
¿Cómo diseñar espacios que sean saludables tanto para nuestra mente como para nuestro cuerpo? Esa es la pregunta principal que responderemos este mes de marzo abordando el tema 'Bienestar en espacios interiores'.

No se puede decir lo suficiente sobre los beneficios de incorporar plantas en los espacios interiores. La integración de la vegetación en el interior sirve para muchos propósitos, ya sean prácticos, estéticos o psicológicos. Aunque existen requisitos básicos para incorporar la vegetación en los hogares, las selecciones y ubicaciones de plantas bien pensadas son característicamente diferentes en todo el mundo. Al revisar las obras recientes, surgen algunos patrones de diseño de paisajismo recurrentes, cada uno de los cuales refleja climas distintivos, estilos de construcción y técnicas de construcción tradicionales.
Si bien el tipo de plantas elegidas varía según las condiciones favorables para el crecimiento y la disponibilidad local, las principales distinciones están relacionadas con el entorno directo y el método de exhibición en el que se establece la vegetación, así como con su propósito previsto. Si bien las plantas están ahí para ofrecer bienestar mental a algunos, son esenciales para enfriar a otros o incluso podrían estar destinadas a la agricultura a pequeña escala.

El proyecto Cocina Mendoza tiene lugar en el municipio de Ixmiquilpan, el corazón del Valle del Mezquital, centro del estado de Hidalgo, México. Aquí se encuentra la comunidad de San Nicolas de Tolentino, hogar de la familia Mendoza la cual pertenece al pueblo Otomí y es poseedora de la mayordomía durante el año 2019 y 2020.

¿Cuántos cambios han realizado en su espacio interior durante este último año? Ya sea que se tratara de un cambio de disposición de los muebles, volver a pintar las paredes, agregar más artefactos de iluminación o tal vez incluso quitarlos, después de pasar tanto tiempo en un lugar, el espacio en el que una vez teían costumbre ya no tenía sentido. Podríamos culpar a la situación general por cómo nos hemos sentido últimamente, pero de hecho, el entorno interior juega un papel muy importante en cómo nos sentimos o nos comportamos también. Sin embargo, si se preguntaba por qué algunas y algunos vecinos parecen mucho más tranquilos y serenos incluso en medio de una pandemia, podría deberse a que el interior es más verde en el otro lado de la puerta.
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Diseñar en una época marcada por cambios rápidos y constantes significa ser consciente de la aparición de nuevas demandas y, más que eso, significa diseñar espacios que engloben tal mutabilidad.
El mobiliario flexible, ya sea por su capacidad de movimiento, por su facilidad de transformación o porque asume diferentes funciones en una misma forma, es un reflejo de este comportamiento contemporáneo. Se trata de piezas que permiten diferentes opciones de organización espacial, remodelando sus configuraciones de acuerdo a requerimientos específicos y necesidades cambiantes, sirviendo también para optimizar los espacios internos.
A continuación, seleccionamos ocho proyectos brasileños que trabajan sobre la versatilidad y flexibilidad del mobiliario interior.


En tiempos regidos por el aislamiento, se ha discutido mucho sobre la importancia de la vegetación en los espacios interiores como forma de nutrir la relación fundamental con la naturaleza. Presentes tanto en hogares como en espacios comerciales, estos remanentes verdes promueven el bienestar y confort emocional de los habitantes.
Además de la relación psicológica, un jardín interno bien diseñado y posicionado puede ayudar con la purificación del aire y el confort térmico del medio ambiente. Para eso es necesario tener en cuenta algunos factores como la orientación solar, la ventilación y, por supuesto, la adecuada elección de las especies que mejor se adaptan al clima donde se insertarán.

Muchos factores influyen en el bienestar de las personas, pero pocos tienen un poder tan grande como la calidad del sueño. Los adultos pasan, en promedio, un tercio de su día (y de su vida) durmiendo. En el caso de los niños pequeños, esta proporción es aún mayor. Según un estudio publicado por la OMS en 2019, los bebés (de 4 a 11 meses) deben dormir entre 12 y 16 horas al día; y los niños de hasta 4 años deben dormir entre 10 y 13 horas diarias.
La calidad del sueño actúa directamente sobre el desarrollo cerebral del niño, especialmente durante su primera y segunda infancia (desde el nacimiento hasta los 12 años). Durante el período de descanso, el cuerpo libera las hormonas necesarias para el crecimiento y el aprendizaje, y esto está directamente relacionado con el desarrollo físico, motor, emocional y cognitivo. También se sabe que el entorno en el que se duerme interfiere con la calidad del sueño, y existen una serie de aspectos importantes que debemos considerar a la hora de diseñar espacios para dormir destinados a niños y bebés.

Una tendencia de diseño emergente está llenando el vacío entre el mobiliario y la arquitectura dando forma al espacio a través de los objetos en la intersección de ambos, creando un entorno dinámico y altamente adaptable. Ya sea como consecuencia del aumento de la demanda de flexibilidad en los espacios pequeños o como expresión arquitectónica de una sociedad orientada a los dispositivos, los elementos que se encuentran entre la arquitectura y el mobiliario abren la puerta hacia una mayor versatilidad del espacio. Estos objetos operan en la convergencia de las dos escalas de la interacción humana, tallando un nuevo enfoque de diseño para los espacios interiores habitables.

Emmi Pikler fue una pediatra húngara que introdujo, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, una nueva filosofía sobre el cuidado y el aprendizaje durante la primera infancia, que incluye a niños y niñas de hasta los 3 años. Fue después del nacimiento de su primer hijo que decidió iniciar un experimento: ¿qué sucede cuando se permite que el niño se desarrolle libremente?. Los resultados observados culminaron con la introducción de una nueva metodología.
El enfoque Pikler sigue el procedimiento de observar el libre desarrollo del niño utilizando como herramientas el cuidado de la salud física, el afecto, el respeto a la individualidad y autonomía de cada niño. Siguiendo esta lógica, ninguna estimulación o intervención por parte del adulto se vuelve innecesaria. Así, para que el niño experimente el espacio con libertad de movimiento, se debe tener cierto cuidado en la preparación de estos ambientes.