La piedra es uno de los materiales de construcción más antiguos, pues ha persistido en la historia de la arquitectura por sus características de resistencia y durabilidad. A menudo, la piedra es utilizada en estructuras de protección, como fortificaciones y muros, sin embargo, históricamente se conoce como la base de una serie de edificios con diferentes propósitos.
La arquitectura tiene un impacto en el contexto en el que se emplaza. Sin embargo la experiencia de los usuarios se da en los espacios interiores. Grandes exponentes cómo Rogelio Salmona o Antonio Gaudí pensaban sus obras en todos los espectros de la escala arquitectónica, para que hasta los más finos detalles de acabados fueran parte de la experiencia.
Si bien el ladrillo se posiciona como uno de los métodos constructivos predilectos dentro de la cultura arquitectónica de varios países latinoamericanos, la historia particular de Uruguay con este material ha quedado fuertemente marcada gracias a los aportes del reconocido ingeniero Eladio Dieste. Su obra toma el ladrillo y lo lleva a su máxima liviandad, creando superficies curvas a partir de una nueva tecnología que denominó cerámica armada. De esta manera, Dieste le otorgó al país –y al mundo- una nueva perspectiva sobre las posibilidades constructivas del ladrillo, potenciando su valor identitario e incentivando las exploraciones y la producción de diseños con este material.
La región de Guadalajara en México, es conocida por ser una de las ciudades más importantes del país siendo la sexta más poblada junto con Ciudad de México, Tijuana, Estado de México, Monterrey, entre otras. Sin embargo, como se sabe el crecimiento exponencial que experimentaron las ciudades en el S.XX dio como resultado una mancha gris que se expandió más allá de los límites geográficos y la capital del estado de Jalisco no fue la excepción ya que, en consecuencia a esto se determinó la Zona Metropolitana de Guadalajara o Área Metropolitana de Guadalajara que conjuga los principales municipios que rodean la capital.
La utilización del hormigón como recurso constructivo suele ofrecer ciertas ventajas asociadas a la resistencia y los tiempos de ejecución de una obra. Las mismas, combinadas con la plasticidad, versatilidad y valor estético, han generado que muchos arquitectos y arquitectas opten por este sistema para materializar sus proyectos. La reivindicación de las tendencias en torno a la aplicación vista del concreto –es decir, sin revestimientos adicionales- ha generado, a la vez, numerosas exploraciones en torno a sus cualidades expresivas, dando origen a nuevos proyectos que experimentan con las terminaciones de este material en sus espacios interiores.
Desde módulos prefabricados que se posan sobre el paisaje hasta proyectos construidos in situ e integrados a su entorno, en los proyectos uruguayos, la madera se presenta como un recurso apto para resolver la gran multiplicidad de requerimientos asociados a la construcción de una vivienda. Como estructura, cerramiento o mobiliario, combinándose con hormigón, piedra, ladrillo o metal, la madera ofrece una infinidad de aplicaciones que permiten la materialización de diversas búsquedas asociadas al lenguaje y la expresividad exterior del los proyecto, como así también la cualificación de los espacios y la generación de atmósferas interiores.
El agua es uno de los elementos no arquitectónicos que más se han utilizado para acompañar la arquitectura para armonizar las atmósferas y el habitar. Esto puede ser a travez de espejos de agua, piletas, fuentes o piscinas. En los climas tropicales se convierte en una herramienta que consolida el programa y convoca los espacios para que los usuarios compartan entorno a la piscina.
Ubicado en la región oeste de los Estados Unidos, el estado de California es el estado más poblado y el tercero más extenso. Dentro del territorio se encuentran algunas de las áreas más pobladas del país como son Los Ángeles, San Diego, San Francisco, Long Beach y Oakland.
Los elementos metálicos han sido utilizados en la arquitectura y la construcción durante cientos de años -ya sea para materializar cubiertas, como elementos decorativos, o incluso para reforzar estructuras de mampostería-. Sin embargo, no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII que aparecieron las primeras estructuras construidas integralmente en hierro fundido: los puentes. Un siglo después, el hierro fue sustituido por una aleación más resistente y maleable que aún hoy se sigue utilizando en proyectos arquitectónicos: el acero.
Más denso que el hormigón, la resistencia del acero subvierte su peso y proporciona una mayor rigidez con una menor cantidad de material –permitiendo generar estructuras más ligeras y delgadas en comparación con otros materiales como la madera o el propio hormigón-. Aunque no es el material más utilizado en proyectos de arquitectura residencial, su uso ha permitido la construcción de algunos interesantes -y bellos- ejemplos de casas contemporáneas en Brasil:
La arquitectura colombiana es conocida a nivel mundial por su abundante uso de ladrillo, sobre todo en la capital pues la calidad de la arcilla de la cual proviene es relativamente fácil de acceder a corta distancia de la ciudad. Sin embargo la tendencia global de usar el hormigón por su facilidad para fundirlo, y la posibilidad de armarlo con metal para que funcione tanto bajo fuerzas de compresión como de tensión, ha permitido que coja fuerza como uno de los materiales protagonistas a nivel local también.