Grupo de construcción para Circo-lô en la Asociación IDE, en Botucatu | SP. Foto: Tomaz Lotufo
Históricamente, las primeras universidades del modelo contemporáneo fueron implantadas en Europa como instituciones orientadas a la formación de élites para servir al Estado y a la Iglesia, y no para promover la emancipación social. Con el avance del capitalismo, se consolidaron como espacios privilegiados de producción y reproducción de la cultura occidental moderna. Sin embargo, a partir de la década de 1960 —especialmente después de las revueltas estudiantiles de mayo de 1968—, el énfasis académico se volvió hacia valores relacionados con el mercado, reemplazando los ideales humanistas y críticos. Las ciencias humanas perdieron espacio, mientras que las áreas técnicas pasaron a ocupar un lugar central, muchas veces alejándose de la reflexión crítica sobre el impacto social de sus prácticas.
Un buen diseño debe adaptarse a las necesidades de sus usuarios, a la misma vez que el diseño participativo busca reducir la distancia entre los arquitectos y quienes habitarán los proyectos. En este sentido, los proyectos dirigidos a la infancia que integran a los niños y niñas como actores centrales en el proceso de diseño muestran cómo la escucha activa y la co-creación se traducen en espacios a escala infantil y pensados para una etapa de intenso aprendizaje.
Ya sean jardines infantiles, escuelas, centros comunitarios o espacios públicos, los proyectos que cuentan con la participación de niños muestran cómo el proceso de diseño puede convertirse en un intercambio enriquecedor para ambas partes. Por un lado, los niños pueden aprender sobre materiales, escalas, toma de decisiones y desarrollar conciencia espacial. Por otro, los arquitectos responsables de materializar los deseos y necesidades de los jóvenes usuarios pueden ejercitar la sensibilidad y la imaginación, y reconocer una visión del mundo distinta, enfocada en el descubrimiento. Todo esto es posible mediante la escucha y el diálogo abierto entre diferentes grupos etarios.
Cada mes de junio, la ciudad española de Logroño se transforma en un espacio de diálogo arquitectónico, abriendo sus calles, plazas, riberas e islas de tráfico a estructuras temporales que redefinen cómo se habita en las ciudades. Durante diez ediciones, Concéntrico ha trabajado no como una feria especializada o una bienal de arquitectura, sino como un museo portátil — un gesto curatorial que lleva una colección dispersa de arquitectura contemporánea al espacio público. Ubicado en una ciudad suspendida entre llanuras áridas y montañas distantes, lejos de los circuitos de las capitales y las instituciones culturales, Concéntrico se presenta como una promesa temporal. Es un recordatorio de que incluso las ciudades que a menudo son pasadas por alto pueden albergar una arquitectura que es actual, diversa y especulativa. En este sentido, el festival trata menos sobre celebración y más sobre activación.
Pero más allá de su lógica curatorial, Concéntrico opera como una estructura política. En el sentido antiguo de polis, invita a ciudadanos, arquitectos e instituciones a reevaluar lo que puede ser el espacio público. Las intervenciones ofrecen propuestas especulativas para la vida urbana que revelan lo que falta, lo que es posible y lo que debería ser cuestionado. Una piscina temporal sobre una fuente, una casa de baños en una rotonda, o una comida compartida en una avenida principal no son solo gestos espaciales — son declaraciones políticas, preguntando cómo podría redirigirse la infraestructura urbana de control a cuidado, de eficiencia a encuentro. De esa manera, el festival se convierte no solo en un reflejo de la ciudad, sino en un instrumento para su transformación.
En asociación con el Centro Cultural Europeo (ECC), ArchDaily ha lanzado su exposición inaugural como parte de la séptima edición de Time Space Existence, una vitrina arquitectónica que ocurre simultáneamente con la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia. Abierta del 10 de mayo al 23 de noviembre de 2025, en varias ubicaciones de Venecia, esta edición se centra en el tema de "Reparar, Regenerar y Reutilizar", promoviendo enfoques innovadores y sostenibles en la arquitectura. La contribución de ArchDaily se ubica en el Palazzo Mora, complementando otros espacios como el Palazzo Bembo, los Jardines de Marinaressa y el Palazzo Michiel.
La arquitectura tiene poder más allá de la creación de edificios: es una práctica que da forma a cómo las personas viven, interactúan y prosperan dentro de sus comunidades, y también, puede ser una herramienta para la innovación social. A través de la comprensión de los procesos centrados en el ser humano, el diseño participativo y las ciencias sociales, los profesionales pueden abordar desafíos sociales como la soledad, la desigualdad y la salud pública para equipar espacios como vehículos para la equidad y el compromiso social. El papel de la arquitectura en la configuración del futuro de las comunidades es una respuesta directa a las necesidades humanas y al cambio social activado.
Hacia los albores del Modernismo, en la ferviente búsqueda de sistemas constructivos innovadores, eficientes y rentables, la idea de la construcción modular ofrecía exactamente la promesa de eso: un sistema industrializado compuesto por elementos listos para ensamblar, fácilmente configurables, económicos y controlados en calidad. Si bien la idea no ganó tanta fuerza como se esperaba inicialmente, sigue siendo una premisa atractiva para arquitectos y diseñadores. Ahora, nuevos desarrollos en el campo han llevado a un renovado interés en el tema, a medida que la vivienda modular emerge como una medida efectiva en diversos aspectos, desde viviendas asequibles hasta refugios de emergencia, o incluso como plataformas para la colaboración interdisciplinaria, la participación y el diseño participativo. El siguiente artículo explora esta promesa de accesibilidad, creatividad y asequibilidad que se ha convertido en una parte integral del debate en torno a la arquitectura modular.
El concepto de una comunidad o parque público se trata de crear un espacio recreativo accesible para todos. Sin embargo, en muchos casos, el inicio de un proyecto de parque puede fracasar debido a fondos insuficientes o regulaciones/restricciones. El primer desafío es principalmente poner en marcha el proyecto y, lo más importante, obtener la recepción positiva de la comunidad y, si es posible, su participación, asegurando así el éxito y la sostenibilidad del proyecto.
CityMakers, la comunidad global de arquitectos que aprenden de ciudades modelo y de sus “makers”, está trabajando con Archdaily para publicar una serie de artículos sobre Barcelona, Medellín y Róterdam. Sus autores son los propios arquitectos, urbanistas y/o estrategas de los proyectos que han transformado estas tres ciudades y que se estudian en las “Escuelas de Ciudades” y “Cursos-Documentales” realizados por CityMakers.
En esta ocasión, Víctor Restrepo, Coordinador de CityMakers en Medellín, nos presenta su artículo “Medellín: un caso de estudio”
Medellín es un caso inspirador para muchas ciudades en el mundo, es una ciudad que saltó de un miedo colectivo profundo, a la esperanza de una vida urbana y social entusiasta con calidad y convivencia. La crisis de la ciudad siempre ha estado asociada a la violencia y a el narcotráfico, sin embargo, esta crisis es más estructural y profunda, responde a muchos más factores, algunos de estos están asociados al crecimiento acelerado de su población, como en muchas ciudades latinoamericanas.
Los conceptos de autonomía, colaboración y participación han cobrado importancia en el ámbito de la arquitectura y el urbanismo en las prácticas llevadas a cabo por las comunidades junto con arquitectos, urbanistas y diseñadores. En un período en el que el número de desastres climáticos ha aumentado significativamente -el número se ha duplicado en los últimos 40 años según un informe publicado en 2016 por el CRED (Centre for Research on the Epidemiology of Disasters)-, sumado a los conflictos y otras tragedias, la demanda de La reconstrucción de viviendas e infraestructura en las áreas afectadas ha crecido simultáneamente. Este factor ha exigido un gran esfuerzo de colaboración para la reconstrucción arquitectónica y urbana.
MVRDV y LOLA Landscape Architects acaban de revelar el nuevo desarrollo de "Grüne Mitte" en Düsseldorf, Alemania. Centrado en la comunicación abierta, la negociación y el compromiso, el proyecto tiene como objetivo introducir 500 nuevos apartamentos y espacios comunitarios para mejorar el vecindario. Aproximadamente el 50% del proyecto está destinado a viviendas sociales o asequibles, que fueron diseñadas en procesos participativos con los residentes.
Hoy más que nunca necesitamos salvaguardar una de las piedras angulares del desarrollo urbano sostenible: la participación ciudadana en los procesos de planificación urbana.
Las ciudades son un lienzo para la creatividad arquitectónica y el dinamismo de la vida urbana. En los últimos años, han asumido un papel adicional: el de laboratorios vivos para la innovación en arquitectura y diseño urbano. Las ciudades internacionales se han convertido en terrenos de experimentación para la tecnología arquitectónica, prácticas sostenibles y principios de diseño centrados en el ser humano que se prueban y refinan. Este cambio de paradigma no solo ha transformado los aspectos físicos de los entornos urbanos, sino que también ha redefinido la relación entre la arquitectura, la comunidad y el entorno construido.
Dérive LAB es un laboratorio multidisciplinario ubicado en Santiago de Querétaro, México que busca explorar, comprender e inspirar otras (nuevas) maneras de vivir y pensar la vida en la ciudad. A través de la investigación, el diseño y la acción, se han enfocado en desarrollar proyectos de arte, arquitectura, diseño urbano y otras disciplinas, que impacten en tres escalas específicas: la vida pública, el entorno construido y los objetos cotidianos.
Adjaye Associates, en colaboración con Holst Architecture, el principal arquitecto registrado, ha presentado las primeras representaciones de la nueva Biblioteca del Este del Condado en Portland, Oregón, una instalación que proporcionará una amplia gama de servicios y programación. El diseño del edificio de 95,000 pies cuadrados se basa en una amplia participación y retroalimentación de la comunidad. Varias organizaciones locales ayudan en estos esfuerzos mediante la organización de eventos comunitarios públicos, grupos de enfoque, divulgación para adolescentes y encuestas. Dado que el proyecto se encuentra actualmente en la fase de diseño esquemático, las imágenes presentadas son borradores iniciales, que probablemente cambien para reflejar los aportes recibidos.
Global Challenge (#GC2022) está recibiendo presentaciones de comunidades de autoconstrucción en todo el mundo. La fecha límite para las presentaciones es el 30 de noviembre de 2022.
Hace unos días tuve la oportunidad de platicar con Emilio Hernández, del Centro de Imaginación Oaxaca, uno de los participantes deCocina CoLaboratorio. En nuestra plática surgieron temas como la participación colectiva, la gestión social del hábitat, el altruismo, el racismo, y muchos otros temas de índole social. Durante la charla mencionamos los distintos matices, luces y sombras alrededor de temas relacionados con el asistencialismo y la “ayuda” a las comunidades; lo contraproducente y violento que puede ser el actuar desde el privilegio y la verticalidad.
https://www.archdaily.cl/cl/990628/cocina-colaboratorio-gestion-social-de-habitat-en-chiapasValeria Rubio García
Este artículo fue originalmente publicado el 10 de octubre de 2017.
El día lunes, 9 de octubre de 2017, Radio Arquitectura dedicó una emisión especial al tema 'Reconstrucción Social del Hábitat', invitando a una mesa de discusión a algunos personajes que han sobresalido por su trabajo constante en la arquitectura social y participativa en México.
¿Qué otra cosa es más familiar para cualquier ser humano que la comida? La comida conecta el paisaje con la cultura, con la emoción, con la historia y con la salud planetaria en general. Compartir alimentos y cocinar para otras personas representa un acto básico de cuidado y una manera de expresar generosidad y hospitalidad, recordándonos cuánto dependemos los unos de los otros. La comida nos permite pensar de forma sencilla en las relaciones complejas del hábitat y proporciona un espacio común para que las personas nos conectemos como en nuestra propia casa: alrededor de la mesa de la cocina.