España cuenta con una vasta diversidad de paisajes, tanto naturales como urbanos, donde el espacio público desempeña un papel protagonista. En los últimos años, su relevancia ha crecido, consolidándose como un eje fundamental para el encuentro. Más allá de sus cualidades arquitectónicas y paisajísticas, el espacio público ofrece a los visitantes y ciudadanos entornos de calidad que contribuyen a mejorar las condiciones de vida, ya sea en un parque urbano, un eje peatonal dentro de la ciudad o un espacio para simplemente estar en un entorno natural y en conexión con el territorio.
Jardín Nativo Adriana Hoffmann, Museo Interactivo Mirador (MIM) en Santiago de Chile. Image Cortesía de Bosko
Durante el siglo XIX, los esfuerzos por mejorar la calidad de vida urbana se centraron en la creación de jardines y parques, comenzando así la evolución del paisajismo como la disciplina moderna que conocemos hoy. Sin embargo, aunque existen ejemplos notables alrededor del mundo, la excesiva estructura y artificialidad de los jardines urbanos ha ido en contra de las motivaciones que les dieron origen. En muchos casos, su diseño ha resultado en espacios públicos descontextualizados e ineficientes, altamente demandantes en recursos y alejados de una verdadera sostenibilidad.
La geometría estricta y el uso forzado de especies de difícil adaptación y cuidado están dando paso al regreso de un paisajismo más orgánico, adecuado a los ecosistemas locales y eficiente en su desarrollo y conservación. Los bosques nativos reúnen todos estos aspectos positivos. No sólo permiten restaurar ecológicamente áreas degradadas, sino que mejoran la calidad del aire y retienen el agua de lluvia, creando espacios verdes biodiversos que conectan profundamente a las personas con la naturaleza. Conversamos con Magdalena Valdés, fundadora y directora de Bosko, quien nos explica por qué los bosques nativos son el camino correcto hacia un paisajismo consciente y realmente ecológico.
Illa Glories / CIERTO ESTUDIO. Image Cortesía de CIERTO ESTUDIO
CIERTO ESTUDIO fue fundado por seis jóvenes arquitectas en el año 2014. Desde entonces el equipo no ha parado de crecer y de consolidar así su práctica profesional en Barcelona. Estas seis mujeres arquitectas son: Marta Benedicto, Ivet Gasol, Carlota de Gispert, Anna Llonch, Lucia Millet y Clara Vidal.
El estudio nació desde la pluralidad, por tanto su pensamiento es inevitablemente diverso y esto se refleja en su metodología de trabajo colaborativo, buscando siempre la máxima reivindicación arquitectónica y un carácter propio.