
-
Arquitectos: Estúdio 41
- Área: 37324 m²
- Año: 2020
-
Proveedores: Herman Miller, Hunter Douglas, Knauf, Tarkett, Alcoa, +24




En Paraguay, el ladrillo puede ser muchas cosas. Los muros, tabiques, cerramientos, tamices, cubiertas, bóvedas, pisos y solados en su arquitectura de las últimas dos décadas no solo evidencian este gran variado uso del material, sino la capacidad de sus arquitectos de pensar diferente y experimentar a fondo con la luz y la atmósfera.
.jpg?1624956731&format=webp&width=640&height=580)
El incremento de la automatización (procesos mecanizados) dentro de las etapas de materialización arquitectónica, ha visto una notable aceleración en los últimos tiempos gracias a la aparición y desarrollo de las herramientas de fabricación digital. Estas herramientas, como pueden ser las impresoras 3d, los robots de montaje o las cortadoras láser, han habilitado el perfeccionamiento de las secuencias constructivas, aportando notables ventajas relacionadas a la optimización de los recursos, el aumento de la precisión y el incremento del control.
En el caso específico de la madera, las herramientas de fabricación digital más frecuentemente utilizadas son las llamadas máquinas fresadoras o routers CNC (siglas referidas a control numérico por computadora). Estas herramientas permiten interpretar dibujos vectoriales 2D o incluso modelos 3D, convirtiéndolos en códigos de coordenadas que organizan el accionar de la herramienta. De esta manera, las fresadoras o enrutadores CNC permiten, a partir de archivos digitales (que pueden realizarse en softwares de diseño ampliamente conocidos como AutoCad), cortar las maderas de forma rápida y sencilla, quedando las piezas listas para ser montadas y unidas en obra.

Si bien hace años la industria de la construcción fue una de las más atrasadas en términos tecnológicos, hoy en día podemos decir que la automatización en la arquitectura definitivamente llegó para quedarse.
En ArchDaily, este ha sido uno de nuestros temas de conversación más recurrente. Por esto, les preguntamos a nuestros lectores sobre qué entienden por automatización en arquitectura (y cómo creen que afecta al proceso de diseño).

¿Vivirías en una casa construida en una fábrica? La evolución tecnológica en materia de diseño y producción arquitectónica está provocando cambios innegables en la forma en la que pensamos y construimos arquitectura. La posibilidad de materializar una vivienda a través de un sistema de partes fabricado de manera industrial en un ámbito externo al emplazamiento final de la obra ha abierto la puerta para que numerosos arquitectos y arquitectas investiguen y experimenten con nuevos materiales y tecnologías nutridas de la fabricación digital.




La arquitectura como objeto, al ser una creación del hombre, presenta el desafío de su implantación. Cuando se decide que el diseño se enfocará en soterrar el proyecto, puede trae consigo varios beneficios proyectuales como la mimetización con el contexto, o beneficios técnicos como una mayor eficiencia termodinámica.

Poco se habla sobre la contribución de los andamios a la historia de la construcción. Estas estructuras fueron generalmente tratadas como mero equipamiento y, por lo tanto, sus registros son muy escasos. Sin ellos, sin embargo, sería casi imposible construir la mayoría de los edificios que conocemos. Los andamios permiten alcanzar y mover materiales a puntos difíciles en una construcción, brindando seguridad y algo de comodidad a los trabajadores. Pero además de su función como estructura de soporte para edificios, hemos visto que los andamios también se pueden utilizar para estructuras móviles, temporales e incluso permanentes. A continuación, revisaremos un poco de su historia y sus posibilidades.

El Edificio Monadnock, en Chicago, comenzó su construcción en 1891 y todavía se utiliza sin problemas. El edificio presenta una fachada sobria sin grandes ornamentos y una altura muy expresiva –en ese momento– de 16 pisos. Se considera el primer rascacielos construido en mampostería estructural, con ladrillos cerámicos y una base de granito. Para soportar toda la carga del edificio, los muros estructurales en la planta baja tienen 1.8 metros de espesor, mientras que en la parte superior, 46 centímetros. 130 años después, este sistema constructivo sigue en boga y permite la construcción de edificios aún más altos, con muros mucho más delgados, logrando racionalidad y economía en la obra. Pero, ¿de qué se trata la mampostería estructural? ¿cómo utilizarla en proyectos arquitectónicos? ¿en qué edificaciones se recomienda este sistema?