh han empezado a implementar ordenanzas de deconstrucción que exigen que los edificios más antiguos sean cuidadosamente deconstruidos en lugar de demolidos. ¿Cómo podrían sus disposiciones clave influir en las prácticas circulares en el país?
Los principios de la economía circular han sido más influyentes y aplicables a la industria de la construcción. Haciendo hincapié en el uso eficiente de los recursos, las prácticas de arquitectura global son cada vez más pioneras en los modelos de reutilización y reciclaje de componentes y materiales. El concepto de "diseño para el desmontaje" se ha convertido en un enfoque innovador, especialmente en el caso de las fachadas de los edificios. Lograr un equilibrio entre las demandas de nuevas infraestructuras y la transición hacia la sostenibilidad requiere una revisión del diseño de fachada tradicional a lo largo de su ciclo de vida.
El siglo XX marcó un cambio definitivo en el ámbito de la arquitectura, ya que el movimiento moderno se separó de los estilos de construcción tradicionales y fomentó la experimentación y la innovación. Con la ayuda de nuevos materiales y tecnologías, estos tiempos representan un momento crucial en la historia de la arquitectura, ya que tanto las ciudades como los estilos de construcción evolucionaron a un ritmo sin precedentes. Sin embargo, las estructuras que siguen en pie hoy en día están cerca de cumplir cien años. Sus características de diseño sobrio no siempre son aceptadas por el público, mientras que los principios funcionalistas a menudo dificultan la adaptabilidad de sus espacios interiores. Dado que también ocupan posiciones centrales dentro de la ciudad, cada vez hay más presión para demoler estas estructuras y desarrollar completamente el área.
A la luz de la inminente crisis climática y la búsqueda de sostenibilidad, los conceptos de revival y reutilización han surgido como estrategias cruciales en la búsqueda de la descarbonización en la industria de la arquitectura. Estos principios predicen que la creación de nuevas estructuras puede ser sostenible, pero alientan a los arquitectos a minimizar su huella ecológica al reactivar y reciclar los recursos existentes. Este año en particular, se exhibieron proyectos innovadores en línea con estos temas como parte de la 18ª Exposición Internacional de Arquitectura - La Biennale di Venezia. El propósito principal de este evento de renombre mundial es servir como plataforma para que arquitectos, diseñadores y pensadores reinventen colectivamente la sostenibilidad, la descarbonización, la conservación de recursos y el futuro de la industria.
El entorno construido es responsable de aproximadamente el 42% de las emisiones globales anuales de CO2. Durante la vida útil de un edificio, la mitad de estas emisiones provienen de su construcción y demolición. Para descarbonizar la arquitectura y controlar las emisiones globales, es importante repensar y reducir el impacto de carbono incorporado en las demoliciones, así como implementar estrategias de construcción sostenible para los edificios. Las demoliciones suelen implicar el desmantelamiento, demolición, destrucción o derribo de edificios y partes estructurales, lo que genera niveles insostenibles de emisiones de carbono, agotamiento de materiales, desperdicio y contaminación. Estos métodos apresurados de finalizar el ciclo de vida de un edificio tienen impactos negativos en el medio ambiente, los componentes materiales y las estrategias de reciclaje. Por lo tanto, existe una clara necesidad de repensar la forma en que abordamos el final de la vida de un edificio o proyecto de infraestructura hacia un sistema de desmontaje más sostenible.
El estudio de arquitectura Parabase ha sido elegido para el desarrollo de varios terrenos en Areal Walkeweg, Basilea, con el objetivo de crear apartamentos asequibles y un centro de migración integrado. La solución de diseño, titulada "Elementa", reutiliza componentes de propiedades cantonales desmanteladas, transformando las antiguas columnas y placas de piso en paredes y elementos de fachada. El proyecto fue elegido después de un concurso abierto, donde el jurado internacional favoreció la solución de Parabase por su estética combinada con la reutilización creativa de elementos de concreto prefabricados.