Algunos arquitectos y arquitectas han logrado plantear interacciones entre las diferentes escalas de los proyectos, trabajando en una multiplicidad de campos que van desde la ciudad hasta el detalle constructivo, pasando por la escala edilicia. Si bien en muchos casos, la selección del mobiliario que complementará y permitirá el correcto funcionamiento de una obra -es decir, los elementos que en última instancia interactuarán con la escala humana-, suele quedar relegada a una etapa post constructiva, su diseño no siempre es considerada una cuestión secundaria.
Los sistemas mecánicos sustentados a partir de dispositivos como poleas, engranajes, carretes, cables y contrapesos pueden resultar muy útiles para potenciar y transmitir fuerzas, generando el movimiento o desplazamiento de determinados elementos de manera relativamente sencilla, sin la necesidad de involucrar energía eléctrica. Incorporar estos mecanismos en proyectos de arquitectura genera la posibilidad de alterar de manera manual la disposición de los elementos que definen los espacios desde una perspectiva didáctica y lúdica.