Los ladrillos de vidrio han sido ampliamente utilizados en la arquitectura, convirtiéndose eventualmente en un elemento básico de los estilos arquitectónicos de los años 80. Algunos ejemplos de construcción con este material podrían ser la clásica "Maison de Verre" de Pierre Chareau y Bernard Bijvoet en París o la interpretación más moderna de Hiroshi Nakamura & NAP con la Casa de Vidrio Óptico en Japón. En los últimos años, los ladrillos de vidrio se están volviendo cada vez más populares, ya no relegados a estéticas más antiguas. En cambio, han evolucionado hacia elementos de diseño versátiles que aportan luz, textura y carácter a los interiores contemporáneos. Su capacidad para difundir luz natural y artificial mientras mantienen la privacidad ha reavivado el interés entre los diseñadores que buscan maneras innovadoras de mejorar los espacios interiores aprovechando la luz natural.
Red Sol Resort in Dhërmi. Image Courtesy of Bofill Taller de Arquitectura
La arquitectura ha estado en el centro de un proceso de transformación en Albania, particularmente significativo en Tirana, su ciudad capital. En 2017, se presentó el proyecto ganador del Plan Maestro Tirana 2030, diseñado por Stefano Boeri Architetti, UNLAB e IND [Inter.National.Design] como parte de un concurso organizado por el Ministerio de Desarrollo Urbano. Con el objetivo de darle a Tirana una nueva dimensión metropolitana mientras se promueven y preservan los espacios verdes, la estrategia integra un sistema de espacios abiertos, elementos naturales y proyectos estratégicos en puntos clave de la ciudad. La firma catalana multidisciplinaria Bofill Taller de Arquitectura ha contribuido a esta transformación con dos torres de usos mixtos en Tirana y un proyecto de resort en la localidad costera de Dhërmi, reflejando la estética distintiva del trabajo de Ricardo Bofill.
Implantado en el alto del Mirador de Boa Viagem de la ciudad de Niterói, el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói – MAC fue diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer. Inaugurado hacia el año 1996, se trata de una obra maestra de la arquitectura moderna dedicada a albergar la colección de arte contemporáneo brasileño de los años 60-90. Se alza sobre el acantilado como un faro y simula flotar en el aire al posarse sobre una fuente de agua. Frente a la Bahía de Guanabara de Río de Janeiro, Brasil, sus líneas circulares y su figura revolucionaria de doble curvatura resaltan en el horizonte ofreciendo una plaza abierta de 2500 m2 junto a un espejo de agua que aportan una apariencia de gran ligereza a la estructura.