Es casi imposible hablar de Madrid, capital española que, además de su evidente atractivo turístico y su liderazgo como la ciudad más visitada del país —seguida por Barcelona—, es inseparable de su larga historia y de su evolución hasta la actualidad. En 2024, Madrid recibió más de 11,2 millones de visitantes, lo que constituye aproximadamente el 11,9% del total de turistas que llegaron a España ese año. Gran parte de la identidad de la ciudad, la singularidad de cada uno de sus barrios y las nuevas zonas desarrolladas a lo largo de los años están profundamente vinculadas a un crecimiento que, aunque planificado y modernizado en muchos aspectos, ha sabido preservar el carácter diverso que define su esencia urbana.
Cuando India obtuvo su independencia en 1947, la nación enfrentó una decisión que determinaría el curso de su futuro arquitectónico: ladrillo o concreto. Una elección aparentemente mundana de material estaba arraigada en una división filosófica más profunda entre dos posibles resultados para el entorno construido de la India postcolonial. Figuras pioneras en la lucha de India por la independencia sostenían puntos de vista opuestos: Mahatma Gandhi abogaba por la artesanía tradicional, mientras que Jawaharlal Nehru abrazaba el Movimiento Moderno. La arquitectura que uno ve en el subcontinente hoy en día es un mosaico de ambas, planteando la pregunta: ¿fue el movimiento moderno en India una imposición extranjera o una importación celebrada?
A pesar de su apariencia caprichosa, las casas en los árboles ofrecen una plataforma única para innovaciones estructurales y exploraciones de diseño. De hecho, las casas en los árboles tradicionales dependen de los troncos de los árboles para su soporte estructural, pero, para aliviar la carga soportada por el árbol, los proyectos contemporáneos a menudo introducen sistemas complementarios como pilotes buscando mantener su imagen mientras ofrecen soporte adicional. Una de las principales ventajas de elevarlas de esta manera es la reducción de la huella ambiental. Las casas en los árboles pueden diseñarse para dejar el suelo del bosque intacto, preservando ecosistemas de pequeña escala. Al liberar el suelo debajo, minimizan las interrupciones a la flora y fauna nativas, permitiendo que la naturaleza prospere sin ser perturbada. De manera similar, muchos profesionales de la arquitectura utilizan la topografía local para crear conexiones fluidas, incorporando rampas, escaleras o puentes que se integran con el paisaje. Estas soluciones no solo mejoran la accesibilidad, sino que también enriquecen la experiencia general creando un paseo arquitectónico que se extiende entre la casa en el árbol y sus alrededores.
Esta sensibilidad hacia el medio ambiente se refleja no solo en el diseño estructural, sino también en la cuidadosa selección de materiales. El uso de materiales naturales como la madera, también ayuda a que la estructura se fusione con su entorno. Algunos diseñadores han ido más allá empleando materiales alternativos como paneles espejados para reflejar el bosque circundante y ocultar completamente la presencia de la casa en el árbol, demostrando que la elección del material puede contribuir a crear un proyecto que se sienta como una extensión de su entorno en lugar de una imposición sobre él. Esta colección destaca ejemplos notables de Suecia, Dinamarca, Indonesia y Francia, mostrando sus diversos enfoques.