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Arquitectos: Estudio Ramos
- Área: 415 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Daniela Mac Adden

Descripción enviada por el equipo del proyecto. En la nueva ciudad de Puertos, donde los lagos expansivos, los paisajes nativos y una profunda conexión con la naturaleza definen su identidad, cada vecindario cuenta con un club social comunitario. Sin embargo, estas estructuras suelen ser repetitivas, sin considerar su entorno específico, el carácter de sus residentes o el potencial de ofrecer algo único.


Cuando nos invitaron a diseñar el club social para Riberas, uno de los vecindarios más nuevos de Puertos, aceptamos el encargo con una condición: el edificio debe interactuar de manera significativa tanto con su entorno natural como con su comunidad.

Riberas está diseñado para familias jóvenes y se sitúa entre cielos abiertos y las tranquilas orillas de un lago prominente. El sitio, ubicado al borde del lago, ofreció una oportunidad convincente. Al principio del proceso de diseño, vimos que al elevarnos ligeramente, podríamos capturar vistas raras de ambos lagos adyacentes—una experiencia poco común en la zona.

Desde el principio, nuestro objetivo fue mantener la intervención lo más ligera e integrada posible. En lugar de introducir una estructura visualmente dominante o de alto impacto, buscamos una solución que se mezclara naturalmente con el sitio. El resultado es una plaza elevada que se fusiona perfectamente con el terreno—un espacio para yoga al amanecer, paseos casuales o momentos tranquilos con vistas panorámicas. El techo plantado se pliega hacia abajo en el sitio para crear una rampa suavemente inclinada que fomenta la interacción y el movimiento entre el suelo y el techo.


La expresión arquitectónica está definida por una simple y continua estructura de concreto que se curva orgánicamente para encontrarse con el suelo. Estas formas fluidas permiten que el edificio se asiente naturalmente en el paisaje mientras sostiene el techo verde. La envoltura de concreto sirve tanto como estructura como superficie—robusta y expresiva, pero sensible al carácter natural del sitio. Este enfoque elimina la necesidad de límites duros y refuerza la ética de bajo impacto del edificio, difuminando la línea entre la arquitectura y la forma del terreno.

Más allá del edificio, el programa incluye canchas de tenis y un campo de fútbol. En lugar de separar estas áreas activas con cercas o setos, introdujimos una serie de bermas esculpidas cubiertas de pasto. Estos montículos verdes actúan como asientos informales, áreas de juego y espacios de reunión—creando un umbral suave y juguetón que apoya la vida comunitaria mientras refuerza la visión centrada en el paisaje de Puertos.


Esto es más que un club social—es una sala de estar compartida para el vecindario. Un lugar donde se celebran cumpleaños, los vecinos se encuentran y los ritmos de la vida cotidiana se desarrollan a través de encuentros espontáneos. Fomenta la conexión—con la naturaleza, con los demás y con un sentido compartido de lugar.


El diseño interno es claro y flexible. Un lado del edificio alberga una sala de eventos que se puede reservar para celebraciones privadas, reuniones comunitarias o funciones del vecindario. Este espacio robusto y adaptable actúa como un ancla social para Riberas. Al otro lado, separado por un núcleo de circulación central, un salón más informal invita al uso diario. Diseñado para reuniones casuales, conversaciones relajadas o incluso como un espacio de coworking informal, ofrece asientos suaves, abundante luz natural y fuertes vínculos visuales con el exterior.

Juntos, estos espacios apoyan tanto eventos estructurados como momentos diarios no planeados, reforzando el papel del club social como una verdadera extensión de la comunidad—integrado de manera reflexiva en su paisaje y vida cotidiana.

Nos atrajo la idea de que la arquitectura podría desempeñar un papel activo en fomentar la comunidad—que si el espacio era lo suficientemente atractivo y acogedor, podría reunir a las personas de manera natural. Un lugar donde los niños pudieran encontrarse y formar amistades, y donde los padres pudieran conectarse y construir relaciones dentro de este nuevo vecindario. Para nosotros, el verdadero desafío no era solo diseñar un edificio—era ayudar a cultivar un sentido de pertenencia.


Hoy, el club social supera incluso nuestras más altas expectativas. Se ha convertido en el club social más utilizado de Puertos y ahora se erige como un punto de referencia para futuros desarrollos en la ciudad.























