
-
Arquitectos: Stanaćev Granados
- Área: 60 m²
- Año: 2021
-
Fotografías:Marcos Zegers

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Pabellón Galeo nació a partir de la petición de un cliente que quería incorporar una unidad de alojamiento independiente en su residencia de veraneo en la costa central de Chile. La intención era crear un espacio autónomo para sus hijos adolescentes y sus amigos, que les permitiera disfrutar de cierta independencia sin perder relación con la vivienda principal. El terreno ya contaba con los movimientos de tierra y los muros de contención ejecutados, definiendo un claro de 8 × 8 metros listo para la construcción.

El proyecto debía resolverse con rapidez y precisión, tanto por las condiciones previas del emplazamiento como por la decisión del cliente de iniciar la obra en un corto plazo. Estas limitaciones llevaron a una propuesta arquitectónica directa y clara, basada en la relación entre la nueva pieza y el conjunto existente.



El pabellón se sitúa próximo a la vivienda principal. Su cubierta ajardinada queda a la misma cota que el nivel de piso de la casa, de modo que desde ésta se percibe como una continuidad del terreno. La cubierta funciona como colchón visual entre ambas piezas, reduciendo la presencia del volumen y manteniendo la autonomía de uso.

Entre la cubierta y los muros se inserta una franja continua de vidrio que refleja la vegetación circundante y separa los planos horizontales y verticales. Este recurso aligera la masa del edificio y multiplica las transparencias, permitiendo que la luz penetre de forma uniforme.

La fachada orientada al mar se abre por completo mediante grandes ventanales correderos, de modo que el interior puede transformarse en un espacio abierto expuesto al paisaje. Esta condición refuerza su vínculo con la tradición chilena del quincho, reinterpretada aquí desde una lectura contemporánea: un lugar donde cocinar, reunirse y habitar se entrelazan con el exterior. En cambio, las fachadas posteriores y laterales, revestidas con tablas de pino oscurecidas, mantienen un carácter cerrado que garantiza privacidad frente a la casa y los vecinos.



En el interior, la mayor parte de la superficie se destina a un estar-comedor con parrilla integrada. Tras paneles móviles se esconden seis camas en formato camarote, que pueden incorporarse al espacio principal o separarse según las necesidades. Este sistema permite que el pabellón funcione alternativamente como lugar de reunión o alojamiento, adaptándose con facilidad a distintos modos de uso.

La paleta material se definió con la intención de reducir el ruido visual y mantener una coherencia continua entre estructura, revestimientos y mobiliario. La madera laminada de la estructura se tiñó con un acabado negro semitransparente, en sintonía con el exterior. Los muros, paneles móviles y muebles fijos se resolvieron con tableros de terciado tratados con un tinte incoloro, mientras que los suelos y piezas mayores se construyeron en pino macizo.

La elección de materiales locales —pino y terciado— respondió tanto a criterios económicos como a la experiencia del equipo de obra, lo que permitió un trabajo preciso y eficiente. Esta economía material liberó margen para incorporar algunos elementos de mayor durabilidad y detalle, como la encimera de granito y las piezas metálicas del mobiliario, que aportan resistencia y una cualidad táctil distinta.

El Pabellón Galeo combina claridad estructural, economía de medios y versatilidad de uso. No se concibe como un anexo subordinado, sino como un espacio intermedio entre vivienda, paisaje y vida social: una pieza ligera que, desde la sencillez, articula la relación entre arquitectura, entorno y cultura.




















