Una de las imágenes que definieron la Bienal de Venecia de 2014, se encontró en la exhibición 'Elementos de Arquitectura' de Rem Koolhaas, donde una sección suspendida de cielo falso, repleta con ductos y cables, fue dramáticamente superpuesta por el altísimo techo abovedado del pabellón central de Giardini. El gesto fue entendido como una crítica al reduccionismo de la arquitectura a mero tratamiento de superficie, pero para los fabricantes de Holedeck, un sistema estructural que recientemente ganó el Premio de Innovación del CTBU 2015, los pecados de la típica losa de concreto y el cielo falso (platafón) son mayores.
El sistema de Holedeck dice usar un 55% menos de concreto que una losa estándar del mismo material, volviéndolo significativamente más económico y eficiente, al mismo tiempo que reduce el grosor de los cielos falsos para permitir un mayor número de pisos en edificios altos.
Ofreciendo dos diferentes grosores -300 y 450 milímetros- Holedeck es un sistema estructural expuesto que permite acomodar luces, ductos y otros equipamientos mecánicos en torno a su estructura. Usando un innovador encofrado de concreto, el sistema es esencialmente una actualización del tradicional sistema reticular. Además, este nuevo encofrado modular utilizado en la fabricación permite agujeros en el parte superior de la losa, logrando que los sistemas mecánicos sean conectados verticalmente.
Según los creadores, este nuevo sistema ofrece una manera fácil de acceder, mantener y reorganizar el equipo ubicado en el techo, lo que significa que la gestión y la renovación del edificio se vuelve mucho más fácil. El fabricante también afirma que, debido a que los sistemas mecánicos del edificio son accesibles, estos son más fáciles de limpiar y reducen significativamente la incidencia del síndrome del edificio enfermo (SBS, por su sigla en inglés), mientras que las losas mejoran el rendimiento acústico.