El bloque de cemento es un material prefabricado que se utiliza principalmente para construir muros. Al igual que los ladrillos comunes, los bloques funcionan en conjunto al apilarse y al unirse con mortero formado generalmente por cemento, arena y agua. Para llevar a cabo esta unión, los bloques presentan un interior hueco que permite el paso de las barras de acero y el relleno de mortero.
Existe una gran variedad de dimensiones y texturas, desde las superficies lisas más tradicionales a terminaciones estriadas o rugosas, además de unidades especiales para esquinas o para vigas con armaduras longitudinales. Sus dimensiones se mueven entre el clásico 8x8x16 pulgadas (aprox. 19x19x39 cm), para uso estructural, y otras versionas más esbeltas para tabiquería, con dimensiones cercanas a las 8x3.5x39 pulgadas (aprox. 19x9x39 cm). ¿Cómo incorporarlos creativamente en nuestros diseños?
Siendo motores de la economía y la producción, las ciudades alojan a las mayores masas de población y se estima que para el año 2050, llegarán a concentrar al 70% de la población mundial. En este contexto, arquitectos y arquitectas incorporan día tras día la articulación de usos mixtos en sus edificaciones buscando favorecer la diversificación y evitar la monofuncionalización.
A medida que la crisis climática continúa presentándose como una amenaza significativa para el futuro del ecosistema y las ciudades, el informe del IPCC de este año, titulado "Cambio climático 2022: impactos, adaptación y vulnerabilidad", encontró que si bien se están observando esfuerzos de adaptación en todos los sectores, el progreso que se está implementando hasta ahora es muy desigual, ya que existen brechas entre las acciones tomadas y lo que se necesita. En el Día de la Tierra de este año, exploramos el progreso que están haciendo los gobiernos y los arquitectos para lograr operaciones netas cero en las próximas décadas.
Tómate un segundo para imaginar un edificio o una habitación. Lo más probable es que estés imaginando superficies rectangulares planas y líneas rectas. Ya sean paredes, vigas o ventanas, la mayoría de los elementos arquitectónicos vienen en formas ortogonales estándar y extremadamente prácticas. Sin embargo, la pandemia ha sacado a la luz diseños que no solo son funcionales, sino que mejoran nuestro estado de ánimo y bienestar. En ese sentido, el poder de las superficies curvas y de flujo libre es inigualable, lo que explica por qué han regresado como una tendencia de diseño moderno. Adoptando hermosas formas inspiradas en la naturaleza, las curvas orgánicas energizan las habitaciones y hacen que los usuarios se sientan bien. De hecho, los neurocientíficos han demostrado que esta afección está integrada en el cerebro; en un estudio de 2013, encontraron que era más probable que los participantes consideraran hermoso un espacio si era curvilíneo en lugar de rectilíneo. En resumen, los humanos amamos las curvas.
El Mies Crown Hall Americas Prize anunció la lista completa de jurados para su cuarta edición, que será presidida por Sandra Barclay de Barclay & Crousse, y acaba de publicar los proyectos nominados que comprenden 200 obras construidas en América del Norte y del Sur para MCHAP 2022 y 50 proyectos para MCHAP .emerge 2022.
Para la mayoría de las personas, la vida moderna requiere pasar la mayor parte del día en espacios interiores; de hecho, según un informe de la Agencia de Protección Ambiental, la persona promedio pasa alrededor del 90% de su vida en interiores. Como resultado, esto implica perderse los beneficios para la salud asociados con la exposición a la luz solar, como la absorción de vitamina D, la regulación de los ritmos circadianos, niveles más altos de energía e incluso un mejor estado de ánimo. Así, una opción es aumentar la cantidad de tiempo que pasamos al aire libre. Pero dado que la mayoría de las funciones diarias se llevan a cabo dentro de los edificios, es crucial incorporar y priorizar la iluminación natural en los interiores.
La luz cumple un propósito esencial en la arquitectura: ayudarnos a ver. Ya sea a través de métodos naturales o artificiales, las habitaciones deben iluminarse en consecuencia para que los ocupantes puedan habitarlas de manera segura y cumplir con sus funciones diarias. Cuando se selecciona el sistema adecuado, la luz también puede contribuir a la eficiencia energética y la sostenibilidad dentro del edificio en su conjunto. Sin embargo, además de su evidente valor funcional y medioambiental, el diseño de iluminación puede tener un gran impacto en el confort visual y el tono estético de los interiores al llamar la atención sobre las texturas, realzar los colores y definir los volúmenes. Por lo tanto, de las muchas piezas que intervienen en el diseño de interiores, la iluminación es sin duda una que puede realzar o destruir un espacio e incluso afectar el bienestar de los usuarios, por lo que debe considerarse un elemento de diseño crucial en sí mismo.
La palabra comensalidad se refiere al acto de comer juntos, compartir una comida. Mucho más que una mera necesidad humana esencial, sentarse a la mesa es una práctica de comunión e intercambio. Un artículo de Cody C. Delistraty recopila algunos estudios sobre la importancia de comer juntos: los estudiantes que no comen regularmente con sus padres faltan más a la escuela; los niños que no cenan diariamente con la familia tienden a ser más obesos y los jóvenes de familias sin esta tradición acaban teniendo más problemas con las drogas y el alcohol, además de un peor rendimiento académico. Evidentemente, todas estas cuestiones planteadas son complejas y no deben reducirse a un solo factor. Pero tener un lugar adecuado para comer, libre de muchas distracciones, es un buen punto de partida para tener al menos un momento centrado en la conversación y la comida. Estamos hablando de los comedores. Aquí repasamos algunos proyectos para clasificar las formas más habituales de desplegar estos importantes muebles.
Numerosos edificios suelen quedar en desuso por los constantes cambios económicos, sociales y tecnológicos que sufren nuestras ciudades. La inconsistencia programática de los tiempos actuales demanda una gran versatilidad y capacidad de adaptación de nuestras infraestructuras y produce, cada vez con mayor frecuencia, que los proyectos queden deshabitados, librados al abandono y al deterioro.
A continuación presentaremos una serie de 20 proyectos Latinoamericanos en los cuales antiguos galpones, vivendas, cárceles, molinos y mercados fueron recuperados y transformados en Centros Culturales, Museos y Galerías.