
- Año: 2015



El arquitecto Boris Brorman Jensen y el filósofo Kristoffer Lindhardt Weiss han sido seleccionados para curar la contribución danesa a la Bienal de Venecia 2016. Su exhibición se centrará en el tema del humanismo, un "leitmotif central en la arquitectura danesa [que] promueve un sentido de comunidad y expresa un orgullo cívico". Aunque es el principal tema de su agenda, señalan que "no hay mucho acuerdo sobre cómo, cuándo y de qué manera esta 'arquitectura humanística' debe ser materializada".


Recientemente Sketchfab anunció una nueva característica que permitiría a cualquier modelo 3D en su plataforma ser visto en realidad virtual en un dispositivo tal como Google Cardboard. En Plataforma Arquitectura, creemos que este es un gran paso al definir cómo vamos a ver y compartir el diseño arquitectónico en el futuro, y una de las mejores cosas acerca de la nueva aplicación es la forma en que se funde a la perfección en la plataforma existente para compartir modelos de Sketchfab. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta que la creación de un modelo para la realidad virtual puede implicar alguna consideración adicional. En este post publicado originalmente en el blog de Sketchfab bajo el título de "Cómo configurar una escena Cardboard RV para sketchfab", Bart Veldhuizen explica lo que los diseñadores pueden hacer para que sus modelos sean lo más RV-amigables posible.
Con nuestro nuevo botón RV Cardboard, Sketchfab se ha convertido en la forma más fácil de ver tus diseños en realidad virtual. Ahora puedes publicar, literalmente, tu modelo en Sketchfab y visualizarlo en Cardboard en menos de un minuto.
Ya que Cardboard se basa en dispositivos móviles, hay algunas cosas adicionales que tener en cuenta. Además de mostrar un modelo típico de Sketchfab en el hardware más ligero de tu teléfono o tablet, ahora se renderiza cada imagen dos veces (una para cada ojo). Por lo tanto, no será una sorpresa que necesites tener algunas cosas en mente al diseñar una escena en Cardboard.
Este tutorial te entregará una visión general de las limitaciones más importantes y te ayudará a teletransportarte rápidamente a tu primer experimento en Cardboard.

"Toda obra arquitectónica procede de un programa que la condiciona y que debe ser minuciosamente analizado y correctamente interpretado para poder abordar con éxito la solución”.

A simple vista, un parque sin rejas puede ser percibido como un espacio más acogedor y fácil de visitar. Además, como está disponible durante las 24 horas, puede ser un lugar que los ciudadanos integren en sus trayectos, mejorando así la conectividad entre los barrios.
Precisamente, tomando estas ideas como objetivos, el Departamento de Parques de Nueva York lanzó el programa “Parques sin Fronteras”, una iniciativa que, como dice su nombre, busca que estos espacios públicos sean más accesibles para los habitantes y que sean considerados como lugares más bonitos y lugares de encuentro atractivos.



Tras ganar un concurso para diseñar un gran complejo en el corazón del delta del Río Perla en China, PLP ha presentado su propuesta ganadora, con un plan maestro compuesto por cuatro edificios: la Plataforma para Artes Contemporáneas, la torre Lizhi Park, el Concourse y el Nexus. Este último será una torre de 600 metros de alto, con espacio para oficinas y un hotel que será la pieza central del plan maestro y el rascacielos más alto de la región.

Todo lo que sube tiene que bajar. Y para aquellas obras que han escalado muy alto, convirtiéndose en todo un fenómeno en la historia cine, pareciera que alrededor de su éxito se gestase una corriente negativa cuyo único propósito es la de desprestigiar todas sus cualidades. Para el director James Cameron no es la primera vez que esto le ocurre a una de sus obras, ya con “Titanic” (1997) experimentó un fuerte repudio posterior por parte del público e incluso de parte de otros directores de su gremio, donde -de igual manera- se apelaba a una historia demasiado simplista adornada con una factura técnica nunca antes vista.
Con “Avatar” la historia se repite. Cameron es criticado como un director efectista, un vendedor de humo que detrás de la vanguardia tecnológica no tiene nada original que comunicar. A modo de apología, hay que comprender que su cine proviene de una carrera humilde, de un hombre que se formó a si mismo dentro de la industria de los efectos especiales y cuya mentalidad siempre busca la forma más simple de hacer que las cosas funcionen. Cameron maquina sus historias desde una visión técnica, premiando lo simple sobre lo rebuscado, lo funcional sobre lo ineficaz.
