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Arquitectos: Pezo von Ellrichshausen
- Área: 300 m²
- Año: 2025

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una pieza plana se asienta sobre un terreno de cultivo, sobre un valle poblado de viñedos, enmarcado por colinas rocosas. Su proporción alargada contiene un patio aún más estrecho, orientado a la salida y puesta del sol. El patio está ocupado por una larga piscina, cuyos destellos animan todas las estancias que la rodean. La casa tiene una franca secuencia de espacios, promoviendo a la vez una sensación de laberinto.



La casa tiene una franca secuencia de espacios, promoviendo a la vez una sensación de laberinto. La estricta simetría de las habitaciones de entrada, con cuartos curvos y equivalentes en cada esquina, se ve interrumpida por una transición casi imperceptible entre interior y exterior.



La extensión horizontal de la casa, notablemente elevada respecto del terreno natural, puede entenderse como un anillo de habitaciones para un movimiento sin fin, pero también como un encuentro ficticio entre dos figuras alfabéticas (T y U). El edificio parece ser la confirmación silenciosa de esa ilusión.


Si bien la alineación de aperturas puntuales permite proyecciones hacia el paisaje circundante, un pesado alero curvo hace una clara distinción de su orientación cardinal. Asimismo, mientras el interior tiene una suave textura de tablas de madera pintada, los muros exteriores están fabricados con hormigón in situ, teñido de rosa pálido y apenas decorado por sus propios encofrados.

Al igual que en la primera casa que hicimos, una pareja casi retirada es el habitante permanente de un núcleo vacío. Tal vez por mera casualidad, el destino de este esquema fundamentado sea una especie de maridaje tácito en el que, siguiendo a Rilke, “cada uno designa al otro como guardián de su soledad”.
