Al igual que los diseñadores de moda utilizan alfileres, agujas y textiles para dar vida a sus creaciones, los arquitectos dependen de los materiales para dar forma al entorno construido. Desde el acero y el vidrio hasta la madera y el concreto, estos forman la paleta artística que transforma los planos en estructuras tangibles, cerrando la brecha entre la imaginación y la realidad. Es tan simple, y a la vez tan complejo como eso. Con tantos materiales –en diversas formas, acabados, texturas y colores–, tomar las decisiones correctas para un proyecto puede ser bastante desafiante. Naturalmente, surgen varias preguntas: ¿Cómo navegan los arquitectos las infinitas opciones para dar vida a sus diseños? ¿En qué consiste el proceso de especificación de materiales? ¿Por dónde se empieza?
Desde pequeños escuchamos frases como “debes dormir al menos 8 horas al día”. Es de conocimiento común que esto tiene invaluables beneficios para la salud, desde reducir los niveles de estrés y mantener fuerte el sistema inmunológico, hasta mejorar la concentración, la memoria y la capacidad para tomar decisiones. Para asegurar un buen descanso nocturno, contar con una cama cómoda que satisfaga las necesidades de los usuarios es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta que los seres humanos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Por lo tanto, cuando los arquitectos, diseñadores y propietarios de viviendas se enfrentan a las diferentes opciones de camas disponibles en el mercado, la decisión debe ser cuidadosamente pensada y tener en cuenta varios factores, ya sea relacionados con la estética o la funcionalidad. Pero antes de tomar cualquier decisión estilística o de materiales, es crucial comenzar con lo básico: definir el tamaño del colchón.