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Arquitectos: Taller Espacio Colectivo
- Área: 750 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Santiago Roballo

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Estamos en un momento de inflexión, un punto de quiebre. Hablamos del no retorno, de cambios obligados y de una crisis climática irreversible. A nivel global, no existe mayor propósito humano que la lucha contra el cambio climático.

En este contexto, resulta cada vez más necesario volver a pensar la arquitectura como un ejercicio consciente, capaz de impulsar un cambio de mentalidad, de hábitos y de patrones de acción que nos permitan sanar los territorios y detener la proliferación de prácticas nocivas, aisladas e indiferentes.

La Casa Franco surge de la búsqueda por habitar a través de experiencias que se configuran en secuencias espaciales. Su diseño fragmenta el programa a partir de patios y porches, reinterpretando la tradición de las haciendas coloniales del Valle del Cauca desde un lenguaje contemporáneo. La disposición de grandes muros lineales organiza los espacios interiores y exteriores, convirtiéndose en elementos esenciales que definen la vivienda.

Reconocemos en el arquetipo colonial su capacidad para establecer una simbiosis coherente con el entorno. Aún después de siglos, esta arquitectura mantiene vigencia por las cualidades sostenibles de sus espacios habitables, cualidades que son hoy replicables en la arquitectura contemporánea.

El proyecto retoma principios fundamentales: volúmenes aislados entre árboles que proveen sombra; la relación con el paisaje lejano, cercano e íntimo desde los jardines; la lección de lo intermedio, "el afuera adentro", como actitud espacial propia del trópico. La transición entre porches, patios y recintos exteriores, el manejo de la masa térmica como cobijo, y la tierra como recurso constructivo a través de la técnica, se combinan con un lenguaje actual que establece una relación simbiótica con la vegetación y el territorio.

Los muros - Mantener los excedentes de tierra de las excavaciones en el sitio fue el primer acto consciente de sostenibilidad. Los sobrantes de cimentación, del lago, acequias, estanques y piscina se reutilizaron en el cerramiento perimetral. Así nació el muro de "tierra negra" en tapia pisada sobre piedra de río, construido con tapiales tradicionales de 1,00 x 2,00 m. Con una altura de 2,40 m y 0,50 m de ancho, este cerramiento cubrió más de 400 metros lineales, reduciendo costos y capacitando al personal de obra.

Los muros de "tierra clara" para la compartimentación interna cumplen funciones de cerramiento y acabado. Se elaboraron con material de cantera local, a 15 km, cuya composición y color se ajustaron en obra mediante procesos de estabilización.

La cubierta y carpinterías - Las tejas, recuperadas de casas demolidas o remodeladas, se instalaron sobre entablado impermeabilizado y cama de barro en una cubierta a 45°. Esta inclinación generó confort térmico y permitió habilitar altillos. El triángulo de tracción que soporta el cobertizo se resolvió con vigas rústicas de madera de achapo, material también usado en entablados y formaletas, que tras limpieza se convirtieron en el acabado interior. Para carpinterías se reutilizaron puertas de antiguas construcciones, adaptándolas a la nueva vivienda.
En 2023, la Casa Franco fue reconocida en la Bienal Colombiana de Arquitectura y Urbanismo con el Premio Nacional de Arquitectura en la categoría de vivienda unifamiliar










