En una era de globalización sin precedentes, nuestras cadenas de suministro de alimentos — las instituciones y los mecanismos involucrados en la producción y distribución de alimentos — se han vuelto más largas. Tanto es así que apenas se perciben como cadenas o sistemas. Se han integrado en nuestras vidas y en nuestras ciudades, y han transformado nuestras relaciones con la comida. Y, sin embargo, esas cadenas de suministro de alimentos muy largas están implicadas en algunos de nuestros problemas globales más apremiantes, desde la seguridad alimentaria y el desperdicio hasta la biodiversidad y el cambio climático. Estas cadenas de suministro de alimentos han llegado a su estado actual, a su longitud actual, durante décadas, o quizás siglos, a través de todo tipo de procesos políticos, sociales, culturales y económicos, y llevan consigo una variedad de cargas: vagas relaciones productor-consumidor, y una serie de externalidades ambientales negativas, entre muchas otras.
En nuestro contexto actual de crisis ecológica, calentamiento global, pérdida de biodiversidad, crecimiento de la población humana y expansión urbana, debemos repensar la forma en que construimos y vivimos en nuestra ciudad. Hemos observado las consecuencias de la planificación y construcción urbana descontrolada impulsada únicamente por una visión capitalista y productivista de la ciudad, empaquetando a la mayor cantidad de humanos posible en las construcciones más baratas disponibles, sin consideración por el impacto en nuestro planeta, nuestros compañeros animales y plantas, y nuestro propio bienestar. Las junglas de concreto que hemos estado construyendo durante el siglo pasado han demostrado estar alterando nuestro clima (calentamiento global, efecto de isla de calor local), nuestros ecosistemas (pérdida de biodiversidad y disminución de la población de animales y plantas) y nuestra economía (el alimento y la industria de productos ha sido desplazada lejos, reemplazada por la única industria de servicios, y la generación de la enorme cantidad de residuos en la ciudad).
A medida que la población sigue migrando de las zonas rurales a las urbanas, el espacio es cada vez más escaso. Muchos asentamientos están cada vez más congestionados, escasean las viviendas adecuadas y asequibles y los sistemas de transporte se esfuerzan por intentar dar servicio a sus respectivos residentes. Pero por mucho que se hable de urbanización en relación con las personas, a veces también es necesario hablar de los animales que acompañan a esas personas: el ganado urbano, que desempeña un papel clave en la provisión de sustento a nivel individual, además de convertirse en una vía para el comercio comunal.
Como una propuesta de diseño para la nueva sede de la empresa Soprema en Estrasburgo, Francia, los arquitectos de Vincent Callebaut Architectures han proyectado una utopía ecológica de 8.225 metros cuadrados. El edificio, llamado Semaphore, se describe en el programa como una "oficina flexible y verde para compañeros de trabajo nómades" y está enfocado en la agricultura urbana y el bienestar de los empleados.
Como edificio eco-futurista, Semaphore se inspira en la biomimética con el fin de ser un hito de inspiración, además de comportarse como referente de toda la gama de productos de aislamiento, impermeabilización y ecologización de Soprema. El diseño es un prototipo ecológico de la ciudad verde del futuro, que busca lograr una simbiosis entre seres humanos y naturaleza.
En entornos urbanos cada vez más densos, existe un nuevo interés en los espacios infrautilizados como oportunidades para un mayor desarrollo. Los techos, que representan hasta el 25% de la superficie terrestre de las ciudades, se encuentran entre los recursos espaciales más interesantes. Desde la infraestructura sostenible y la agricultura urbana hasta los espacios sociales y los lugares culturales, este artículo analiza el potencial de crear una ciudad de múltiples capas a través de la activación de tejados urbanos.
Hotel Guizhou Mountain Forest / Stefano Boeri Architetti. Imagen cortesía de Stefano Boeri Architetti
Cuando nos vimos en la obligación de estar en confinamiento en casa debido a la política de cuarentena auto infligida de la pandemia global por el COVID-19, probablemente se pasó una gran cantidad de tiempo mirando por la ventana. A veces, cuando estamos con cansancio por el trabajo y la vida cotidianos, solo deseamos tener una escapada rápida a los océanos y los bosques, en algún lugar cercano al verde natural.
Las construcciones y estructuras destinadas al cultivo de plantas -como los invernaderos, invernáculos y orquidearios- son fundamentalmente espacios arquitectónicos que habilitan el control y la manipulación de factores ambientales como la temperatura y la humedad, permitiendo adaptar estos parámetros a los requerimientos específicos de las especies alojadas -ya sea para su cultivo, su preservación o su exposición-. Los diseños suelen variar según el uso y la ubicación geográfica de la estructura, influyendo cuestiones tales como el clima propio del lugar, la altura de las especies a alojar, los requerimientos de ventilación, o consideraciones como si la construcción será temporal o permanente –pudiendo configurarse como sistemas de partes montables y desmontables-. Sin embargo, hay algunos parámetros comunes que atraviesan a este tipo de construcciones. Generalmente, tienden a seguir una línea similar en cuanto a materialidad y organización: para aprovechar los efectos de la radiación solar, los invernaderos se materializan mediante cubiertas y cerramientos exteriores translúcidos –vidrio o plástico- y se estructuran a través de sistemas livianos de piezas que permitan grandes luces, pudiendo ser de hierro, madera, bambú, etcétera.
Framlab, un estudio de innovación con sede en Bergen y Nueva York, creó Glasir, un sistema comunitario para la agricultura urbana. La estructura modular propuesta se basa en sistemas de crecimiento aeropónico para proporcionar productos locales.
Los Países Bajos son el segundo mayor exportador mundial de productos agrícolas. Esto es notable cuando se considera que el único país que lo sobrepasa es Estados Unidos, que es 237 veces más grande en superficie terrestre. Sin embargo, los Países Bajos exportaron casi $ 100 mil millones en productos agrícolas solo el 2017, así como $ 10 mil millones en productos relacionados con la agricultura. El secreto del éxito de los Países Bajos radica en el uso de la innovación arquitectónica para reimaginar cómo puede ser un paisaje agrícola.
Los jardines y huertas interiores pueden entregar importantes beneficios a la vida cotidiana, desde una mejor estética y salud hasta una mayor productividad. Investigaciones han demostrado que las plantas de interior ayudan a eliminar los contaminantes presentes en el aire, llamados compuestos orgánicos volátiles (COV), que emanan de adhesivos, muebles, ropa y solventes, y que pueden causar distintas enfermedades. También aumentan las percepciones subjetivas de concentración y satisfacción, así como las medidas objetivas de la productividad. Los jardines interiores pueden incluso reducir el uso de energía y los costos debido a la menor necesidad de circulación de aire. Estos beneficios complementan las ventajas estéticas obvias de un jardín bien diseñado, haciendo del jardín interior una característica residencial atractiva en varios frentes.
https://www.archdaily.cl/cl/932146/como-incorporar-jardines-y-huertas-en-el-diseno-de-viviendasLilly Cao
En febrero de 2020, el museo Solomon R. Guggenheim presentará una exposición titulada "El campo, el futuro". La exposición, concebida por el equipo dirigido por Rem Koolhaas y AMO, marcará el último capítulo de una de las principales áreas estudiadas por Koolhaas en los últimos años: el impacto que tiene un mundo cada vez más urbanizado en las zonas no urbanas que han sido "dejadas atrás".
https://www.archdaily.cl/cl/925916/como-sera-el-campo-cuando-todos-vivamos-en-ciudadesNiall Patrick Walsh
La producción de alimentos depende directamente de las abejas, y su desaparición tendría efectos catastróficos en la humanidad. Textos alarmantes circulan por todo Internet sobre cómo estos pequeños insectos se están muriendo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen de las abejas. Por ejemplo, una fresa bien formada sólo es posible si docenas de abejas pasan la flor en el momento correcto y la polinizan. Sin ellos, se vería más como una pasa.
El estudio Vincent Callebaut Architectures ha revelado las imágenes de su proyecto homenaje a la Catedral de Notre-Dame, tras el incendio que dañó gravemente esta histórica estructura. El proyecto constituye una propuesta trascendente, símbolo de un futuro ecológico y resilente, que se inspira tanto en la biomímesis como en la ética común para buscar una relación más justa y simbiótica entre la naturaleza y los seres humanos.
https://www.archdaily.cl/cl/916647/esta-cubierta-ecologica-de-madera-es-un-homenaje-a-notre-dame-por-vincent-callebaut-architecturesNiall Patrick Walsh
A medida que los ciudadanos se hacen más conscientes de los impactos ambientales de la producción y transporte de los alimentos, además de interesarse por el origen y la calidad de lo que consumen, la agricultura urbana está destinada a multiplicarse y atraer la atención pública y política. Acercar la producción de alimentos, además de sostenible, es pedagógico. Sin embargo, las consideraciones del cultivo de alimentos al interior de las ciudades difiere de la agricultura tradicional.
Las huertas urbanas pueden ocupar una infinidad de lugares y tener escalas variadas, utilizando marcos de ventanas y balcones, terrenos baldíos, patios de escuelas, parques públicos e incluso en lugares improbables, como en túneles del transporte subterráneo. También pueden ser comunitarias o individuales. En cualquier caso, es importante considerar una serie de variables.
Es el momento del año en el que nos proyectamos al futuro para definir las metas y enfoques con que dibujaremos nuestra carrera a lo largo del año que comienza. Con el objetivo de ayudar a los millones de arquitectos de todo el mundo que diariamente consultan ArchDaily, hemos realizado el siguiente listado con las ideas que más sonaron durante el 2018 y que por tanto, serán los temas que seguirán desarrollándose o terminarán de verse consolidadas durante 2019.
Sólo el año pasado más de 130 millones de usuarios descubrieron en ArchDaily nuevos referentes, materiales y herramientas que cambian el desarrollo de la arquitectura con el objetivo de mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades. Estos temas pasan a ser una tendencia cuando nuestros usuarios comienzan a coincidir en sus búsquedas de información o demuestran mayor interés por un tema en relación a otros.
https://www.archdaily.cl/cl/910249/estas-son-las-tendencias-que-tendran-influencia-en-la-arquitectura-en-2019Pola Mora
El gigante mundial del retail IKEA y el diseñador Tom Dixon han firmado un acuerdo para investigar el futuro de la agricultura urbana, "transformando nuestras casas en tierras de cultivo". En su próxima participación del Chelsea Flower Show 2019, la feria de paisajismo más grande del Reino Unido, el equipo compartirá con la comunidad internacional "soluciones innovadoras y asequibles que podrán ser utilizadas para cultivar plantas y vegetales en su casa y jardín".
El interés de la colaboración es festejar el cultivo de alimentos como un elemento fundamental de la vida cotidiana, algo que podrá inspirar un estilo de vida más sano y sostenible. Considerando el potencial ahorro de recursos que esta actividad puede ocasionar en términos de desperdicios orgánicos, transporte y consumo de agua, el equipo hará uso de los denominados principios de diseño democrático de IKEA para "promover la agricultura y el consumo sostenible y accesible en nuestras casas y comunidades urbanas".
https://www.archdaily.cl/cl/907968/ikea-y-tom-dixon-disenan-productos-enfocados-en-la-agricultura-urbanaNiall Patrick Walsh
Desde hace tiempo, la agricultura urbana ha estado ganando impulso en el mundo de la arquitectura. Las ciudades siempre han tenido una conexión con la agricultura, y los beneficios que ofrece traer la agricultura a la ciudad son numerosos y variados, por ejemplo:
David Holmgren y Bill Mollison, ecologistas australianos, acuñaron por primera vez el término permacultura en el año 1978, englobando métodos holísticos para planificar, actualizar y mantener sistemas ambientalmente sostenibles, socialmente justos y financieramente viables. Para Mollison, "La permacultura es la filosofía de trabajar con y no en contra de la naturaleza, a través de una observación prolongada y reflexiva". En este sentido, los espirales de hierbas son un óptimo ejercicio para iniciarse en el entendimiento de algunos de los conceptos de esta cultura, ya que reúne diversas funciones naturales en un único elemento, haciéndolo más productivo y sano.