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Arquitectos: KA architecture studio (Mohammad Khavarian)
- Área: 1000 m²
- Año: 2023

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La metrópoli de Teherán alguna vez contó con un núcleo histórico habitable y de baja densidad, que, tras la Revolución Iraní, experimentó una expansión desbalanceada y descontrolada debido al crecimiento poblacional y las políticas centralizadas. El desarrollo de Teherán adoptó un modelo orientado al automóvil, dando prioridad a la construcción de autopistas, numerosas calles y densas manzanas urbanas. Este enfoque redujo gradualmente la calidad de vida urbana para los peatones y disminuyó la habitabilidad general de la ciudad.

Como resultado de esta priorización de los automóviles, el desarrollo urbano se centró más en facilitar el acceso de los vehículos y expandir la red de calles en lugar de crear espacios orientados a los peatones. Este cambio dejó a Teherán con espacios limitados para que los ciudadanos se detuvieran e interactuaran, exacerbando problemas como la contaminación y la escasez de espacios públicos. Debido a los problemas económicos, las sanciones y el aumento de la densidad urbana, durante casi cuatro décadas no se ha dado prioridad a esta cuestión, lo que ha provocado un importante déficit de gestión en este ámbito.

En los últimos años, un grupo de especialistas en urbanismo y la anterior administración municipal pusieron en marcha un proyecto llamado "Meydangah". El proyecto pretendía identificar y activar espacios con potencial para convertirse en vibrantes nodos urbanos. En esta investigación, se identificaron y priorizaron 100 ubicaciones en Teherán, que comprendían espacios subutilizados o de baja calidad. El plan era revitalizar espacios como parques, aceras, pasos subterráneos y áreas descuidadas como proyectos piloto. Si se lograra tener éxito, esta iniciativa se expandiría a otras áreas de la ciudad para fomentar una "ciudad orientada a los peatones".


La filosofía del proyecto era que estos espacios revitalizados, a modo de semilleros, mejorarían la estructura urbana más amplia, por lo que la ejecución del primer proyecto fue crucial para el avance del concepto. Entre los espacios identificados estaba la entrada de una estación de metro en la intersección de la calle "Vali Asr", una arteria histórica que conecta el norte y el sur de Teherán y atraviesa el núcleo original de crecimiento de la ciudad. Desafortunadamente, en Teherán y otras ciudades, las entradas de metro se han desarrollado de manera desorganizada, a menudo ignorando las necesidades de los peatones y los espacios para detenerse a lo largo de las rutas a pie. Este descuido ha llevado a múltiples problemas para los usuarios y residentes locales, disminuyendo la calidad urbana.

Según el estudio, se identificaron las entradas de metro como puntos clave para la mejora, y dadas las limitaciones económicas y las sanciones, estos proyectos requerían una implementación de bajo costo. Inicialmente, debido a restricciones presupuestarias, el cliente solicitó un diseño básico de acera. Sin embargo, logramos persuadir al cliente para que respaldara un proyecto más impactante alineado con el plan maestro mediante extensas conversaciones. Esta aprobación fue crucial para el éxito del proyecto "Meydangah". Actualmente, el área de la plaza frente a la entrada ha sido organizada por el municipio para los vendedores locales, y el espacio interior de la plaza se ha convertido en un centro social para actividades como sentarse, esperar y acoger a músicos callejeros.

Debido a su ubicación en la intersección de uno de los principales corredores de la ciudad, esta estación de metro disponía de un terreno relativamente accesible dentro de una densa manzana urbana. Sin embargo, también se vio afectada por un intenso tráfico vehicular, lo que llevó a la contaminación acústica y a una reducción de la calidad espacial en la entrada. El sitio tenía forma triangular, cubriendo un área de 1.500 metros cuadrados, con diversas características que necesitaban ser reimaginadas. Entre las estructuras existentes, había un cerramiento de cristal de baja calidad, en forma de cubo, que cubría la escalera de entrada. Esta estructura solo tenía una puerta para la entrada y salida de pasajeros, y carecía tanto de calidad espacial como de atractivo arquitectónico.


Además, había dos baños —uno para hombres y otro para mujeres— que estaban mal situados, por lo que su uso resultaba poco práctico e incómodo. La zona alrededor de la entrada también estaba desorganizada, con elementos de la infraestructura del metro esparcidos aleatoriamente sin un plan de distribución claro. Otras partes del terreno estaban abandonadas e infrautilizadas, lo que demuestra la ausencia de una propuesta cohesionada para su plena utilización. Después de recopilar datos e identificar las necesidades urbanas del sitio elegido, decidimos crear un plan de diseño integral.

Teniendo en cuenta el clima de Teherán, era prioritario crear sombra para las estaciones cálidas y resguardarse de la lluvia en las más frías. Además, para mitigar la contaminación acústica provocada por el intenso tráfico que rodea el sitio y promover un espacio habitable orientado hacia el interior, llegamos a la conclusión de que un tejado permeable, que permitiera la entrada de luz y aire, sería una estrategia clave. Se eligió esta cubierta como solución para unificar y cubrir las incoherencias y desperfectos del lugar, con el objetivo de dialogar con el entorno y mejorar la calidad de los espacios existentes. A partir de los requisitos preliminares y los resultados del estudio, decidimos abordar todas las cuestiones espaciales mediante una estructura cohesiva y unificada, alineando los elementos existentes y realizando las funciones deseadas dentro de un espacio con una identidad clara.

Al definir la estrategia geométrica y formal de este proyecto, nos llamó la atención el vacío existente entre la zona subterránea inferior y el nivel del suelo superior. Este desafío nos llevó a incorporar una combinación de arcos geométricos, formas que representaban los espacios subterráneos y su funcionalidad, mientras que eran ejecutables con métodos locales. Estos arcos se convirtieron en la principal estrategia espacial para establecer una fuerte conexión visual y funcional entre los distintos niveles, organizar los espacios inferiores y añadir coherencia formal a toda la estructura. Mediante la disposición de estos arcos, transformamos el subsuelo de modo que la entrada subterránea a nivel del suelo se convirtió en un "laberinto urbano" y un espacio de pausa para peatones y pasajeros. Este diseño integrado y cohesivo satisfizo diversas necesidades, proporcionando una experiencia dinámica y multifacética para los usuarios y dotando a la entrada del metro de una identidad distintiva y única a través de la coordinación de forma y espacio.

Este proyecto fue un esfuerzo por redefinir la entrada al metro, transformándola de un simple punto de acceso en una plataforma abierta moldeada por sus usuarios, con el objetivo de introducir una nueva perspectiva en la relación entre el transporte y el espacio urbano. La propuesta pretendía crear zonas flexibles y dinámicas, capaces de adaptarse a distintos usos y de actuar como puntos activos en la vida de la ciudad. Además, la iniciativa está en consonancia con el plan más amplio "Teherán: ciudad peatonalizada", cuyo objetivo es recuperar y reurbanizar espacios infrautilizados, ofreciendo a la población entornos urbanos accesibles, inclusivos y adaptables que fomenten la movilidad activa y la convivencia.
























