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Isamu Noguchi: Las más recientes noticias y obras de arquitectura

Los parques infantiles como espacios políticos: negociando el riesgo, el espacio y la infancia

Los parques infantiles son instrumentos espaciales a través de los cuales la sociedad proyecta sus expectativas sobre la infancia, poniendo a prueba los límites entre control y autonomía, exposición y protección. Regulan cómo los niños se relacionan con el espacio, con los demás y con sus propios cuerpos, codificando —muchas veces de manera invisible— normas sociales, miedos y aspiraciones. En este sentido, los parques infantiles no son espacios periféricos de ocio; son construcciones políticas moldeadas por ideologías específicas sobre qué es la infancia y cómo debería desarrollarse. Desde 1989, el derecho al juego ha sido reconocido formalmente en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, afirmando que el juego es una parte fundamental del desarrollo humano. Diseñar un parque infantil no consiste solo en trazar líneas en un plano o instalar equipamiento en un parque; es definir las condiciones bajo las cuales el juego es permitido, imaginado o restringido.

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Patios de recreo inclusivos: todos pueden jugar a través de la arquitectura

El juego trasciende su dimensión recreativa y se convierte en un acto social que anima a los niños a aprender, interactuar, ser creativos y vincularse con su entorno espacial. Como señala Johan Huizinga en Homo Ludens, es un elemento fundamental de la cultura, donde los niños crean vínculos y exploran formas de coexistencia. De este modo, cuando la arquitectura de los espacios de juego excluye ciertos cuerpos o modos de participación, la experiencia colectiva se fragmenta y pierde parte de su significado. Así, diseñar con la inclusión en mente implica reconocer que el valor real del juego reside en su potencial de ser compartido por todos.

Escenarios de juego e imaginación pública: la ambigüedad del juego en la vida urbana de Hong Kong

Cuando pensamos en las ciudades y la vida urbana, solemos enfocarnos en la infraestructura, la cultura, el comercio, la vida nocturna y la densidad. En las metrópolis donde parece existir una oferta infinita de actividades —sobre todo para adultos—, el juego rara vez entra en la conversación. Sin embargo, jugar debería considerarse una parte vital de la vida urbana. El juego influye directamente en cómo imaginamos y construimos las ciudades del futuro, comenzando por la manera en que los niños interactúan con su entorno. La experiencia de jugar —y, más específicamente, el diseño y la existencia de áreas de juego— deja huellas profundas en la forma en que las personas crecen en contextos urbanos. Estos espacios constituyen el primer vínculo físico de un niño con el paisaje urbano. Por eso, el juego merece mucha más atención en las discusiones sobre bienestar urbano, habitabilidad y diseño del espacio público.

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Muebles de autor: poniendo en valor el diseño original

Desde la década de 1930, la empresa Herman Miller se ha asociado a una serie de icónicos diseñadores -George Nelson, Charles y Ray Eames, Isamu Noguchi, entre otros-, con el objetivo de producir piezas que se transformarían en grandes clásicos del diseño, como el sofá Nelson Marshmallow, la silla Eames o la mesa Noguchi. Los productos han sido fabricados de acuerdo a las especificaciones originales de los propios diseñadores, pero se han ido sumado nuevas opciones de materiales y colores, buscando siempre un equilibrio entre la escultura y la ingeniería; entre la artesanía y los procesos industriales.

Conoce cómo estos célebres personajes cambiaron los paradigmas clásicos relacionados con el diseño de muebles, y cómo sus tempranas innovaciones siguen vigentes hasta el día de hoy.

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