
El patio de una escuela es identificado comúnmente como el lugar donde transcurre el recreo. Quién no se ha apresurado por salir al patio, bastaba estar ahí observando y siendo observado, teniendo el espacio suficiente para liberar el cuerpo a través de la interacción y el juego. Puede sonar evidente que un patio sea un lugar común, pero no siempre es así; muchas veces no tienen las condiciones adecuadas para que sean aprovechados por todos en su máximo esplendor. ¿Y si el patio es además el nexo entre la escuela y la comunidad?