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Arquitectos a Cargo: Yalin Architectural Design
- Área: 3800 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Hacer Bozkurt, Egemen Karakaya

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Museo de la Liberación de Manisa (MKM) fue concebido como un espacio conmemorativo para dar a conocer el movimiento popular civil que se desarrolló de forma independiente de la autoridad central en la región de Manisa entre 1918 y 1923. El diseño fusiona los restos de las estructuras de mampostería, ladrillo y piedra, que resistieron el incendio, con la tradición local de Manisa en el uso del ladrillo, que se remonta a épocas arcaicas. Las 14 cámaras independientes, construidas íntegramente con la técnica de carga, presentan diferentes momentos históricos como una experiencia secuencial.


Esta secuencia encarna momentos históricos concretos al poner de relieve el estado emocional distintivo de cada espacio. Los arcos de ladrillo, las bóvedas, las cúpulas y las cubiertas en forma de tienda de campaña crean tensiones espaciales variables, como oscuridad-luz, estrechez-amplitud y altura baja-alta. La geometría de cada sala está definida por detalles únicos. De este modo, los visitantes experimentan los acontecimientos de la época no solo a través de la lectura, sino también sintiendo físicamente la naturaleza del espacio.



En el proceso de construcción, primero se estableció una base de hormigón para las cámaras, que se construyeron con dos dimensiones diferentes de ladrillos. A continuación, se prepararon moldes de madera y, en la etapa final, se colocaron los muros de ladrillo que soportan la carga sobre estos moldes. En estas habitaciones abovedadas, en forma de tienda de campaña o de cúpula, el ritmo del ladrillo en las superficies interiores se reveló por primera vez cuando se retiraron los moldes, lo que aportó una cualidad sorprendentemente única al proceso de construcción.


Se desciende a este espacio narrativo semi subterráneo de historia reciente a través de una rampa de tres brazos. El vestíbulo de entrada principal se diseñó con una forma semi-elíptica indefinida. Las losas de hormigón abovedadas y los arcos de ladrillo caracterizan esta entrada, que recuerda al vientre de una ballena. Este espacio central sirve como un gran vestíbulo que conecta con otras áreas. Desde aquí, se narra el proceso continuo de Manisa —desde el contexto de la Primera Guerra Mundial hasta su incendio y posterior reconstrucción— a través de nueve salas diferentes con distintas intensidades emocionales.


El nivel superior de la estructura, que es completamente de ladrillo portante, fue diseñado como un espacio de parque público. Los habitantes de la ciudad que transitan por este parque pueden ser ajenos a la pesada narrativa histórica que se encuentra debajo de ellos. Sin embargo, los espacios que forman el museo emergen dentro del parque como montículos y obstáculos, transformándolo en un jardín con sus propias compartimentaciones internas.



El objetivo principal del museo es transmitir a ciudadanos y visitantes de todas las edades el inmenso trauma y la saga de resurgimiento que Manisa, que continúa su vida justo al lado, experimentó en un pasado muy reciente. Para transmitir este mensaje se utilizaron diversos recursos arquitectónicos y narrativos espaciales, que abarcaban desde salas centradas en la información hasta espacios con altos tonos sensoriales y narrativas en las que destaca el carácter de una instalación.


El MKM puede describirse como una inserción arquitectónica semi-arcaica y multicapa que se esfuerza por forjar conexiones entre el pasado, el presente e incluso el futuro.
























