Diseñado por Fabián Leiva, el proyecto Cementerio Flotante fue elegido uno de los 10 ganadores en la categoría Proyectos de Título del Concurso Arquitectura Caliente 2018 (CAC 2018), certamen chileno organizado por el Grupo Arquitectura Caliente y con el financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El año 2004 se inunda inesperada e irremediablemente el embalse Ralco en la Región del Biobío, sepultando bajo sus aguas el cementerio de la comunidad pehuenche del lugar. Tras años intentando recuperar los cuerpos, investigaciones demostraron la inviabilidad del rescate, dejando a los pobladores de brazos cruzados frente a los millones de metros cúbicos de agua que los separan del cementerio. De esta situación nace la idea de crear un espacio en memoria de un lugar sagrado, vulnerado e imposible de recuperar, que acerque a la comunidad a sus muertos y condene eternamente el hecho.
El Blog de Fundación Arquia nos trae un artículo que hace una reflexión desde una experiencia personal, sobre cómo la memoria no debe ser tratada de forma ascética, puesto que no bastan estudios técnicos y tipológicos de un determinado patrimonio arquitectónico o del reconocimiento de las características de un sitio, de sus costumbres o historia. La memoria es emocional y por ello, se necesita entender el verdadero significado del lugar y el valor de esa arquitectura más allá de lo material.
En un mercado cada vez más competitivo, existe una lucha constante entre las empresas para capturar el Top of Mind en la mente del consumidor. Para lograr este objetivo, la innovación e identidad surgen como herramientas sumamente relevantes.
En este contexto, el branding o gestión de marcas ha tenido un crecimiento progresivo a nivel mundial y presenta un desarrollo bastante incipiente a nivel nacional, sin abrirse íntegramente al medio multidisciplinario que la abarca. Así mismo, el design thinking se ha posicionado como una alternativa altamente valorada por diversas disciplinas como una forma efectiva de incorporar la innovación al desarrollo de proyectos iterativos con alto grado de iteración creativa.
Cancha “LA DOCE” es un proyecto colaborativo, parte de una red y una propuesta de cambio que surge de la necesidad de desarrollar espacios públicos de calidad en zonas marginadas en diversas ciudades del mundo. El fútbol como deporte es uno de los más queridos, más jugados y tal vez el que cuenta con más seguidores a escala mundial. Es una forma de conectar con nosotros mismos y con los demás.
Participar, observar y convivir son actividades que nos permiten ver más allá de lo obvio y de todo aquello que podría rodear a este deporte, el fútbol se atisba entonces como una construcción social, un pasatiempo que permite la vinculación a través del juego, un evento que no distingue clases sociales y concede a quienes forman parte de ese momento, la posibilidad de integrarse como un equipo, de ser parte de algo más grande que “ellos”.
La Habana a menudo se comporta como una máquina del tiempo que transporta a sus visitantes a un momento congelado de la historia. Si bien es una ciudad que cuenta con una línea de tiempo exhaustiva de los estilos importados, en la actualidad no se define por una época histórica singular, ya sea en su clima político o en su zeitgeist arquitectónico.
El horizonte de La Habana apenas ha cambiado desde la caída de la Unión Soviética, a pesar de que en la actualidad el gobierno de La Habana ocupa la brecha entre la última postura del comunismo posterior a la Guerra Fría y la inminente influencia del capitalismo, una situación que se revela en la variedad de los distintos estilos arquitectónicos presentes.
A continuación, estos siete lugares en la capital de la nación isleña podrían explicar un poco mejor su historia.
Airbnb escogerá a cuatro afortunados ganadores para tener el honor de ser "las primeras personas en miles de años que pasarán una noche en la Gran Muralla China". La competencia, abierta hasta el 11 de agosto, ofrece el premio de alojarse en una casa diseñada a medida situada en una de las siete maravillas del mundo moderno.
La competencia, realizada en colaboración con el Comité de Desarrollo Turístico de Beijing, tiene la intención de "promover el turismo sostenible en China al enfatizar los esfuerzos de gran alcance para preservar el patrimonio de la muralla y dar vida a la cultura china". Los cuatro ganadores tendrán que cumplir estrictas reglas de la casa, como respetar a sus 1,38 mil millones de vecinos, abstenerse de despertar a los guardias antiguos con música alta y prometer no molestar a los dragones.
El diseñador Amaory B. Portorreal ha producido una serie de ilustraciones que representan casas inspiradas en la música de Kanye West. La serie surge como respuesta al reciente anuncio del artista hip-hop de que se lanzaría hacia una nueva aventura arquitectónica enfocada en viviendas para personas de bajos recursos.
Más que comentar sobre las interacciones de West con la arquitectura, la serie presenta un ejemplo intrigante de la conexión entre la música y la arquitectura, la transición del arte lírico y melódico a una basada en el espacio y la materialidad.
Diseñado por Sebastián Simonetti, el proyecto Todo es cancha fue elegido uno de los 10 ganadores en la categoría Proyectos de Título del Concurso Arquitectura Caliente 2018 (CAC 2018), certamen chileno organizado por el Grupo Arquitectura Caliente y con el financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El fútbol amateur, mediante su tipología arquitectónica de la cancha de barrio es un medio de organización y de identidad barrial. Su importancia radica en el borde de la cancha, donde todo el barrio que rodea este espacio público expresa su identidad.
Parte de las 207 canchas de Santiago se encuentran en proceso de abandono, convirtiéndose en problemas barriales. Se han cerrado hacia su borde con muros herméticos y desaprovechando su potencial programático. La idea Todo es Cancha pone en crítica este espacio público potencial y postula combinar el espacio de la cancha de fútbol con intervenciones arquitectónicas que conviertan estas tipologías en espacios permanentemente activos.
Las presentaciones o lanzamientos de libros son del pasado. Se podría argumentar que lo mismo se aplica a los libros impresos; pero a la fecha habemos muchos que todavía leemos y escribimos libros, sin embargo, no encuentro muchas razones para seguir presentándolos en librerías de ladrillo y concreto o lugares similares. Mis amigos de la industria editorial me dicen que un solo tweet o hashtag exitoso en Instagram, puede vender más copias que el lanzamiento de un libro y seguramente a un costo menor. Además, uno de los aspectos más desconcertantes de los lanzamientos de libros es que, tradicionalmente, –y recuerdo que ya era el caso cuando era estudiante– una fracción significativa del público presente tiende a ser visceral y vocalmente hostil al tema del libro que se presenta. ¿Por qué los lectores que no les gusta un libro como una simple cuestión de principios se toman el tiempo para leerlo en su totalidad y luego desahogar su ira contra su autor? No lo sé; pero esto es para decir que después de haber publicado un libro el otoño pasado titulado The Second Digital Turn: Design Beyond Intelligence, tuve muchas oportunidades, en el transcurso de los últimos meses, de recoger un vasto repertorio de lugares comunes tecnófobos. Principalmente se destacó entre ellos, debido a su extravagancia, la objeción de que la innovación digital ya habría seguido su curso: habiéndose adaptado y adoptado a algunas nuevas herramientas y tecnologías con las que los arquitectos habían avanzado, libres por fin para obtener volviendo a las cosas que realmente les importan (cualquiera que sean).