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Arquitectos: Angular, Ribba Estudio
- Área: 600 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Lorena Darquea
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Proveedores: Porcelanosa Grupo, Arista + Vértice, Cemix, Comex, Construlita, Grupo RIHO, Interface, Kartell, LOFA, Natural Urbano, Studio Barro, WRKS

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Dentro de la Torre Helix, en la zona financiera de Guadalajara, se ubican dos oficinas contiguas en un mismo nivel. Aunque cada una responde a usos y dinámicas particulares, comparten recepciones conectadas, un pasillo que organiza la circulación junto a los elevadores y una selección de acabados que unifica la experiencia a lo largo del piso.

Más que espacios independientes, estas oficinas plantean un recorrido que enlaza visual y sensorialmente cada área. La disposición, las transiciones y la relación entre materiales buscan equilibrar autonomía y conexión, generando una lectura continua del conjunto.

La pregunta que guio la conceptualización fue cómo reinterpretar el ambiente y sus acabados más allá de un enfoque estrictamente institucional. Al tratarse de dos programas distintos en un mismo nivel, era necesario implementar estrategias que resolvieran la funcionalidad de cada área y, a la vez, propiciaran una relación natural entre ambas.



La permanencia prevista de estas oficinas permitió abordar el diseño con un horizonte amplio, lo que abrió la posibilidad de seleccionar materiales capaces de responder al paso del tiempo y a un uso intensivo. En la oficina mayor se despliega una materialidad sólida, donde las superficies se corresponden sin recurrir al color como recurso dominante. Cuando aparece, el color se introduce como una abstracción de la identidad de la marca, aportando presencia sin saturar.

Desde la recepción, la combinación de superficies pétreas y textiles establece un diálogo entre dureza y suavidad. La cantera negra y el barro —en su expresión natural, quemada o en loseta hecha a mano— conviven con los textiles del mobiliario y las cortinas, creando una superposición de materiales.

El plafón reticular de rejilla actúa como un hilo conductor que se extiende desde los elevadores hasta los pasillos y salas de reunión. En estas áreas, el sistema ajusta escala y color, incorporando matices que enriquecen la acústica y la identidad visual. Las curvas en las esquinas suavizan los volúmenes interiores e invitan al movimiento.

La flexibilidad se refuerza con muros móviles en algunas salas, que permiten reconfigurar el espacio.El núcleo de elevadores, entregado sin acabados, se convirtió en punto de partida para articular el lenguaje del proyecto. Desde ahí se definieron materiales y texturas que unifican la lectura del piso.En el comedor, el naranja introduce un acento vinculado a la marca. El mobiliario adopta un carácter más residencial, contribuyendo a un entorno equilibrado y confortable para jornadas prolongadas.

















