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Arquitectos: Pineda Monedero
- Área: 150 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Del Rio Bani
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Proveedores: Viabizzuno

La vivienda se encuentra en la última planta de un edificio de los años 70s. Como la mayoría de los áticos de la ciudad, es un espacio residual a pesar de ser el piso más codiciado. Al retranquearse la fachada, la vivienda se sitúa encima de los espacios secundarios de los pisos inferiores, con crujías estrechas y numerosos obstáculos como bajantes o ventilaciones. El objetivo es camuflar estos defectos y mediante un proceso de substracción dejar su estructura al desnudo. Bajo la distribución original se crean tres espacios principales.


El primero es una sala diáfana más parecida a un hangar. El contraste entre elementos pesados y ligeros genera la atmósfera: Unos gruesos pilares de ladrillo enmarcan las ventanas y en el centro, un altar de hormigón hace de cocina. El resto del mobiliario configura las paredes.

El derribo de una galería añadida a posteriori, permite recuperar la terraza orientada al Tibidabo. Su forma alargada, y su materialidad en ladrillo se inspira en ciudades dónde los áticos son parte del paisaje urbano como los setbacks de Nueva York o los áticos verdes en Milán. El mobiliario está integrado en la arquitectura: un murete jardinera envuelve la terraza y se convierte en un sofá o el banco de una mesa de hormigón.


El tercer espacio es el dormitorio principal: una galería con vistas al Prat. La fachada está compuesta por una carpintería metálica y una protección solar ligera. El baño, conectado pero sin vistas, se ilumina con una celosía que imita la intimidad de un confesionario.

La materialidad en hormigón y ladrillo se usa para desdibujar lo existente de lo añadido y reforzar la sensación de un espacio excavado en el edificio. Todo lo que no es estereotómico -ventanas, mobiliario- se resuelve con carpintería de madera oscura y acero.
















