
-
Arquitectos: Esquadra Arquitetos
- Área: 500 m²
- Año: 2024
-
Fotografías:Joana França
-
Proveedores: Arquivo Brasília, Hill House, Light Design, Lumini, Portobello Shop, Raveli Esquadrias, São Geraldo

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Pensada para aprovechar al máximo la vegetación nativa y poner en valor la naturaleza del terreno, la Casa Varanda nació de una escucha atenta al propio lugar. El proyecto fue construido en un lote amplio, con una ligera pendiente y una vegetación rica en árboles del Cerrado, como paineiras y otras especies.


La residencia se acomoda en la porción central del terreno y permite que todos los ambientes principales se abran al jardín. Con un único piso y leves desniveles que acompañan la topografía natural, la casa cuenta con ventilación cruzada y conexión con la naturaleza externa.


Para garantizar confort y funcionalidad, la Casa Varanda se organizó en dos bloques: uno social y otro íntimo. El primero, situado en la parte frontal y más baja de la casa, reúne la sala de estar, el comedor y la cocina. El segundo volumen alberga las suites de los hijos, una habitación de huéspedes, un despacho, una sala íntima y la suite principal. Todos los espacios de este bloque se orientan hacia las áreas verdes más reservadas, con menor incidencia solar y mayor densidad de vegetación.


La amplia veranda cubierta, que da nombre a la residencia, se concibe como el corazón del proyecto. Este espacio se integra con la piscina, el deck, la sauna y el jardín. La transición entre los dos bloques, unidos por la veranda, se resuelve a través de una gran viga de hormigón aparente que organiza y articula visualmente la edificación.

Para los habitantes de la Casa Varanda, entusiastas del arte y coleccionistas de piezas adquiridas en sus frecuentes viajes, la vivienda debía ser más que una residencia: tenía que convertirse en una galería viva. Para dar respuesta a este deseo, se elevó la altura de los espacios sociales y la estructura incorporó muros amplios, pensados para acoger pinturas, esculturas y objetos del acervo afectivo de la familia. La abundante luz natural configura un escenario ideal para realzar cada obra de arte.


La materialidad fue concebida para reforzar la integración entre arquitectura y naturaleza. El hormigón aparente, presente en las vigas superiores y en el piso del área social, estructura y unifica los volúmenes. Los muros blancos, neutros y ligeros, aseguran la luminosidad ideal para dar vida a la galería doméstica. La madera, utilizada en el techo del área social y en el pavimento del bloque íntimo, aporta textura y calidez.

Las áreas de convivencia disfrutan de abundante luz natural y una adecuada circulación de aire, lo que garantiza ventilación constante y una incidencia solar equilibrada. Las suites, en cambio, se orientan hacia las fachadas con menor exposición directa al sol, favoreciendo así un mayor confort térmico.

El paisajismo trasciende lo estético: contribuye al microclima de la residencia y potencia la inmersión en la naturaleza. Entre la vegetación, las paineiras ocupan un lugar especial, ya que sus floraciones y penachos marcan el paso de las estaciones. Este ciclo natural ofrece a los habitantes la posibilidad de experimentar el tiempo a través del paisaje.

Con una arquitectura sobria y al mismo tiempo abierta, la Casa Varanda permite la convivencia fluida entre naturaleza y arte. El proyecto traduce la personalidad de los habitantes y revela un estilo receptivo y culturalmente activo.
















