La vivienda social en Chile es un concepto que comienza a surgir a finales del siglo XIX por el aumento de la población tras la migración campo-ciudad. Para aquel entonces las personas vivían principalmente en conventillos y ranchos, bajo precarias condiciones de habitabilidad. Chile se encontraba en conflicto debido al déficit habitacional, tomando en 1906 la primera medida estatal bajo la “Ley de habitaciones obreras”, la cual se fue transformando al pasar de los años hasta conformarse en 1965 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y luego alrededor de 1980 el Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU), instituciones que median la temática habitacional hasta el día de hoy.
CHC, a lo largo de su historia ha participado y apoyado proyectos sociales que permiten mejorar la calidad de vida de sus habitantes además de estar siempre en una constante búsqueda de generar nuevos y mejores estándares que puedan aportar a la construcción de espacios. En este caso particular, el proyecto encabezado por el arquitecto Jaime Ovando, integra recursos del Estado a través del Programa de Habitabilidad de Chile y la Ilustre Municipalidad de Paine, conjuntamente con aportes de privados desde empresas relacionadas a materiales de construcción, de la oficina de arquitectura y la constructora, entre ellas CHC.
Pensar en el presente y futuro del adulto mayor es fundamental para progresar en la calidad de vida de la población. Según el estudio de las Naciones Unidassobre la perspectiva de la población mundial, para el 2050 se estima que, en Chile, un 32% de su población será mayor a 65 años. De acuerdo con los datos entregados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) 2017, un 22,1% de adultos mayores en el país viven inmersos en una situación de pobreza multidimensional. El vínculo de la arquitectura con el compromiso social desarrolla una estrategia para combatir la vulnerabilidad de este segmento de la población.
Laboqueria es un estudio de arquitectura en Barcelona que evidencia la experiencia de múltiples colaboraciones locales e internacionales. Esta perspectiva global, multidisciplinar y participativa, aseguran les permite tener una visión hacia la arquitectura renovada y diferente.
Con foco en los aspectos sociales, económicos y medioambientales, buscan abordar sus proyectos de forma integral acercando a las distintas personas involucradas en el proceso. Entre sus obras, se encuentran el edificio de viviendas La Balma realizado junto a la cooperativa de arquitectos Lacol; la Reforma d’un local junto a Marta Peinado Alós; y la Casa Ca's Bouer junto a Jordi Queralt.
ArchDaily, interesado en los procesos colaborativos y participativos a través del tema Democratizar el Diseño, realizó una entrevista con Laboqueria para conocer sus principales inspiraciones, desafíos y visiones.
Exacerbada por la pandemia, la crisis de vivienda se ha convertido en un fenómeno global. El aumento de precios, falta de acceso y malas políticas habitacionales se han traducido en mayor escasez y condiciones de precariedad. El caso de Chile no ha sido una excepción. Es más, según los últimos informes emitidos por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), existen “más de 700 mil familias con problemas de allegamiento y viviendas irrecuperables, sumando a las 81 mil familias que viven en campamentos.”
Cuando hablamos de producción social entendemos aquellos procesos donde los líderes de las comunidades son adultos quienes representan y toman las decisiones para su comunidad; pero dejamos de lado a la niñez que también disfruta y vive en sus espacios. Quienes tienen la imaginación y creatividad sin límites, quienes crean escenarios en Marte en una cancha de basquetbol. Quienes tienen las mejores carreras de autos en la arena dispersa del patio trasero de su casa. Niñas y niños que por diferentes circunstancias familiares o económicas no pueden redactar una carta, pero cuentan a través de las líneas lo que sienten y quieren.
Cada vez son más las disciplinas que se preocupan por el derecho a la vivienda. Ya sea en la arena de la arquitectura, el derecho, la economía, el urbanismo, la geografía o la ciencia política, distintas personas han buscado identificar los problemas para su cumplimiento, sobre todo en los ambientes urbanos cada vez más hostiles. Sin embargo, aunque todos hablamos del derecho a la vivienda no estamos hablando de lo mismo.
"La ciudad es conflicto, así como la sociedad es conflicto, pero qué conflictos se conforman y expresan en cada ciudad habla de cómo es cada una", dice la especialista en antropología urbana María Cristina Cravino cuando se refiere al derecho a la ciudad en América Latina. En un contexto creciente de ciudades con procesos de gentrificación, donde los altos precios de suelo y vivienda expulsan a los residentes populares, el nuevo Barrio Maestranza Ukamau propone un interesante ejemplo que tiene mucho para contar sobre posibles caminos para el acceso a la vivienda de interés público en Santiago de Chile.
El proyecto ubicado en los terrenos de la antigua Maestranza de Ferrocarriles San Eugenio, al centro, entre las calles Santiago Watt y Exposición de la comuna Estación Central, no sólo fue diseñado por el arquitecto Fernando Castillo Velasco en sus últimos años de vida y continuado por su hijo Cristián Castillo junto a Elías Becerra y Pamela González, sino por la comunidad de familias organizada en las asambleas del Movimiento Social y Popular Ukamau, donde deliberaron y discutieron paso a paso sus próximas viviendas. Son casi 3 hectáreas de superficie, 424 departamentos.
La Alcaldía de Santiago de Cali, el Fondo Especial de Vivienda FEV y la Sociedad Colombiana de Arquitectos – Valle del Cauca (SCA Valle) llamaron a participar en un concurso público de anteproyecto que involucraba el diseño urbano, arquitectónico y paisajístico de un prototipo de vivienda social rural sostenible destinada al reasentamiento de todas aquellas familias que contaran con una vocación productiva.
A ubicarse en la ciudad de Cali, más precisamente en el Valle del Cauca, Colombia, el jurado decidió otorgar el primer lugar a la firma de arquitectura DARP – De Arquitectura y Paisaje + Ana Elvira Vélez.
Lucía Nogales es coordinadora general de "Ocupa tu Calle" -una iniciativa promovida por Lima Cómo Vamos y apoyada por la Fundación Avina y ONU Hábitat- que pone el foco sobre el 'urbanismo ciudadano' en América Latina para ciudades más justas, inclusivas y resilientes.
Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura 2019, fue Director Ejecutivo de la CORMU durante el gobierno de la Unidad Popular y se ha destacado a lo largo de su historia en la lucha por el derecho a una vivienda adecuada en Chile. Alejandro Aravena, Premio Pritzker 2016, es socio de la oficina ELEMENTAL y sus trabajos en vivienda social lo han convertido en un icono a nivel mundial desde que irrumpió en el escenario arquitectónico con el proyecto de la Quinta Monroy en Iquique.
Por estos motivos, fue más que interesante escuchar la posturas de dos generaciones distintas que se reunieron no solo para conversar y analizar el pasado, presente y futuro de sus vidas y carreras; sino sobre el desafío que genera el acceso a la vivienda en Chile.
MAIO se encuentra actualmente construyendo un edificio de cinco plantas con 40 vivienda sociales en Sant Feliu de Llobregat, Barcelona. Este desarrolla una serie de estrategias sociales cuyo objetivo se centra en la conectividad urbana, la equidad social y la sustentabilidad. El diseño, ganador del primer premio en un concurso de dos fases, albergará espacios genéricos sin jerarquización, flexibles y adaptables a los cambios en las necesidades vitales de sus habitantes.
La vivienda social es uno de los principales temas cuando pensamos en el derecho a la ciudad, pues proporcionar una vivienda digna es fundamental para la construcción de territorios más democráticos.
Desafortunadamente, en muchos países el término "vivienda social" todavía es visto como un emprendimiento inmobiliario que busca construir el mayor número posible de unidades, con los materiales más baratos y sin preocupación por la calidad de vida de sus habitantes - cerrándose en un objeto inmobiliario en lugar de servir a la urbe y a las personas. Aunque este hecho es recurrente, existen varios ejemplos que retrataron lo opuesto de esta idea, en los que arquitectos manifiestan su punto de vista político a través de proyectos excepcionales en sus diferentes soluciones.
Ubicado en las afueras de Roma y con una longitud en planta de aproximadamente un kilómetro, el complejo residencial Corviale se presenta como una solución alternativa a la demanda habitacional surgida en los años 50 y 70 en los suburbios romanos. En este período, la ciudad pasó de tener aproximadamente 1,6 millones a 2,7 millones de habitantes, lo que produjo la expansión de la mancha urbana hacia las zonas periféricas.
Conocido también como Serpentone -por sus amplias dimensiones- el proyecto fue realizado entre 1972 y 1974 por un equipo de arquitectos coordinado por Mario Fiorentino. La construcción se llevó finalmente a cabo entre 1973 y 1982 y si bien inicialmente se tenía la intención de destinar la cuarta planta del edificio principal a usos comerciales, servicios y zonas comunes, esta etapa se abandonó por la quiebra de la empresa responsable de la ejecución de la obra. Con el tiempo, el nivel fue ocupado informalmente y esto dio origen a una serie de problemas que marcarían a la obra como un “proyecto emblemático” dentro de la historia de la vivienda en Italia.
Se dieron a conocer los trabajos premiados y distinguidos dentro de la convocatoria “Arquitectura Argentina Solidaria”, un llamado Nacional organizado por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU) que invitaba a los arquitectos, arquitectas y equipos de trabajo de todo el país a presentar ideas, iniciativas, propuestas, proyectos, obras e investigaciones realizadas en los últimos diez años que tuviesen como eje rector la solidaridad y la inclusión. Reuniendo los “saberes y pensares” de los profesionales de todo el país, el móvil fundamental de esta Convocatoria era dar respuesta a las necesidades emergentes de los sectores más desprotegidos de la sociedad, ahora agravados más que nunca por la situación de pandemia.
En la década de 1920 se terminaba el barrio de viviendas para empleados industriales Cité Frugès en Pessac, Francia. Uno de los actuales 17 sitios de Le Corbusier catalogado como patrimonio de la UNESCO.
Frente a las declaraciones recientes del Gobierno Federal y los nuevos programas anunciados por las instituciones relacionadas con la producción de vivienda en México, consideramos necesario dialogar e intercambiar ideas para comprender los conceptos de autoconstrucción, autoproducción y “Producción y Gestión Social del Hábitat” [PyGSH], así como el rol de la arquitectura en dichos procesos sociales.
https://www.archdaily.cl/cl/939134/el-rol-de-la-arquitectura-en-autoconstruccion-autoproduccion-y-produccion-social-asistida-de-viviendaMariana Ordoñez y Jesica Amescua
La situación de las viviendas sociales en Latinoamérica suelen ser parecidas variando de acuerdo a las adecuaciones climáticas puntuales. Pero no es común que se profundice a cabalidad el estudio de estas durante el periodo de pregrado de Arquitectura en la mayoría de facultades. Quizás la mejor manera de entenderlas - desde el punto de vista arquitectónico- es haciéndolo a través de la experiencia.
https://www.archdaily.cl/cl/937748/la-experiencia-de-un-estudiante-de-arquitectura-con-la-vivienda-social-en-cubaJuan Miguel de la Fuente