En la actualidad, la industria de la arquitectura no puede ignorar la importancia que ha adquirido el desafío de la sostenibilidad. Una estrategia para lograr un desarrollo sostenible es una economía circular, basada en un ciclo de vida sostenible. Esta estrategia minimiza el uso de recursos y extiende la vida útil de los edificios desde una perspectiva de diseño. Además, otro desafío es cómo aumentar la utilidad del propio edificio, además de cómo hemos incorporado la descomposición del edificio en el ciclo. Esto requiere que los diseñadores tengan en cuenta el futuro al tomar decisiones de diseño, integrando los requisitos del presente con los resultados potenciales de lo que aún no ha sucedido.
Placas hexagonales. Image Cortesía de Susana Caruso
Esta investigación en componentes cultivables como reemplazo de derivados del petróleo para productos utilizados en la fabricación de materiales con residuos se desarrolla dentro de un Proyecto UBACyT dirigido por la arquitecta Marta Yajnes y tiene lugar en el marco del Centro Experimental de la Producción (CEP) de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.
Pérgola y Plaza de Acceso diseñada por Solano Benítez. Image Cortesía de BID
Mientras los muros perimetrales se destruyen, un nuevo trazado se dibuja en la antigua pista del ex-aeroparque de la ciudad de Mendoza. El avance del nuevo proyecto de refuncionalización impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobierno de la ciudad busca reusar el predio vacante de 72 hectáreas para la exploración y el desarrollo de una ciudad más abierta, inclusiva y carbono neutral. Este masterplan pone el foco en estrategias que abordan la sostenibilidad ambiental y climática, la gestión eficiente de energía, agua y saneamiento, la vivienda, la movilidad y los espacios públicos accesibles, junto a la inclusión de grupos vulnerables y el desarrollo social local. El plan contempla la inserción de infraestructura, parques y espacios verdes, usos comerciales, gastronómicos, polo tecnológico y de innovación, y el desarrollo de nuevos modelos de vivienda unifamiliar y colectiva: "la vivienda del futuro".
La presentación oficial del proyecto, frente a autoridades del gobierno de Mendoza, integrantes del BID, estudiantes, y demás invitados, se llevó a cabo en el mismo predio del ex-aeroparque. En este contexto, fue convocado el reconocido arquitecto paraguayo Solano Benítez a participar en la construcción de una pérgola de acceso para la "ciudad del futuro" que siguiera el marco técnico del proyecto urbano en torno a la economía circular, buscando vincular lo artesanal y lo pre-fabricado para "pasar de una construcción tradicional basada en mecanismos que tienen altísima energía embebida, a la reutilización de materiales con menor gasto energético", según indican los arquitectos y urbanistas Felipe Vera y Matías Lince desde el BID. Partiendo de la exploración de las posibilidades constructivas del ladrillo, material utilizado por excelencia en la construcción paraguaya, la arquitectura desarrollada por Benítez es una arquitectura enfocada en promover soluciones arquitectónicas de forma eficiente y local, priorizando el uso inteligente de la materia.
https://www.archdaily.cl/cl/998748/solano-benitez-sobre-la-ciudad-del-futuro-en-mendoza-a-construir-con-la-menor-cantidad-de-materia-y-energiaFabian Dejtiar + Paula Pintos
En 2020, en medio de la primera ola de confinamientos por la pandemia, el municipio de Ámsterdam anunció su estrategia para recuperarse de esta crisis adoptando el concepto de "Economía de Donuts". El modelo es desarrollado por la economista británica Kate Raworth y popularizado a través de su libro, "Economía de la dona: siete formas de pensar como un economista del siglo XXI", publicado en 2017. Aquí, ella argumenta que el verdadero propósito de la economía no tiene que ser igual crecimiento. En cambio, el objetivo es encontrar un punto óptimo, una forma de equilibrar la necesidad de brindar a todos lo que necesitan para vivir una buena vida, una "base social" y limitar nuestro impacto en el medio ambiente, "el techo ambiental". Con la ayuda de Raworth, Ámsterdam ha reducido este enfoque al tamaño de una ciudad. El modelo ahora se usa para informar estrategias y desarrollos en toda la ciudad en apoyo de esta idea general: brindar una buena calidad de vida para todos sin ejercer presión adicional sobre el planeta. Otras ciudades están siguiendo este ejemplo.
"Nuestro planeta se está ahogando en plástico", afirma Naciones Unidas. Si bien el material hecho por el hombre tiene muchos usos valiosos, nuestra adicción a los productos de plástico de un solo uso ha provocado graves problemas económicos, de salud y ambientales. Aproximadamente un millón de botellas de plástico se compran cada minuto y cinco billones de bolsas de plástico se usan cada año en todo el mundo –usadas solo una vez y luego se desechan. Los plásticos y microplásticos han encontrado su camino en todos los rincones de nuestro entorno natural, desde los picos de las montañas más altas hasta las profundidades de los océanos más profundos. Tanto es así, que se han convertido en parte del registro fósil de la Tierra y han creado un hábitat microbiano marino completamente nuevo conocido como "plastisfera".
En los últimos años, el tema de la sostenibilidad ha estado presente en distintos debates que involucran a todas las disciplinas debido a la crisis medioambiental en la que nos encontramos. Uno de los conceptos a los que el diseño, la arquitectura y el urbanismo se han apegado es la “Economía Circular” ya que la experiencia ha develado en el gremio que los esfuerzos tienen que dirigirse no solo a incluir el reciclaje dentro de nuestras estrategias, sino que, es necesario apuntar a compartir, arrendar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes durante el mayor tiempo posible, evitando el desperdicio.
Si la economía circular está cada vez más presente en los debates sobre arquitectura y urbanismo es por una razón: La población mundial viviendo en ciudades crecerá al 68% para 2050. El desafío ambiental será significativo a medida que aumente la demanda de recursos naturales, como materiales o energía, y parece que la circularidad ofrece algunas oportunidades para reducir este impacto.
¿Cómo podemos avanzar hacia este modelo más sustentable en nuestras ciudades? Esta pregunta lanzamos a nuestros lectores y luego de revisar una inmensa cantidad de comentarios y opiniones, tanto de profesionales de la construcción, como de estudiantes e interesados en la arquitectura, fue una sorpresa encontrar coincidencias y visiones sobre políticas y programas que fomenten el consumo responsable y la colaboración entre diferentes sectores.
Conoce los principales puntos de vista, a continuación.
Las suscripciones se están convirtiendo rápidamente en una parte integral de la vida cotidiana. Por ejemplo, las plataformas de transmisión han reemplazado por completo la necesidad de tener un reproductor de DVD, mientras que los servicios de vehículo por aplicación satisfacen parcialmente la necesidad de tener un automóvil privado. Las suscripciones se han entendido ampliamente como servicios digitales, pero una nueva tendencia sugiere que el mismo concepto puede transferirse a objetos físicos en un futuro próximo. En lugar de tener una nevera, una lavadora o incluso bombillas, puedes comprar una suscripción para garantizar productos duraderos, ropa limpia y una casa bien iluminada.
El concepto se conoce como "economía basada en suscripción", una variante de la noción de "economía circular". Postula que, en lugar de poseer algunos de los objetos que se usan a diario, es posible suscribirse a un servicio para tener acceso a las mismas ventajas, pero sin necesidad de poseer, mantener o disponer del objeto en cuestión. Los consumidores ya no compran productos; compran el acceso a los servicios. A veces esto significaría simplemente alquilar el objeto en lugar de comprarlo, pero el modelo va un paso más allá. Trae un cambio en la responsabilidad y la mentalidad. Esto se debe a que los consumidores ya no son los dueños de los objetos, la responsabilidad de reutilizar y reciclar recae en los productores, quienes pasan a ser responsables de todo el ciclo de vida de los objetos que crean.
Siendo un tema ampliamente discutido, la economía circular abarca todo el sistema de producción y consumo que busca reutilizar los materiales existentes el mayor tiempo posible. Sin embargo, ¿cómo engloba este concepto la arquitectura, el diseño y su estética? Uniéndose al cambio hacia un futuro circular, la arquitectura está descubriendo cómo las operaciones circulares y la reutilización de materiales pueden dar como resultado una nueva estética, así como una mejora general de su impacto ambiental.
Aprendiendo cómo la circularidad -y la reutilización de materiales- crea una estética distintiva, el siguiente artículo analiza cómo los proyectos están reinterpretando su proceso de diseño a lo largo de tres estrategias: arquitectura desmontable, rusticidad y maleabilidad.
Concreto sin finos con muestras de escoria de acero por L.Korat et al. (2015). Imagen vía ResearchGate. Con licencia bajo CC BY-SA 3.0
La industria de la construcción es una de las más grandes del mundo, y el cemento y el hormigón son, literalmente, los componentes básicos de su éxito. Evolucionando desde cuevas prehistóricas hasta los rascacielos de hoy, las estructuras de concreto han sido y seguirán siendo componentes vitales de la civilización moderna, brindando un soporte confiable y duradero para edificios, carreteras, puentes, túneles y represas. Tanto es así que el hormigón es el material más consumido en la Tierra, solo superado por el agua, mientras que el acero utilizado para el refuerzo es, con diferencia, el metal más utilizado. Pero esto no está exento de altos costos ambientales: el concreto es responsable del 8% de las emisiones globales de CO2, muchas de las cuales provienen de la extracción y el transporte de materiales agregados como arena, grava y piedra triturada.
El concepto de economía circular está cada vez más presente en las discusiones sobre la arquitectura y el urbanismo - ya que las ciudades son el hogar de alrededor del 55% de la población mundial y su crecimiento continúa aumentando. El objetivo de la circularidad es reducir el impacto ambiental del modelo de producción y consumo actual mediante el uso eficiente de los recursos materiales y la reducción de residuos. Sin embargo, ¿cómo se puede aplicar realmente esta idea en las ciudades?
Agregue hojas de col, cáscaras de naranja, cebollas, plátanos y unas rodajas de calabaza para obtener... cemento . Así es, investigadores de la Universidad de Tokio en Japón han desarrollado una técnica a través de la cual es posible producir cemento a partir de desechos de alimentos. Además de usarse en la construcción, la iniciativa innovadora también es comestible. Puede convertir el cemento hervido en una comida deliciosa ajustando los sabores, agregando condimentos y rompiéndolo en pedazos.
Como parte de las actividades que tienen lugar dentro del festival What Design Can Do, se lanzó la convocatoria Hazlo Circular hasta el 31 de enero. Esta convocatoria busca recopilar propuestas en las categorías “Qué comemos”, “Qué vestimos”, “Qué compramos'', “Cómo empacamos” o “Cómo construimos” para ayudar a enfrentar los efectos devastadores del consumo excesivo, los desechos y el cambio climático. El Reto ¡Hazlo Circular! otorga un premio de 10 mil euros para el desarrollo de proyectos de diseño circular que ayuden a combatir la crisis climática de manera creativa.
Hoy en día, los estilos de vida interconectados y acelerados, las futuras tendencias de movilidad y la constante innovación de materiales ejercen presión sobre una industria de la construcción que se mueve lentamente. ¿Cómo puede la arquitectura mantenerse al día con esta tendencia? Siguiendo estilos de vida dinámicos y nómadas, los arquitectos deben explorar nuevos sistemas estructurales que puedan llegar a múltiples ubicaciones, además de ser adaptables y reutilizables en el futuro. Mediante la aplicación de tecnología revolucionaria para componentes circulares y escalables y edificios con emisiones de carbono negativas, UrbanBeta –un estudio de innovación espacial que diseña estrategias, conceptos de construcción, herramientas predictivas y plataformas para crear espacios transformadores– ha desarrollado BetaPort, un sistema de construcción robótica impulsado por inteligencia artificial y automatización.
Basado en los principios de una economía circular, Urban Beta y BetaPort crean un plan de construcción sostenible, listo para crecer y cambiar con el tiempo. El estudio concibe sistemas de arquitectura sostenible bajo demanda para edificios flexibles basados en un kit de piezas.
Las ciudades se llenan de materiales de desecho y la necesidad de reutilizar los recursos existentes se ha convertido en clave para combatir el aumento de la producción de residuos. Más de un tercio de todos los residuos generados en la UE provienen de la construcción y demolición, que contienen diferentes materiales como vidrio, hormigón, ladrillos y cerámica. Pero, ¿cómo gestionar esta asombrosa cantidad de producción de residuos de la construcción? De acuerdo con la Ley de Residuos y Suelos Contaminantes de España, los residuos de hormigón y cerámica sin un tratamiento considerable pueden ser reutilizados en la construcción. Al combinar residuos de materiales reutilizados con tecnología, el diseño arquitectónico puede crear soluciones innovadoras que contribuyan a minimizar el impacto ambiental.
Se han dado a conocer los proyectos finalistas de la edición 2022 del Premio Mapei, que busca fomentar la producción de una arquitectura sostenible distinguiendo a aquellos proyectos que logren combinar una alta calidad arquitectónica con el menor impacto posible en el medioambiente. Bajo la premisa de dar respuesta a los retos sociales y medioambientales del siglo XXI, el Premio Mapei se otorga a proyectos de arquitectura de obra nueva y de rehabilitación.
Los materiales de construcción más primitivos del mundo se utilizan para crear los edificios más avanzados. Ante la crisis medioambiental, los arquitectos centran sus esfuerzos en diseñar mejores entornos construidos para las personas y el planeta. Los resultados pueden parecer a menudo un "lavado verde", que no aborda la raíz del malestar ecológico. La arquitectura responsable con el medio ambiente no debe aspirar a revertir los efectos de la crisis ecológica, sino a instigar una revolución en los edificios y en cómo los habitamos. Los ensayos del libro The Art of Earth Architecture: Pasado, presente, futuro prevén un cambio que supondrá un salto filosófico, moral, tecnológico y político hacia un futuro de resiliencia medioambiental.
Render de viviendas asequibles creadas a partir de residuos de plástico. Imagen por cortesía de Othalo
Mucha gente en todo el mundo estaría de acuerdo en que actualmente nos encontramos en una emergencia climática. El informe del IPCC, publicado el año pasado, es una lectura difícil. Los profesionales del sector de la construcción se han lanzado a la acción climática directa, con organizaciones como ACAN y Architects Declare que promueven la alfabetización sobre el carbono y piden a los diseñadores que reevalúen su forma de ejercer.