-
Arquitectos: Memola Estúdio
- Área: 404 m²
- Año: 2022
-
Fotografías:Fran Parente
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Manteniendo la proyección de la casa en el terreno, el proyecto transforma por completo la atmósfera doméstica para sintonizarla con la identidad del cliente. El lenguaje modernista y urbano que la caracterizaba da paso a una arquitectura inspirada en las primitivas casas costeras brasileñas, sencillas por excelencia, que invitan a permanecer en medio de la naturaleza, con ambientes claros, bien iluminados y cómodos, tanto física como visualmente. El nuevo lenguaje, playero y con énfasis en lo artesanal, fue pensado en las varias facetas y en los mínimos detalles del proyecto.
Ubicado en un condominio privado del litoral sur de São Paulo, en Guarujá, el terreno es limítrofe a la franja de arena. De la construcción original se conservó la estructura principal y la organización del programa en dos plantas, con dormitorios en la parte superior. La cubierta plana, sin embargo, fue sustituida por un doble tejado con estructura de madera y tejas de barro, lo que amplía la altura de los ambientes situados debajo y crea una terraza sobre la extensión de la casa en el retranqueo frontal. Además, la línea del alero preexistente sirvió de referencia para la ampliación de parte de los dormitorios, añadiéndose a la suite principal (ampliada en el equivalente a dos dormitorios originales) una terraza con vistas al mar.
Las zonas húmedas se han reformado radicalmente, tanto en la planta baja como en la planta superior, optimizando los flujos y la integración espacial, tanto dentro de la casa como entre los ambientes interiores y exteriores. Cabe destacar el traslado de la cocina al lateral de la sala, unida tanto al salón como a la terraza bajo la nueva pérgola de madera, así como la reubicación del área de servicio y de parte de los aseos de la planta superior.
En las fachadas, el hormigón desaparece y se reformulan todos los marcos. No solo cambia su posicionamiento, de acuerdo con las nuevas demandas puntuales de iluminación y ventilación, sino también su materialidad (antes, de aluminio, ahora, de madera), tipologías y modulaciones, en una reinterpretación de las casas tradicionales de playa.
Se han sustituido todos los revestimientos, con una paleta de colores y materiales que gravitan en torno a la rusticidad y a tonos que recuerdan a la madera y la arena. En las fachadas se ha añadido un revestimiento con masilla texturizada artesanal que, caracterizado por la tridimensionalidad de sus sutiles ondulaciones, relega a un segundo plano perceptivo la ortogonalidad de la construcción. En el interior, conviven la madera de demolición (en el suelo y parte de los techos) y los azulejos artesanales (cerámica de barro cocido, dispuestos sin juntas y enfatizando la irregularidad del material), en contraste con la estructura y las tuberías vistas, pintadas del mismo color que las paredes. La carpintería también tiene elementos rústicos de madera, pero, al igual que en muchas casas de playa brasileñas, la encimera de la cocina es de cemento visto.
Las áreas externas también fueron rediseñadas, manteniendo la ubicación de la piscina, pero implementando una paleta de materiales cuyos tonos se asemejan a los de la arena junto al mar, que a su vez se trasladan al interior de la casa mediante la correspondencia entre los materiales internos y externos. La madera recubre los suelos de ambas zonas; el biriba de los pérgolados (que refleja la rusticidad de las vigas estructurales de madera) también está presente en los límites del terreno; y el granito rústico de la piscina se ha utilizado igualmente en algunos puntos del salón y de los dormitorios. Sin embargo, el aspecto distintivo que adquiere el material según su área de uso corresponde a la excelencia del trabajo del estudio, que personaliza las soluciones artesanales en los distintos proyectos. En el interior de la casa, el efecto encalado de la piedra se debe a un trabajo experimental y único de eliminación del exceso de masa aplicada en las juntas entre ellas.
