Uno se queda mirando estos dibujos deseando que fueran apuntes reales de nuestra ciudad. Parece como si hubieran sido dibujados después y no antes de ser siquiera concebidos. Han entendido tanto las líneas y proporciones de estas calles y costumbres. Nadie creería, a primera vista, que este proyecto le pertenece a arquitectos extranjeros, pues se percibe como local. Hay una clara sensibilidad y sencillez en el pulso y trazo detrás de toda esta escenografía de lo que sería la nueva ciudad visible. Estamos hablando del proyecto ACHKUR, “recoger con las dos manos”, algo que hacen bien al aprovechar los recursos que se encuentran al alcance para ser transformados. Esto nos recuerda al acto natural de recibir lo que la tierra da y las tradiciones atesoran.
Interiores_Exteriores / Edición D. Image Cortesía de OASIS
Lima tiene sus áreas verdes contadas, los espacios públicos infravalorados y la vivienda social es escasa (y urgente). Si un proyecto logra integrar estas necesidades básicas y ciudadanas con una dosis de “encanto” retorna a una merecida forma de vivir en “tregua, descanso, refugio”. Eso es lo que este proyecto creará en la Comunidad 3 de diciembre, del distrito de Lurín, en Lima: un oasis en medio del caos, ahondando en la aridez de la ciudad para proveerla de vida y crecimiento. Y así reivindicar la vivienda social; la que por lo general es parte desértica-olvidada, ahora florecería.
Delante del departamento y del auditorio de Humanidades está el jardín de la cafetería de letras, siempre lleno de alumnos compartiendo: es un clásico lugar de la PUCP. De pronto, el pasado mes de Marzo, se realizó una invitación privada a los docentes de la facultad de Arquitectura para el Concurso Diseño de Anteproyecto Arquitectónico para el Nuevo Edificio de la Facultad de Humanidades, el cual para abastecer más servicios universitarios, entre otras cosas, reemplazaría el café en mención. Visibilizar esta facultad sin invisibilizar la naturaleza del lugar. Es un detalle importante que la propuesta elegida tome en cuenta la memoria del paisaje desde su emplazamiento dando continuidad a este escenario humano y usual, integrando así la nueva construcción a todas las capas preexistentes.
La próxima inauguración de la 16 Exhibición Internacional de Arquitectura de La Bienal de Venecia –que se llevará a cabo desde el 26 de Mayo– es motivo suficiente para ir develando capas de lo que será la muestra del pabellón peruano a cargo de los curadores Marianela Castro, Janeth Boza y Javier Lizarzaburu, quienes en esta publicación nos revelan nuevas imágenes para acercarnos a sus visiones. Por su parte, el comisario José Orrego, encargado de la participación peruana desde el 2012, resalta el gran entusiasmo que ha despertado la originalidad de la propuesta ganadora del concurso nacional, al que se presentaron 40 propuestas.
El enfoque de esta exhibición internacional permite visibilizar los temas que forman parte de la problemática arquitectónica local, pues abre las puertas para que estas reflexiones se conviertan en propuestas que enriquezcan la comprensión de nuestras ciudades. Bajo la dirección curatorial de Yvonne Farrell y Shelley McNamara, el tema principal de la bienal de arquitectura de Venecia es “Freespace” definido como “la capacidad de la arquitectura para encontrar generosidad adicional e inesperada en cada proyecto”. Descubramos en esta recopilación de imágenes e ideas qué es lo que el equipo curatorial nos revela al respecto.
…no es sólo una invitación al diseño arquitectónico, sino también a la reflexión y el cuestionamiento de nuestro compromiso profesional con el desarrollo de los entornos más vulnerables y la creación de ciudades más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
Una forma de visibilizar las ciudades es interviniendo en los sectores olvidados o periféricos de la ciudad así como respondiendo a las necesidades más básicas visibilizándolas y haciendo un llamado de urgencia. Hace unos meses anunciamos la convocatoria a este concurso y hoy nos sorprende con la variedad de respuestas. Es interesante además ver cómo nos ven desde fuera los participantes de otros países y qué proponen a nuestra realidad; un gran aporte, pues así expandimos las posibilidades de intervenir con múltiples miradas en la construcción de proyectos con/para la sociedad.
CIUDADES [en] VISIBLE es un concurso que invitaba a participar a arquitectos, ingenieros, sean estudiantes o profesionales, a diseñar en mutuo acuerdo con las familias beneficiadas: familia Salazar, familia Acarraz, familia Teccse, familia Huamán, familia López. Cinco familias, cinco viviendas. La vivienda es en sí misma una necesidad básica, con lo cual este concurso es a la vez un laboratorio para la ciudad en búsqueda de otras soluciones para la construcción planificada de vivienda en un país como el Perú, dondecerca del 70% de las viviendas son autoconstruidas. El lugar de intervención es la Comunidad 3 de Diciembre, ubicada al sur de la ciudad de Lima, en el Distrito deLurín.
PLAZA SUCULENTA. Image Cortesía de Concurso Nacional Plaza Paz Soldán
En una ciudad como Lima donde los autos continúan ganándole terreno a los peatones, se agradece un concurso que intente revertir esta doble inercia priorizando el uso peatonal de los espacios urbanos; para no sólo cruzar un óvalo vehicular, sino quedarse en una plaza, por ejemplo. Basta dar una mirada a cada una de las propuestas que llegaron a la etapa final, para conocer los anhelos al respecto, todas plazas de gran calidad arquitectónica y artística. Si somos capaces de imaginarlo, somos capaces de hacerlo. Más allá de los resultados, cada proyecto inspira y abre caminos a nuevas formas de re-pensar y co-habitar la ciudad a partir del espacio público.
El óvalo Paz Soldán, un lugar icónico, céntrico y uno de los puntos más transitados del distrito de San Isidro, tendrá una nueva vida gracias a una transformación integral que lo convertirá en plaza pública. El Concurso Nacional Plaza Paz Soldán, patrocinado por la Municipalidad de San Isidro y el Grupo Centenario, dirigido por el arquitecto Gary Leggett, invitó a arquitectos y artistas con el fin de que juntos propusieran un espacio público como puerta de ingreso al bosque El Olivar. La convocatoria logró una participación masiva, con la inscripción de 160 equipos y la presentación de 60 proyectos arquitectónicos.
Plaza Paz Soldán - tres finalistas. Image Cortesía de Municipalidad de San Isidro
Integración de arte y arquitectura para construir un crucial espacio público en el óvalo Paz Soldán, uno de los puntos más icónicos y transitados del distrito de San Isidro en Lima. Este fue uno de las grandes retos que planteó la Municipalidad de San Isidro y el Grupo Centenario al convocar al Concurso Nacional Plaza Paz Soldán, el cual es parte de la iniciativa 2021: Proyectos del Bicentenario, dirigida por Gary Leggett.
Entre sus principales objetivos, este concurso busca la transformación del intrínsecamente vehicular óvalo en una plaza de libre acceso peatonal. Asimismo, propone la integración espacial de la nueva plaza Paz Soldán con la zona monumental del bosque El Olivar, logrando no sólo consolidar este nuevo espacio como una nueva puerta de ingreso al parque, sino que lo constituyan como un referente para otras zonas de la ciudad. Por su lado, la esperada propuesta de arte público es una reflexión sobre el rol del arte en el espacio público. Cabe destacar la amplia visión del óvalo como conjunto urbanístico, más allá del área específica de la intervención.
Ya se anunciaron a los tres finalistas y dos menciones honrosas. Fueron 160 equipos inscritos, entre los cuales 60 se presentaron. El jurado calificador estuvo integrado por los arquitectos Óscar Borasino, Sharif Kahatt y Michelle Llona; y por los especialistas en arte Max Hernández Calvo y Natalia Majluf. En el proceso se contó con la asesoría de especialistas como Juan Carlos Dextre, en temas de movilidad e impacto vial, y Patricia Dias, en patrimonio. Finalmente, para seleccionar al ganador se incluirá un voto, con valor doble, de las Juntas Vecinales de San Isidro.
Como sucede en diversas capitales latinoamericanas, el centro histórico de Lima —conocido como Cercado de Lima— se enfrenta a procesos simultáneos de deterioro, conservación y transformación. Al recorrer sus calles, su arquitectura neocolonial y republicana comulga con algunas de las principales obras del movimiento moderno del Perú, una "época dorada" de la arquitectura pública a mediados del siglo XX.
En 1947, la irrupción de la Agrupación Espacio, la remodelación de la Plaza de Armas de Lima y el ensanche de calles como la avenida Tacna y la avenida Wilson detonaron el ingreso de Perú en el movimiento moderno. Las obras de Enrique Seoane Ros y Walter Weberhofer en pleno centro histórico aterrizaron un nuevo lenguaje formal y estructural en sus calles, obras que revelan sus estructuras, diseños funcionales, ventanas corridas, terrazas y placas comerciales, englobando una optimista visión de futuro. A pesar de las reticencias iniciales, todo esto se vio respaldado por dos décadas de un Estado planificador y entusiasmado en el diseño de sus ciudades y en la construcción de grandes unidades vecinales como el PREVI y la Residencial San Felipe.
A pesar de su indiscutido legado, el movimiento moderno en Perú no está protegido legalmente, como nos lo recuerdan las arquitectas Alejandra Acevedo y Michelle Llona, autoras del imperdible CAMMP, libro que formó parte de la investigación del presente artículo. En esta nueva edición de las guías de arquitectura moderna latinoamericana, les presentamos 15 obras históricas del centro histórico de Lima, junto a un mapa que te permitirá hacer un tour por cerca de 3 horas.
Según el censo del 2007, el último del que conocemos resultados, cerca del 50% de la población limeña vive en barrios urbano marginales (BUM) [1], los cuales se definen como aquellos núcleos urbanos que presentan niveles de pobreza monetaria, y carecen de servicios de infraestructura y equipamiento (MVCS 2012) [2]. Si bien el gran crecimiento de este tipo de desarrollos se dio entre 1985 y 1995, a la fecha no ha cesado la invasión de tierras del estado, significando, en su conjunto, uno de los principales problemas urbanos y sociales a resolver en nuestras ciudades.
Esta última categoría agrupa una serie de edificios privados que se caracterizan por mantener una escala adecuada a sus contextos urbanos, transformándose en buenos ejemplos de una arquitectura que permite la habitación conjunta de varias familias en un mismo terreno, pero manteniendo una baja densidad general. Su baja altura, además, se ve acompañada por sugerentes operaciones en sus fachadas y recintos interiores, insinuando una búsqueda consciente por generar buenos espacios de vida para sus habitantes.
Atentos, un concurso que plantea (y cuestiona) tres ejes muy importantes de la realidad arquitectónica peruana. Por un lado, habla de la integración de los arquitectos como ciudadanos, cuyo rol social es indispensable. Asimismo, en la misma línea, plantea visibilizar a los sectores olvidados de la ciudad (y sus habitantes) para intervenir en ellos –con ellos– uniendo fuerzas entre profesionales (conocimiento/experiencia) y familias (ideas/necesidades). Y por último, la no menos importante problemática, sino gran acertijo: la vivienda social, precaria y ausente en nuestro país, cuyas oportunidades de relación al espacio público están ahí latentes. Tras esta unión de visiones, hay un mensaje muy sensible, y es ampliar nuestra visión a asuntos realmente fundamentales que atender desde la arquitectura, en pro de tener ciudades visibles.
Aunque son fotografías contemporáneas amateur, no nos quedemos con la simple vista, miremos más allá. Estos “falsos cerros” esconden huacas que –hayan sido centros ceremoniales, complejos administrativos o depósitos de alimentos– nos dejan como mensaje ese develar de capa tras capa, donde se van descubriendo distintas etapas de la historia y las formas de vida de nuestros antepasados prehispánicos, brindando una forma de asombrarnos al ver debajo de las superposiciones del tiempo. Las huacas nos enseñan a ver con mayor amplitud y perspectiva.