El pasado jueves 02 de julio el Consejo Deportivo de Japón (JSC, por su sigla en inglés) finalmente decidió darle visto bueno al nuevo Estadio Nacional de Tokio, diseñado por Zaha Hadid Architects.
Tras la discusión generada en torno a su construcción, y a pesar de las modificaciones al diseño original para reducir sus costos tras el rechazo explícito por parte de arquitectos de la talla de Toyo Ito y Fumihiko Maki, el proyecto de la arquitecta nacida en Irak avanzará a toda máquina para su inauguración en 2019.
Por ahora, el JSC y el Ministerio japonés de Educación buscan la manera de cubrir un presupuesto que prácticamente se duplicó, llegando a los USD 2.100 millones (¥252.000 millones), monto que se necesita para levantar el estadio sobre los cimientos de lo que alguna vez fue el estadio Meiji Jingu Gaien en los años treinta.
Sin embargo, esto no parece ser el peor problema que enfrenta Tokio 2020.