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Arquitectos: Bravo
- Área: 40 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Carlos Molina
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Proveedores: Interligth, Vidrio Lirquén

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Para este proyecto, nuestro estudio articuló la idea de comprender la tienda como un sistema a gran escala, compuesto por partes y componentes identificables que abarcan tanto la escala arquitectónica como la del mobiliario. Este sistema es el encargado de albergar todas las funciones esenciales del espacio: exhibición, almacenamiento y las dinámicas operativas del día a día. La propuesta fue concebida desde una perspectiva flexible y adaptable, permitiendo modificaciones, escalabilidad o ajustes futuros en respuesta a las necesidades cambiantes a lo largo del ciclo de vida del proyecto.


Como estrategia central de diseño, se optó por dejar expuestos todos los elementos que componen este sistema, haciéndolos visibles y posicionándolos como el principal recurso expresivo del proyecto. En lugar de ocultar la estructura o la función, el diseño celebra la lógica del ensamblaje, la articulación entre materiales y la manera en que cada componente responde a un rol específico dentro del sistema general de la tienda.

Un aspecto clave del proyecto es la fachada, construida a partir de una retícula translúcida de vidrio armado. Esta estructura incorpora un mecanismo que permite dos configuraciones: puede permanecer completamente cerrada, generando un cerramiento hermético, o abrirse hacia el exterior como un quiosco callejero, integrando naturalmente el interior con su entorno y expandiendo los límites espaciales de la tienda.


El proyecto busca establecer coherencia entre el entorno físico y la naturaleza del producto que alberga: equipos de audio y discos de vinilo. A diferencia del consumo digital, la compra de música en este formato implica una interacción más lenta, atenta y ritualizada. La arquitectura apoya y refuerza esta experiencia. Los módulos de exhibición invitan a una exploración pausada, una circulación intuitiva y un contacto directo con el objeto. La disposición del mobiliario, junto con la iluminación y la materialidad, busca propiciar momentos de pausa y escucha, donde la música puede descubrirse no solo a través del oído, sino también mediante la vista y el tacto.



La tienda, en su conjunto, funciona como un contenedor de atmósferas espaciales. Un espacio que no solo organiza productos, sino que también establece un estado de ánimo particular: una manera de habitar el tiempo en relación con la música.



























