Los muros han sido durante mucho tiempo algo más que simples elementos estructurales; son lienzos que narran historias, reflejando deseos de naturaleza, espiritualidad o la búsqueda de tranquilidad y estimulación. Con los avances en píxeles LED direccionables, los muros han evolucionado hacia superficies digitales inmersivas capaces de mostrar imágenes en formatos de grandes dimensiones, adaptándose a las necesidades del momento.
Sin embargo, mientras las universidades continúan formando a arquitectos y diseñadores de interiores para crear edificios estáticos, el arte de contar historias significativas a través de pantallas digitales, especialmente aquellas con dinamismo, sigue siendo en gran parte inexplorado en los planes académicos.
¿Cómo es posible abrir los espacios educativos al exterior y cuáles son las condiciones adecuadas para su desarrollo? ¿Qué estrategias bioclimáticas se pueden implementar para contribuir al confort ambiental y la preservación cultural de las comunidades? Al concebir espacios de aprendizaje al aire libre y diluir los límites entre interiores y exteriores, las dinámicas de las infraestructuras educativas proyectadas por la asociación Semillas sobre la selva peruana invitan a reflexionar sobre las oportunidades de encuentro, reunión y participación comunitaria entre estudiantes, familias y pobladores locales. Ligada a los usos y costumbres del sitio, esta concepción del espacio representa una forma de habitar donde la implementación de estrategias bioclimáticas junto a la utilización de materiales y técnicas constructivas locales se reúnen para crear una arquitectura en relación a su entorno y su propia historia.