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Arquitectos: Rogelio Ruiz + Macario G. Astorga
- Área: 248 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Marcos Morilla

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Se trata de una pieza independiente anexa al colegio de preescolar.

Aspectos Funcionales - En un comedor infantil hay dos tipos de usuarios: los niños y los trabajadores. Estos últimos son de dos tipos: los que vienen de afuera con el catering y manipulan los alimentos, y el personal que debe de cuidar de los niños en el momento de la comida. Así pues separamos la zona de cocina a la entrada de alimentos, y la zona de niños, con los servicios y un área para dejar mochilas. Así el proyecto se compone de dos cabezas de altura menor (ya que en su parte alta llevan instalaciones de aire acondicionado) y una nave central con toda la altura, donde se produce el refectorio propiamente dicho.


Aspectos Formales y de Diseño - A pesar de la modulación del proyecto, para darle mayor movimiento y alegría los módulos son asimétricos, van cambiando el sentido de los faldones para que así aparezcan distintos frentes por encima del tejado. Hemos utilizado una matemática sencilla qué, por su disposición a derecha o izquierda, va generando un volumen fragmentado de gran dinamismo.

Las cerchas, y por tanto las formas posteriores, se apoyan en los ángulos del cartabón, es decir: treinta y sesenta grados. También, la forma espacial interior tiene una reminiscencia en la Iglesia de Alvar Aalto de Riola, próxima a Bolonia en Italia, detalles de Scharoun...Hay dos escalas, la del eje entrada-cocina que es la de los mayores, y por tanto se apoya en ventanas de escala "persona mayor", y la de las mesas de comedor, que llevan una ventana corrida a la escala "niños y niñas".

El sistema constructivo elegido es una estructura metálica revestida de paneles de distintos materiales colocados en seco (chapa galvanizada, alucobond...), con un juego de planos y curvas en las cubiertas que potencian su imagen en el entorno. Las conducciones de aire acondicionado quedan vistas.

Desde la calle se pueden ver los niños y niñas comiendo y ellos, a su vez, pueden ver el verde del prado por las ventanas grandes del oeste, y coches y árboles en las ventanas bajas del este.


También sus padres podrían ver desde el exterior como están sus retoños. En lo alto del espacio del comedor propiamente dicho, las ventanas circulares, una a norte y otra a sur, nos recuerdan el sol y la luna.













