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Arquitectos: Studio Zé
- Área: 165 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Hélder Santana
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Proveedores: Cerâmica Reis, Esquina dos Presentes, Ladrilhos Olinda, Lenys Tiburcio, Ludmilla Castro, Vucan Impermeabilizantes

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Localizada en Feira Nova, una ciudad de 20 000 habitantes conocida por su producción de harina de yuca en el agreste pernambucano, la residencia de la madre del arquitecto fue construida por los propios habitantes en la década de 1980 utilizando la técnica del adobe.


A lo largo de los años, y siguiendo una práctica común en comunidades de bajos ingresos, el edificio fue sometido a diversas reformas para adaptarse a las nuevas dinámicas familiares. Sin embargo, estos sucesivos puxadinhos, que resolvían problemas inmediatos, generaron una masa construida densa y poco funcional, con deficiencias de ventilación e iluminación. Además, con el avance de la edad, la residente comenz


El proyecto busca atender las necesidades de la residente, considerando la historia y la implantación del edificio. Basado en los conceptos presentados por Armando de Holanda en Roteiro para construir en el Nordeste (2010), adopta el uso predominante de materiales naturales y locales, ventilación cruzada e iluminación natural, además de priorizar el bajo costo de obra y mantenimiento. Las soluciones constructivas dialogan con la mano de obra local poco especializada, valorando el saber popular y garantizando la viabilidad de la ejecución.


Por limitaciones financieras, solo se reformaron la fachada y los ambientes sociales, manteniendo las paredes originales de adobe y mejorando el desempeño térmico del edificio. La intervención principal consistió en aumentar la altura de uno de los tramos, lo que hizo que las dos aguas de la cubierta quedaran desiguales, permitiendo la ventilación de la fachada poniente a través de una línea de cobogós.

Se demolieron cinco ambientes subutilizados para dar lugar a una sala amplia, un jardín interno y una terraza abierta, potenciando el carácter social que la casa ya poseía. Las puertas de entrada, ahora restauradas, están protegidas por placas de concreto premoldeado, utilizadas aquí como brises horizontales de bajo costo; el mismo elemento también sirve para conformar los bancos de la terraza abierta.

El muro de la fachada, conservado a pedido de la residente, ahora presenta perforaciones mediante una trama de ladrillos cerámicos, inspirada en la forma en que las alfarerías apilan las piezas para su secado. La base del muro está revestida con placas de cerámica originalmente destinadas a las chapas de horno de las casas de harina de la región.


La arquitectura propuesta busca reconciliarse con el saber popular, respetando y resignificando las prácticas constructivas locales frente a los desafíos climáticos y sociales contemporáneos, especialmente en la búsqueda de una permanencia digna en los territorios.






























