
Los jardines y huertas interiores pueden entregar importantes beneficios a la vida cotidiana, desde una mejor estética y salud hasta una mayor productividad. Investigaciones han demostrado que las plantas de interior ayudan a eliminar los contaminantes presentes en el aire, llamados compuestos orgánicos volátiles (COV), que emanan de adhesivos, muebles, ropa y solventes, y que pueden causar distintas enfermedades. También aumentan las percepciones subjetivas de concentración y satisfacción, así como las medidas objetivas de la productividad. Los jardines interiores pueden incluso reducir el uso de energía y los costos debido a la menor necesidad de circulación de aire. Estos beneficios complementan las ventajas estéticas obvias de un jardín bien diseñado, haciendo del jardín interior una característica residencial atractiva en varios frentes.
Sin embargo, los jardines interiores requieren de condiciones especiales para crecer sin problemas. Estas condiciones varían según el tipo de planta que se cultiva y los métodos y soportes que permitirán su crecimiento. Para abordar estas consideraciones, hemos compilado una lista introductoria de requisitos, tipos de plantas más comunes y configuraciones espaciales, a continuación.
