
Los elementos metálicos han sido utilizados en la arquitectura y la construcción durante cientos de años -ya sea para materializar cubiertas, como elementos decorativos, o incluso para reforzar estructuras de mampostería-. Sin embargo, no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII que aparecieron las primeras estructuras construidas integralmente en hierro fundido: los puentes. Un siglo después, el hierro fue sustituido por una aleación más resistente y maleable que aún hoy se sigue utilizando en proyectos arquitectónicos: el acero.
Más denso que el hormigón, la resistencia del acero subvierte su peso y proporciona una mayor rigidez con una menor cantidad de material –permitiendo generar estructuras más ligeras y delgadas en comparación con otros materiales como la madera o el propio hormigón-. Aunque no es el material más utilizado en proyectos de arquitectura residencial, su uso ha permitido la construcción de algunos interesantes -y bellos- ejemplos de casas contemporáneas en Brasil:


























.jpg?1557528129)
.jpg?1557528237)
.jpg?1557528187)
.jpg?1557528225)
.jpg?1557528088)
.jpg?1557719868)













































