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Arquitectos: ateliermob
- Área: 1450 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG, José Vicente

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Salón Central Eborense es un espacio cultural público ubicado en el corazón del centro histórico de Évora, dentro del área designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con una rica historia de intervenciones arquitectónicas —la más significativa de Francisco Keil do Amaral en 1945— el edificio permaneció cerrado y severamente deteriorado desde la década de 1980, a pesar de su monumental escala y presencia urbana simbólica.

En 2017, tras un proceso de selección competitivo, ateliermob fue designado para liderar el proyecto de rehabilitación del edificio. Dos retos principales dieron forma al programa preliminar: reubicar la entrada principal al Pátio do Salema —concebida como un catalizador para revitalizar este espacio urbano único— y diseñar un auditorio flexible tipo blackbox adecuado para prácticas artísticas y performativas contemporáneas.

A lo largo de los años, las excavaciones arqueológicas permitieron la integración de una sala de ensayo subterránea, que refleja las dimensiones del escenario principal. El proyecto revierte la orientación original del edificio, reposicionando la entrada y el escenario para optimizar la circulación. Desde la nueva entrada, los visitantes pueden acceder a un espacio de ensayo, una librería-cafetería enclavada en la icónica forma curva del edificio y una terraza en la azotea que ofrece vistas panorámicas de la ciudad.

Dada su relevancia cultural y urbana —y su contribución a la exitosa candidatura de Évora como Capital Europea de la Cultura 2027— el proyecto involucró un amplio compromiso comunitario, incluyendo reuniones participativas con partes interesadas locales, profesionales y ciudadanos. Los trabajos de renovación comenzaron en abril de 2020, poco después del inicio del confinamiento por COVID-19, y el edificio reabrió en septiembre de 2024.

El nuevo vestíbulo central, al que se accede desde el Pátio do Salema, se convierte en el corazón del flujo interno del edificio. Si bien se mantiene un acceso secundario desde la Rua de Valdevinos, ambas entradas ahora están conectadas a través de un vestíbulo compartido. La planta baja reorganizada incluye camerinos, espacios de apoyo para artistas, áreas de taquilla y guardarropa, baños y un bar.

Gracias a campañas arqueológicas anteriores, el espacio de ensayo subterráneo se construyó sin necesidad de más excavaciones. Replica el área del escenario e incluye acceso independiente para presentaciones más íntimas. El auditorio tipo blackbox es el núcleo del programa del edificio. En comparación con el salón original, su capacidad se ha reducido a la mitad para permitir la máxima flexibilidad. Un sistema de asientos retráctiles y una rejilla técnica de ancho completo permiten múltiples configuraciones, apoyando una amplia gama de expresiones artísticas contemporáneas.


La inversión de las áreas de escenario y de detrás del escenario pone de relieve la característica arquitectónica más llamativa del edificio: un espacio en esquina de triple altura, iluminado de manera natural, que ahora alberga la cafetería-biblioteca y la circulación vertical, enlazando con los entrepisos de los pisos superiores y culminando en una azotea escénica.

Externamente, el edificio preserva su carácter histórico: las fachadas están enyesadas en tonos originales, la piedra coincide con los materiales existentes y la nueva estructura del techo metálico está cubierta con tejas tradicionales de terracota. En el interior, una paleta contenida de negro, blanco y gris define las áreas públicas, enriquecidas por materiales locales como el corcho. Acabados acústicos y de madera envuelven el blackbox y las salas de ensayo, mientras que los accesos verticales están acentuados con detalles en un rojo vívido.

























