Cuando se aborda la accesibilidad en la arquitectura, los códigos establecen la línea de base mientras que el diseño define el techo. Aunque existen numerosas directrices, crear espacios para todos va más allá del mero cumplimiento de las normas. Requiere una comprensión profunda del entorno y una perspectiva amplia, reconociendo que lo que diseñamos será utilizado por personas con diversos cuerpos, habilidades y condiciones mucho más allá de los tradicionalmente considerados usuarios típicos.
Además, diseñar entornos plantea el desafío de la inclusión, garantizando que los individuos que no se ajustan al perfil estándar, como personas con discapacidades, mujeres embarazadas, quienes utilizan dispositivos de asistencia y personas de diferentes edades, tipos de cuerpo, etc., no queden excluidos. Los principios del Diseño Universal, establecidos en 1997 por la Facultad de Diseño de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y dirigidos por Ronald L. Mace, ofrecen una perspectiva transformadora en este contexto. Este enfoque influye en varios campos del diseño, incluido el entorno construido, los productos y las comunicaciones. Aplicado a la arquitectura, fomenta la creación de espacios que funcionen para todos, minimizando la necesidad de adaptaciones o diseños especializados.
https://www.archdaily.cl/cl/1019754/como-los-7-principios-del-diseno-universal-ayudan-a-crear-una-mejor-arquitecturaEnrique Tovar
Las renovaciones urbanas generalmente implican grandes demoliciones, que resultan en la desaparición de la identidad histórica local y generan una enorme cantidad de residuos junto al transporte de nuevos materiales para la construcción. Algunos proyectos, sin embargo, aportan nuevos horizontes y muestran diferentes posibilidades. Este es el caso de LAPI, abreviatura de "Largo" y "Pinheiros", un ejemplo de ocupación y recalificación urbana que respeta la identidad local y promueve una nueva experiencia de ocupación repensando el espacio urbano a partir de sus preexistencias. Con una arquitectura de SuperLimão y masterplan de Spol, el proyecto ocupa un área de 20.000 m² y abarca 29 propiedades distribuidas en tres manzanas en un barrio tradicional de la Zona Oeste de São Paulo, punto estratégico de intersección con las principales vías de la ciudad, por donde circulan miles de personas diariamente. Conversamos con Thiago Rodrigues, arquitecto y socio de la firma, sobre los desafíos y oportunidades de trabajar en un proyecto de este tipo.
El beneficio comunitario es uno de los primeros términos mencionados al anunciar un nuevo proyecto público. Esto es especialmente cierto en el caso de los pabellones de deportes, prometiendo mejoras en el bienestar y la cohesión social. Al observar más de cerca, emergen dos tipologías de pabellones deportivos, con diferentes grados de participación en la vida comunitaria: por un lado, existen grandes recintos dedicados a albergar competiciones internacionales, a menudo aumentando las capacidades de miles de personas y asumiendo el papel de hitos modernos junto a los estadios. Por otro lado, hay centros de deportes multiusos a pequeña escala, comúnmente anexados a escuelas, dispersos por los barrios o presentes en áreas rurales con acceso limitado a otras comodidades públicas. A pesar de la presencia por lo general subestimada, estos lugares abrazan y amplían su rol multiusos al ofrecer oportunidades para jugar, conectarse, organizar eventos y apoyar diversas actividades comunitarias.
Superar alturas con comodidad y hacer un uso eficiente del espacio es la principal función de las escaleras. Su invención no se atribuye a un solo individuo o civilización específica, sino que evolucionó de forma independiente en varias culturas a lo largo de la historia. Las primeras evidencias de escaleras se encuentran en la antigua Mesopotamia, Egipto y la civilización del Valle del Indo, con ejemplos notables como los zigurats de Mesopotamia y la Gran Pirámide de Guiza. Los griegos y romanos refinaron aún más el diseño, y durante el período medieval, las escaleras en espiral eran comunes en los castillos por sus funciones defensivas. El Renacimiento trajo ejemplos aún más elaborados y decorativos, hechos de piedra, mármol y, más tarde, de hierro y acero. En tiempos modernos, surgieron innovaciones con concreto y componentes prefabricados, reflejando avances en materiales y ingeniería. Las escaleras flotantes, por ejemplo, se han convertido en una tendencia al ampliar visualmente el espacio y mejorar la iluminación natural del ambiente. Se caracterizan por un diseño elegante y minimalista, donde los peldaños parecen flotar en el aire sin soportes visibles y están fijados a una única pared.