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Arquitectos: Rabagast Studio
- Área: 33 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Peter Elias Hoddevik, Bianca Daumas

Descripción enviada por el equipo del proyecto. En el borde de un pequeño lago forestal en Opaker Gård, un sauna flotante reposa tranquilamente sobre el agua. La eco-granja quería retribuir a la comunidad local: un lugar para reunirse, desacelerar y reconectar con la naturaleza. El sauna fue diseñado y construido por estudiantes en dos intensas semanas, desde los primeros bocetos hasta la estructura terminada.


El proyecto comenzó con un encargo sencillo: un sauna flotante para seis personas sobre un pontón dado. Sin embargo, desde el principio, los clientes nos animaron a pensar más allá de la función. A crear algo escultórico, una pequeña pieza de arquitectura que pudiera pertenecer tanto al arte como a la utilidad. Junto a ellos, desarrollamos el diseño final durante cuatro días de diálogo y experimentación.

El resultado es un plano cuadrado torcido en ángulos sutiles, que le otorga al edificio una presencia dinámica pero a la vez arraigada en la tranquila superficie del lago. La estructura está construida completamente de madera y está aislada con material Low-E desarrollado para la industria aeroespacial. Un encuentro inesperado entre la artesanía vernácula y la tecnología de la era espacial.

Nos enfocamos en los rituales que definen la experiencia del sauna: la llegada, el desnudarse, el enjuague y la transición del frío al calor. La secuencia se desarrolla de forma natural, pasando del aire libre al interior oscuro y fragante. Dentro, paneles de madera quemada y aceitada con linaza envuelven las paredes, creando un espacio oscuro y texturizado que contrasta con los bancos de álamo claros, que parecen flotar en la habitación. La única luz proviene de la estufa de leña, la única ventana y el reflejo del agua exterior.

La ventana se colocó deliberadamente baja, enmarcando el lago y el bosque más allá. A medida que se sube por los tres niveles de asientos, la vista cambia hasta que, en la parte superior, solo quedan las ondulaciones del lago. Cuando los materiales escasearon, la necesidad guió la invención. Los paneles sobrantes fueron cortados en tejas y utilizados para recubrir un lado del sauna, añadiendo textura y ritmo al exterior. Cada parte del edificio lleva la marca de la improvisación y el cuidado.


La construcción fue realizada por dieciséis estudiantes, muchos de los cuales tenían poca experiencia en carpintería. La compleja geometría del techo exigía precisión, paciencia y resolución colectiva de problemas. Sin embargo, a través de ese proceso, surgió algo pacífico. Una estructura que flota ligeramente sobre el agua, ofreciendo refugio, calor y tranquilidad. Más que un sauna, es un pequeño santuario, un lugar donde el calor se encuentra con el agua, y donde la artesanía, la naturaleza y la comunidad se unen en equilibrio.












