8 Maneras en las que podemos mejorar el diseño de nuestras calles para las protestas

La protesta, que antes se consideraba en gran medida como una actividad marginal perteneciente a extremistas apasionados, se ha convertido, tras el ascenso al poder de una nueva y controvertida administración en Estados Unidos, sumado al creciente interés por la política mundial, en un acontecimiento usual. Con un número de participantes cada vez más amplio, acarrea una nueva necesidad urbana que incluye espacios para reunirse y desplazarse en masa. Este revitalizado interés en la protesta tuvo su momento de auge adquiriendo una gran visibilidad en una fecha particularmente histórica: el 21 de enero de 2017, donde un récord de 4,2 millones de personas salieron a las calles en todo Estados Unidos para ejercer sus derechos de primera enmienda.

Si bien las marchas de mujeres tuvieron lugar en espacios tan variados como la Tundra congelada (existiendo evidencia fotográfica de científicos del Círculo Polar Ártico) e incluso salas de Hospitales para el tratamiento de cáncer en Los Ángeles, la realidad es que en su mayor parte, estas protestas ocurrieron en las calles. En los primeros meses de 2017, las calles de las ciudades se convirtieron repentinamente en el centro de atención de las pantallas de todo el mundo. De Washington a Seattle, de Sydney a San Antonio, de París a Fairbanks, los bulevares anchos y las calles principales de las pequeñas ciudades se transformaron de espacios de circulación a lugares de resistencia. Desde la Marcha de las Mujeres en Washington hasta la Marcha Popular por el Clima en abril, los manifestantes han buscado un espacio para reunirse y abogar por los temas que más importan mundialmente.

En una democracia floreciente, la necesidad de protestar moldea nuestro ámbito público y viceversa. El diseño de nuestro entorno público informa la manera en que damos testimonio colectivo de los conflictos y hacemos oír nuestras voces. El diseño de nuestras calles, en particular, necesita acomodar una amplia gama de usos, desde las actividades diarias de carácter más peatonal hasta la afluencia de millones de personas durante ocasiones extraordinarias. Muchos diseñadores se hacen mutuamente estas preguntas, reiterando el impacto potencial que el diseño puede tener en nuestra experiencia colectiva en el espacio público durante los eventos de protesta. El mes pasado, el Van Alen Institute organizó un concurso que invitaba a los diseñadores a presentar nuevas ideas para mejorar la experiencia de protesta en la ciudad de Nueva York, dando lugar a un sinnúmero de ideas creativas tales como el uso de enormes globos que señalizaran las zonas indicando dónde se están produciendo las protestas dentro de la ciudad.

Interesados en estas nociones, nos pusimos en contacto con varios diseñadores (arquitectos paisajistas, diseñadores urbanos y planificadores) que participaron en una de las muchas marchas a nivel nacional el 21 de enero, y les preguntamos sobre su experiencia. Esta investigación incluyó a diseñadores que marcharon en Austin, Boston, Oakland, Houston, Washington DC, Nueva York, Denver y Chicago. Las preguntas fueron:

  • ¿Cómo el diseño urbano representó una ventaja u obstaculizó la experiencia de la marcha?
  • ¿Qué fue lo más sorprendente en la manera en la cual las calles o los espacios públicos funcionaron durante la marcha?
  • ¿Cambió su experiencia su forma de pensar sobre el diseño de las calles de la ciudad?

A continuación, recopilaremos los temas más recurrentes en sus  observaciones y las especulativas provocaciones de diseño para cada uno de ellos.

El Allí, Allí

Hay un significado en los lugares que se eligen para manifestarse. Cada marcha fue planeada intencionalmente para comenzar o concluir en un entorno físico específico y culturalmente significativo. Por lo general, se trataba de una pieza icónica de la arquitectura o un monumento asociado con el gobierno: el Ayuntamiento de Los Ángeles o la Casa de Estado de Austin, por ejemplo. Un manifestante de Washington DC notó como situación relevante el poderoso momento en que el prado de la Casa Blanca fue abierto a los manifestantes. Al mismo tiempo, participantes de otras marchas señalaron la ausencia de un enfoque similar en sus ciudades. Por ejemplo, si bien el Grant Park de Chicago y el Commons de Boston se convirtieron en el epicentro de protestas de esas ciudades, carecían de un punto específico de llegada o estaban colapsados por las multitudes de una manera que hacía que el punto fuera inaccesible. Aunque parezca obvio, esto permite intuir que los ciudadanos ven a ciertos espacios como el lugar oportuno para dialogar con sus líderes, sintiendo que es allí donde sus voces tienen más probabilidades de ser escuchadas.

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Y si ampliamos el "Allí" para que sea menos singular (es decir, no sólo manifestarse "en el monumento", sino "hacia el monumento") y lo diseñamos más intencionado para una procesión? Esto podría significar una "ruta de desfile" orquestada ,repleta de espacios estratégicos -lugares de encuentro e inicio, un lugar de descanso o dos y un espacio final- y alineada con una infraestructura de apoyo (tótems, pancartas, iluminación). Esto alargaría y mejoraría la experiencia tanto para los manifestantes como para los observadores.

Mio, Tuyo, y Nuestro

Casi todas las personas, cuando se les pide que reflexionen sobre su experiencia, comparten momentos intensamente personales o profundos. Una mujer contó sobre cómo un cántico en honor a Sandra Bland en las calles de Austin la abrumó completamente por la forma en que el sonido llegaba al cielo. Un hombre vio a una mujer llorando en una esquina y tuvo un momento de profunda e inesperada empatía. Otra persona relató haber escuchado a un niño que le hacía preguntas a su madre sobre la democracia, demostrando que la sabiduría va mucho más allá de los años. Para muchos, las marchas fueron tan personales como colectivas. Para los diseñadores, este es un reto muy interesante, tanto para los días especiales de manifestación como para el uso diario de nuestras calles. ¿Cómo podemos permitir que una calle sea grande, cívica y flexible y que al mismo tiempo permita las interacciones más pequeñas y personales? ¿Cómo pueden nuestras grandes calles cívicas ser a la vez inspiradoras, respetuosas de su papel de relevancia y, al mismo tiempo, excelentes lugares para convivir?

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Qué tal si mejoramos la interacción social cotidiana de manera temporal y flexible? Por ejemplo, al igual que el famoso ‘Día de Estacionamiento’, los espacios infrautilizados podrían convertirse en jardines temporales, terrazas para comer, rincones recreativos y espacios para sentarse según sea necesario. Estos pueden ser fácilmente desmontados o hacerse más densos en los días de marchas

La Seguridad en Números

La seguridad se posiciona como un elemento principal en la mente de muchos manifestantes. Muchos discutieron el desafío que representa una inesperada gran multitud. Comentan que en las manifestaciones hubo momentos de preocupación por la seguridad personal: ¿Podré salir de esta situación fácilmente? ¿Y si hiciera más calor? ¿Qué pasa si tengo una emergencia médica? También había preocupación por la seguridad de las masas. Un funcionario en Austin tuvo un pensamiento aterrador y fugaz: ¿Y si la protesta se convierte en blanco de algún tipo de ataque? ¿Seremos capaces de proteger a toda esta gente? Otros observaron la intención histórica en el diseño de las calles: ¿Esta calle fue diseñada para abrazar la protesta o para aplastarla? ¿Se hizo más para proteger al gobierno o para crear un lugar para su gente?

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Qué tal si incorporamos nuevas tecnologías que permitan visualizar, conectarnos y comunicarnos mejor en las calles de las ciudades? Imagine que las fachadas de los edificios se convierten en pantallas que permitieran compartir información en tiempo real: tweets, información de emergencia o instrucciones.

El Diablo está en los Detalles

Mientras que los masterplans pueden ser establecidos bajo una escala de pies, las calles son experimentadas en pulgadas. Muchos observaron que las dimensiones experimentadas en la ‘microescala’ eran críticas. La disposición y las alturas de los cordones (topografía casi no percibida en un día promedio) tuvieron de repente una influencia notable en los movimientos de la multitud. Las inclinaciones transversales de la calle que podrían parecer insignificantes para un coche en movimiento resultaron estresantes con el paso del tiempo para los cuerpos humanos que se movían lentamente. Los participantes señalaron que las divisiones, los cambios en los materiales e incluso los baches les resultaban sorprendentemente perjudiciales. Quizás lo más importante es que muchos hablaron de estas microtopografías y variaciones como desafíos significativos para los discapacitados, los que están en silla de ruedas o los que tienen cochecitos. Las ubicaciones de las rampas en los cordones se convirtieron de forma alternada tanto en momentos de progreso positivos como en cuellos de botella inesperados.

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Y si nuestras calles fueran diseñadas pensando en la accesibilidad universal? Podríamos eliminar la aparentemente pequeña pero significativa barrera que representan los cordones a favor de una plataforma mucho más libre y abierta. El mobiliario temporal o los elementos propios del sitio podrían, en cambio, satisfacer la necesidad de control y barreras para la gente y prácticamente desaparecer durante las grandes manifestaciones.

Una Cuestión de Proporción

Aunque estas microcondiciones y microsituaciones fueron destacadas con frecuencia, la mayoría de las veces, los participantes también utilizaron palabras como "grandiosa" para describir su experiencia en las principales rutas de la marcha. Los manifestantes expresaron tanto gratitud (por el liderazgo cívico que permite que este tipo de encuentros ocurran) como sorpresa (notando una especie de renovada conciencia por la necesidad de existencia de tales espacios). Más específicamente, gran parte de la discusión se centró en las dimensiones y proporciones específicas de la propia calle. ¿Cuál es la relación ideal entre el ancho de las aceras y las dimensiones de las calles? ¿Por qué gran parte del espacio se destina a los coches? En una ciudad del siglo XXI, ¿qué porcentaje de las vías de circulación deberían "pertenecer" a la bicicleta, al peatón, al coche o al tránsito?

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Qué pasaría si nuestras vías de circulación no fueran uniformes de cuadra en cuadra, sino que fueran ricamente diversas y cambiantes? Imagínese una calle donde los carriles de circulación de los automóviles, los espacios peatonales y los espacios con vegetación estén entremezclados y entrelazados. En un futuro con coches manejados a través de la auto-conducción, puede que una ruta abierta, continua y directa ya no tenga que ser nuestra prioridad pública.

Elevarse

Muchos de los encuestados señalaron el valor de la elevación, tanto en términos de la capacidad de los manifestantes para elevarse a sí mismos, como de los cambios topográficos que permiten una elevación a gran escala en la ciudad. En Austin, donde los manifestantes pudieron apreciar el impresionante cambio de altura de la Avenida Congress, se les permitió vivenciar un impresionante e inmediato escaneo de la multitud. En cambio, los participantes en Houston lamentaron la relativa horizontalidad de las calles del centro de su ciudad (lo cual minimizó la posibilidad de tener una lectura de la escala de la manifestación). Los manifestantes de Chicago celebraron el mobiliario urbano, las escaleras y los árboles robustos, que, si bien les proporcionaron lugares de descanso, también fueron mecanismos para trepar y tener una mejor vista o bien para tomar una posición relevante y dirigir un canto. Muchos notaron la energía y la emoción que ofrecían las terrazas o balcones de los edificios a lo largo de las rutas de la marcha, permitiendo una participación y experiencia más tridimensional e inmersiva.

© Gina Ford y Martin Zogran

Provocación de diseño: ¿Y si la experiencia de la calle se volviera más tridimensional? Imagine casas en los árboles, pasarelas elevadas, terrazas al aire libre y puentes públicos -lugares para sentarse en lo alto y ser testigo de la vida de la calle. A nivel del suelo, elementos escalonados para sentarse y el mobiliario podrían permitir un mayor espacio de contemplación

El Arte de las Visuales Largas

En lugares como Washington DC, Chicago y Austin, una serie de relaciones muy intencionadas entre lo construido y el espacio abierto determinaron la disposición de las calles de la ciudad. Los edificios cívicos y los monumentos de importancia física y simbólica ocupan puntos altos o rematan largas visuales. Estas relaciones fueron notadas de muchas maneras diferentes por los participantes de la marcha, pero principalmente de manera cinematográfica. Los manifestantes usaron expresiones como "doblar una esquina", "ver otra vez" y "una vista dramática". Más allá de ser una referencia para la orientación –lo cual ciertamente fue útil en manifestaciones de gran escala-, estos hitos contribuyeron a la experiencia humana y sensorial de las marchas, reforzando para muchos un sentido de orgullo y propósito. Los manifestantes incluso notaron un valor en la arquitectura mucho menos monumental a lo largo de la ruta, así como en edificios que les ofrecían un interés visual, usos atractivos en la planta baja o varias formas de elementos integrados a los edificios que les proporcionaban una suerte de refugio (toldos, pórticos, etc.). Estas observaciones refuerzan la importancia en la planificación y el diseño para crear edificios que refuercen la identidad cívica.

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Qué pasaría si nuestras calles fueran diseñadas como un festín visual, con un enfoque en el peatón como espectador dominante? Imagínese una calle en la que uno pasearía por el centro, en lugar de por los bordes, y en la que los sistemas de iluminación, pavimentación y vegetación fueran diseñados para ser instalaciones artísticas provocativas en lugar de elementos puramente funcionales.

Arrojando Sombra

Como ya se ha dicho, las marchas han tenido lugar a lo largo de todo el mundo en una amplia gama de climas. Desde los caminos nevados de Fairbanks, Alaska, hasta las soleadas calles de Río de Janeiro. Casi todas las personas con las que hablamos, independientemente del clima que han experimentado personalmente, notaron la necesidad de considerar a la comodidad humana como un punto de gran relevancia para el diseño de nuestras calles. Los manifestantes a menudo se enfrentaron a la falta de una amplia gama de servicios, desde bebederos hasta baños públicos y asientos. Algunos señalaron los desafíos asociados al microclima, observando fuertes diferencias entre los espacios bien arbolados y las amplias extensiones de pavimento. Otros describieron cuan ventajosas resultaban algunas situaciones no intencionadas, como las escaleras de acceso a los edificios, que se convierten en un lugar para sentarse y contemplar o maceteros que sirven como elementos para controlar las multitudes.

© Gina Ford y Martin Zogran

Propuesta de diseño: ¿Qué tal si volvemos a imaginar nuestras calles con techos, tal vez cubiertas por toldos temporales o elementos visualmente permeables? Estos sistemas podrían ayudar a proporcionar sombra y enfriar la calle al mismo tiempo que se convierten en una especie de lienzo para proyecciones de arte. A escala humana, los pabellones y pequeñas piezas arquitectónicas ubicadas estratégicamente a lo largo de la calle pueden ofrecer otro tipo de comodidades y servicios: sombra, baños, información o concesiones.

En una época que parece dispuesta a adoptar nuevos modelos de movilidad urbana -ya sea a través de los siempre prometidos coches sin conductor o de una profunda revolución en el transporte público-, el espacio común de nuestras calles pronto experimentará un replanteamiento dramático. Esperamos que estas propuestas sirvan de inspiración. Mientras tanto, parece seguro que seguiremos viendo actividad cívica y protestas en nuestras calles. Y mientras nos preparamos para estos eventos futuros, podemos considerar el 21 de enero de 2017 como prueba positiva de que las calles bien diseñadas y multifuncionales de las ciudades son fundamentales para una democracia próspera.

Gina Ford es una arquitecta y paisajista en ‘The Urban Studio’ de Sasaki. The Urban Studio es un grupo de profesionales energicos e interdisciplinarios dedicados exclusivamente a la mejora de la calidad de vida en las ciudades a través de una planificación rigurosa, un diseño excepcional y fuertes lazos comunitarios. El trabajo de Gina abarca una amplia gama de escalas y tipos de proyectos, desde parques y plazas públicas hasta la planificación paisajística a gran escala y proyectos en el frente costero. Aporta a cada proyecto una pasión por el proceso de creación de espacios paisajísticos vibrantes -desde el diseño conceptual hasta los detalles de la implementación- con un enfoque particular en la vida y el uso de los entornos urbanos y públicos.
Martin Zogran es Arquitecto y Urbanista en ‘The Urban Studio’ de Sasaki. Con más de 20 años de experiencia en el diseño de centros urbanos en todo el mundo, la experiencia de Martin con distritos de uso mixto y planes macro a gran escala abarcando desde pequeños rellenos urbanos hasta planes regionales. Busca métodos creativos para combinar objetivos económicos, requisitos regulatorios y pensamiento de sistemas ecológicos en lugares interesantes e innovadores que fomenten el valor a largo plazo. En Sasaki, Martin participa en el equipo de liderazgo del pensamiento de gran escala para la práctica del diseño urbano con el fin de fomentar y mantener el enfoque interdisciplinario único de Sasaki. También es un líder contribuyente de sesiones internas de grupos de reflexión sobre temas actuales de planificación y diseño urbano y promueve el desarrollo profesional y las habilidades para la amplia gama de prácticas de diseño urbano dentro de la empresa.

Sobre este autor/a
Cita: Gina Ford and Martin Zogran. "8 Maneras en las que podemos mejorar el diseño de nuestras calles para las protestas" [8 Ways We Can Improve the Design of Our Streets for Protest] 04 jul 2019. ArchDaily en Español. (Trad. Maiztegui, Belén) Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/920180/8-maneras-en-las-que-podemos-mejorar-el-diseno-de-nuestras-calles-para-las-protestas> ISSN 0719-8914

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