En muchas partes del mundo, la lejanía no solo se define por la distancia. Puede describir un asentamiento montañoso alejado de la infraestructura o un barrio urbano y suburbano en los márgenes de la visibilidad y la oportunidad. A través de estos diversos contextos, la biblioteca ha sido una de las tipologías más vitales—un espacio donde la arquitectura encarna los modos de accesibilidad, inclusividad y cuidado comunitario.
A medida que las ciudades y comunidades se adaptan a nuevas realidades culturales, ambientales y sociales, la arquitectura está asumiendo un papel ampliado en la configuración de espacios de resiliencia, reunión e imaginación. Esta edición de Arquitectura Ahora destaca seis proyectos recientes que abarcan continentes y tipologías, desde la rehabilitación de paisajes post-industriales hasta arquitectura sagrada, pabellones culturales y centros cívicos. Ya sea a través de la innovación en mass timber en Vancouver y Jülich, la reutilización adaptativa en Ostrava, un pabellón infantil en Londres, un centro espiritual en India, o una iglesia paramétrica en Kiev, cada proyecto demuestra cómo el diseño puede unir patrimonio e innovación, al mismo tiempo que fomenta la conexión, el cuidado y la comunidad.
Ubicado en una granja en el sur de India, el Museo del Arroz ocupa el piso superior de la casa de Syed Ghani, enclavada en el verde paisaje agrícola de Mandya — una región moldeada por estructuras de ladrillo, una extensa vegetación y conocimientos agrícolas ancestrales. Syed Ghani, un agricultor, historiador y museólogo, se ha dedicado a preservar las variedades indígenas de arroz a través de la conservación de semillas, su proliferación e iniciativas educativas. Con el apoyo de los agricultores locales, ha ayudado a recuperar más de 1,000 variedades nativas de arroz, protegiendo una parte esencial del patrimonio agrícola de India.
En India, el ladrillo como material de construcción guarda memoria, significado y modernidad. Desde los ladrillos cocidos alineados de la Civilización del Valle del Indo hasta los intrincados jaalis de ladrillo que decoran hogares, edificios públicos y monumentos, el legado de este material está profundamente arraigado en la identidad arquitectónica del subcontinente. Sin embargo, nadie ha dado forma a la narrativa del ladrillo en la arquitectura moderna india con mayor elocuencia que Laurie Baker.
Los materiales para suelos a base de tierra comprenden elementos naturales como arcilla, arena, limo, cal y fibras orgánicas. Ofrecen tanto rendimiento estructural como compromiso sensorial cuando se utilizan en espacios exteriores e interiores. Debido a sus propiedades térmicas, durabilidad y cualidades sostenibles, estos materiales han evolucionado de técnicas de construcción vernáculas a elementos arquitectónicos de alto valor que siempre están siendo reinventados y optimizados. Existen varios tipos de pisos de tierra, cada uno ofreciendo beneficios únicos, y se utilizan cada vez más en entornos interiores.
El espacio se ha convertido en un lujo en muchas de las ciudades más densamente pobladas del mundo, una realidad cada vez más difícil de ignorar. Mega Ciudades como Tokio, Shanghái, Bombay, Ciudad de México y São Paulo superan ya los 20 millones de habitantes, mientras que otros centros urbanos de Asia y África continúan expandiéndose rápidamente. Entre ellos destaca Delhi: si se mantienen las tendencias actuales, se prevé que se convierta en la ciudad más poblada del mundo en 2028. A medida que estas ciudades crecen, las viviendas —especialmente las de nueva construcción— responden a una nueva lógica: los metros cuadrados se reducen, el mobiliario se adapta y la vida cotidiana aprende a encajar y prosperar en entornos de alta densidad. Este cambio no se relaciona solo con el tamaño; refleja una nueva forma de habitar. Donde antes dominaba la amplitud, ahora prevalece la densidad. Cada rincón adquiere valor espacial y comercial, y la cocina se perfila como uno de los mayores retos del diseño habitacional contemporáneo.
Alrededor del mundo, diferentes culturas desarrollan maneras singulares de concebir y vivir la sanación. Lejos de ser solo un proceso físico, curarse involucra dimensiones emocionales, espirituales, sociales y también arquitectónicas. Los espacios de sanación — sean físicos, simbólicos o naturales — reflejan los valores, creencias y modos de vida de cada pueblo. Entender estos enfoques culturales no solo enriquece la comprensión sobre la salud, sino que también invita a repensar cómo diseñar ambientes que acogen el cuidado y el bienestar.
Los ladrillos de vidrio han sido ampliamente utilizados en la arquitectura, convirtiéndose eventualmente en un elemento básico de los estilos arquitectónicos de los años 80. Algunos ejemplos de construcción con este material podrían ser la clásica "Maison de Verre" de Pierre Chareau y Bernard Bijvoet en París o la interpretación más moderna de Hiroshi Nakamura & NAP con la Casa de Vidrio Óptico en Japón. En los últimos años, los ladrillos de vidrio se están volviendo cada vez más populares, ya no relegados a estéticas más antiguas. En cambio, han evolucionado hacia elementos de diseño versátiles que aportan luz, textura y carácter a los interiores contemporáneos. Su capacidad para difundir luz natural y artificial mientras mantienen la privacidad ha reavivado el interés entre los diseñadores que buscan maneras innovadoras de mejorar los espacios interiores aprovechando la luz natural.
Guerras, descolonización, crisis económicas, movimientos civiles y revoluciones industriales y tecnológicas: el siglo XX fue un periodo de transformaciones radicales y de gran alcance. Estos cambios reconfiguraron las sociedades y redefinieron el modo en que las personas expresaban sus aspiraciones, con la arquitectura a la cabeza. Las máquinas y la industrialización prometieron progreso tecnológico y modernización, abogando por una ruptura tajante con los estilos ornamentados e históricamente arraigados del pasado y adoptando una visión centrada en la funcionalidad, la eficiencia y la innovación. Este cambio, encarnado en el movimiento moderno, introdujo nuevos conceptos, métodos y usos de materiales, todos moldeados a través de la experimentación.
Cuando India obtuvo su independencia en 1947, la nación enfrentó una decisión que determinaría el curso de su futuro arquitectónico: ladrillo o concreto. Una elección aparentemente mundana de material estaba arraigada en una división filosófica más profunda entre dos posibles resultados para el entorno construido de la India postcolonial. Figuras pioneras en la lucha de India por la independencia sostenían puntos de vista opuestos: Mahatma Gandhi abogaba por la artesanía tradicional, mientras que Jawaharlal Nehru abrazaba el Movimiento Moderno. La arquitectura que uno ve en el subcontinente hoy en día es un mosaico de ambas, planteando la pregunta: ¿fue el movimiento moderno en India una imposición extranjera o una importación celebrada?