Utilizado masivamente desde la era romana en edificios de las más diversas escalas, es casi imposible pensar en un edificio que no tenga al menos un elemento de concreto. De hecho, es el material de construcción más utilizado en el mundo, debido a su versatilidad, resistencia, facilidad de manejo, valor accesible, estética, entre otros factores. Sin embargo, al mismo tiempo, su fabricación es uno de los principales contaminantes de la atmósfera, principalmente debido a que la industria del cemento emite alrededor del 8% de todas las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2).
Más allá de su producción intensiva, al ser un material tan rígido, pesado y compuesto de cemento, agua, piedra y arena, ¿es posible continuar usando el concreto de manera sostenible después de su demolición, eliminando sus desechos y la sobrecarga de los vertederos?
No hay nada de verde en un generador de reserva. Su fabricación liberó toneladas de CO2 a la atmósfera, así como su envío desde la fábrica al concesionario hasta el patio trasero del cliente. Allí se ubicara, ocioso, esperando a ser utilizado sólo cuando la infraestructura pública, mucho más limpia, pero con pocos fondos, falle. En ese punto, llenará el aire con contaminantes adicionales. Pueden haber buenas razones para comprar un generador de emergencia, pero ser ecológico, es decir, proteger el medio ambiente, no es una de ellas.
En los últimos años hemos publicado numerosos artículos relacionados con la madera. Desde abordar las tendencias de su uso, las posibilidades de la madera en bruto, los diferentes tipos de tableros, la madera curva, sus acabados, hasta sus innovaciones en estructuras de edificios altos o su comportamiento frente al fuego, el tema siempre genera mucha repercusión. Concretamente, las estructuras de Madera Laminada Cruzada (CLT) han emergido como una solución altamente eficiente, además de presentar otros beneficios térmicos, sísmicos e incluso sensoriales a los ocupantes, siendo señaladas por los especialistas como el hormigón del futuro. Pero cuando publicamos artículos en las redes sociales, siempre nos encontramos con comentarios de nuestros lectores preocupados por el impacto en la tala de árboles para todos estos usos. Al mismo tiempo que apostamos por la madera como el gran material de construcción del futuro, nos preguntamos: ¿es posible seguir utilizando madera? ¿hasta que punto es realmente sostenible?
En todo el mundo, desde 2014, cada 31 de octubre se celebra el Día Mundial de las Ciudades. Con motivo de este evento, ONU-Hábitat ha publicado su Informe sobre el valor de la urbanización sostenible de las Ciudades del Mundo 2020, centrándose en los temas más actuales y urgentes. Al analizar el valor intrínseco de las ciudades para generar prosperidad económica, mitigar la degradación ambiental, reducir la desigualdad social y construir instituciones más sólidas, el informe destaca cómo, en conjunto, estos factores pueden generar cambios transformadores.
Los hongos están por todas partes. En el aire, en el agua, en nuestro cuerpo, en los árboles, en el techo del baño, bajo tierra. Pueden tomar la forma de hongos (comestibles, medicinales, alucinógenos o muy venenosos), u otros más simples, como el moho. Pueden desencadenar enfermedades, pero también pueden producir remedios antibióticos, como penicilina, o ayudar a fermentar quesos y panes increíbles. ¿Y si te dijera que también pueden ser el futuro de los envases y los materiales de construcción?
Los corales son fundamentales para la vida marina. A veces llamados bosques marinos tropicales, forman algunos de los ecosistemas más diversos de la Tierra. Sirven de refugio, cría y alimentación de decenas de especies en el mar, y su ausencia afecta la biodiversidad local. Así como la humanidad contamina y destruye, también puede remediar y fomentar la creación de más vida. Es por esto que con frecuencia se reportan naufragios de embarcaciones antiguas o el hundimiento de estructuras de concreto para la creación de arrecifes artificiales. En Hong Kong, los investigadores han estado desarrollando estructuras impresas en 3D con materiales orgánicos que pueden favorecer la creación de nuevas oportunidades bajo el mar.
En construcción en la selva tropical de Camerún, Warka Village es un espacio integrado para la comunidad pigmea, una sociedad aislada ubicada en el área de Mvoumagomi. Construido utilizando solo materiales naturales y antiguas técnicas de construcción locales, el proyecto, creado por Warka Water y el arquitecto italiano Arturo Vittori, está actualmente en funcionamiento y se espera que se complete en 2022.
El Informe Brundtland de 1987 –Nuestro Futuro Común– introdujo la noción de que el uso sostenible de los recursos naturales debe "satisfacer las necesidades de la generación actual sin afectar la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas". Desde entonces, el término sostenibilidad se ha popularizado y, a menudo, trivializado en nuestra vida diaria. En la industria de la construcción, esto no es diferente. Por mucho que sepamos que para construir hay que destruir, ¿cómo es posible mitigar los efectos de la construcción durante la vida útil y demolición de edificios? Un edificio sostenible, en su diseño, construcción y operación, debe reducir o eliminar los efectos negativos en general e incluso puede generar impactos netos positivos en el clima y el medio ambiente, preservando los recursos y mejorando la calidad de vida de los ocupantes simultáneamente. Decir que un edificio es sostenible es fácil e incluso seductor. Pero, ¿qué hace exactamente que una construcción sea sostenible?
Responder a esta pregunta no es un ejercicio sencillo. Por eso, en los últimos 30 años se han creado varias certificaciones de sostenibilidad para edificaciones. Mediante evaluaciones subcontratadas e imparciales, realizadas por distintas fuentes, las certificaciones tienen como objetivo verificar los aspectos sostenibles de cualquier construcción. Cada una de ellas aborda elementos constructivos particulares y generalmente se centran en ciertas regiones del mundo. Si bien existen algunas certificaciones que verifican si el edificio cumple con ciertos criterios de eficiencia, otras crean diferentes clasificaciones, asignando una puntuación basada en estas evaluaciones. A continuación, enumeramos algunas de las principales certificaciones de sostenibilidad en todo el mundo, clasificadas alfabéticamente, e incluimos sus principales aplicaciones arquitectónicas junto con una breve explicación:
“Plataformas de utilidades alternas” es un proyecto que busca generar espacios de innovación social para el manejo integral de los desechos urbanos. Según Giulia Bianchi y Luis Morillo, autores de la propuesta, en la ciudad de Barquisimeto (Venezuela) actualmente se producen aproximadamente unas 21.147 toneladas de residuos sólidos al mes, del cual solo el 61,79% concluye en los vertederos, por lo que el 33,25% restante termina en calles, botaderos informales, ríos y quebradas, dispuestos para ser eliminados erróneamente. De todo ese total, finalmente solo un 4,97% es procesado por empresas recicladoras y la mayor parte de ese volumen es clasificado y provisto por recolectores callejeros. Por este motivo, y a través de su proyecto de título realizado en el marco formativo de la Universidad Central de Venezuela, los autores proponen generar nuevos modelos laborales para la recolección y tratamiento de los residuos sólidos urbanos mediante una intervención urbana y arquitectónica.
Con el aumento en los niveles de emisión de contaminantes a lo largo de los años, también ha aumentado la preocupación sobre las acciones que se pueden tomar para minimizar el daño causado al planeta. Como una forma de promover la reducción o la no generación de residuos, surge el principio de las 3 R: reducir, reutilizar y reciclar. Estas acciones, junto con la adopción de patrones de consumo sostenibles, se han promovido como una forma de proteger los recursos naturales y minimizar el desperdicio.
A pesar de contar con una mala reputación en los cuentos infantiles, los edificios de paja pueden ser sostenibles, termoacústicamente cómodos y, sobre todo, resistentes y sólidos. Se han llevado a cabo varias investigaciones y experimentos con este residuo agrícola, calificándolo como un material interesante para la construcción de muros, con buenas características térmicas, acústicas e incluso estructurales. Además, es un recurso renovable de construcción simple. A continuación, hablaremos sobre las características de este material y sobre como se necesitaría mucho más que el soplido de un lobo para derribar una casa hecha de muros de paja.
Es sabido que no todos los tipos de plástico son reciclables y que incluso actualmente, no todos los que han sido etiquetados como materiales aptos para reciclaje –catalogados por su composición- efectivamente se reciclan, por lo que el problema mundial respecto al tratamiento de los desechos plásticos no está ni cerca de ser resuelto. Los procesos de reciclaje, generalmente determinados por factores como las legislaciones locales y la economía, cubren posiblemente alrededor del 20% de la demanda anual de plásticos, dejando una gran cantidad de producción sin atender, la cual es suplida con la generación de más material nuevo, condenando a que el plástico perdure para siempre en nuestro medio ambiente. El plástico reciclado, además, para poder competir con el plástico producido sin recuperación, debe cumplir con ciertas normas de calidad y precio, por lo que la transformación no solo debe ser sostenible, sino también eficiente y económicamente viable.
ROGP o “Rejects of Glass & Plastics Technology” es una tecnología única que puede, al mismo tiempo, reciclar todos los tipos de vidrio y los más de 80 tipos de plásticos (incluso los que han sido etiquetados como "no reciclables" por su complejidad técnica o por cuestiones económicas) para generar un nuevo compuesto.
El reciclaje ha sido durante mucho tiempo un punto de entrada al diseño sostenible. Es personal debido a la escala micro que permite las personas reducir el desperdicio y preservar la energía. Pero entre la escasez de recursos, la pérdida de hábitat ambiental y la crisis climática global, ha habido un cambio en las prácticas diarias hacia un pensamiento más cíclico. Cada vez más, la necesidad de mantener la vida es parte de un proceso continuo de producción, reabsorción y reciclaje donde los desechos se convierten en insumos para la producción.
ADDP Architects ha presentado su proyecto Avenue South Residences en Singapur, la construcción residencial prefabricada más alta del mundo. Programado para completarse en 2026, las dos torres de 56 pisos "se encuentran en medio de cinco edificios históricamente preservados en una de las avenidas más verdes de Singapur".
Ronald Lu & Partners ha anunciado la finalización de la primera fase de Tianhui TODTOWN: el primer desarrollo orientado al tránsito de China, después de 13 años de esfuerzo colectivo. El proyecto que promueve la sostenibilidad, el transporte público y la comunidad en Shanghai, lleva el concepto de desarrollo orientado al transporte público (DOT por sus siglas en inglés) importante en el desarrollo de las áreas urbanas de China al siguiente nivel.
Aunque se desarrollaron por primera vez durante los años 50 como una fuente práctica de energía, los sistemas solares fueron demasiado caros para su uso corriente hasta los años 70. A partir de su aplicación inicial para alimentar los satélites militares de la era de la Guerra Fría, las células solares fotovoltaicas de silicio lograron su primer éxito comercial en lugares donde no se disponía de electricidad, como faros y plataformas petrolíferas en alta mar.
La cantidad total de agua en nuestro planeta es, teóricamente, la misma desde su formación. Es posible que el vaso de agua que tomaste hace unas horas contenga partículas que han circulado por el río Ganges, algunas que han pasado por el sistema digestivo de un dinosaurio y otras que han enfriado un reactor nuclear. Por supuesto, antes de calmar su sed, se evaporó y cayó como lluvia millones de veces. El agua puede ser contaminada, desperdiciada, mal utilizada, pero nunca creada o destruida. Según un estudio de la UNESCO, se estima que la Tierra contiene aproximadamente 1386 millones de kilómetros cúbicos de agua. Sin embargo, el 97.5% de esta cantidad es agua salina y solo el 2.5% es agua dulce. De esto, la mayor parte (68.7%) se encuentra en forma de hielo y nieve permanente en la Antártida, el Ártico y en las regiones montañosas. Luego, el 29.9% existe como agua subterránea. Solo el 0.26% de la cantidad total de agua dulce en la Tierra está disponible en lagos, embalses y cuencas, fácilmente accesibles para las necesidades económicas y vitales del mundo. Con el aumento de la población, especialmente en las zonas urbanas, varios países ya tienen graves problemas para ofrecer la cantidad de agua potable a sus poblaciones.