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Arquitectos: Chris Luce
- Área: 811 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Ana Paula Álvarez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. A pocos pasos de Casa Nu, y en diálogo con su esencia, surge un nuevo conjunto que refuerza una identidad urbana propia dentro de una calle secundaria típica de una localidad costera del Pacífico mexicano. Se trata de un conjunto de cuatro refugios de concreto cuyo diseño, detalles constructivos e interiorismo fueron concebidos para ofrecer descanso y esparcimiento a surfistas y amantes de las olas en el estado de Guerrero, México.
Además de brindar espacios óptimos para descansar, cocinar, trabajar de forma remota y disfrutar la vida al aire libre con privacidad, el proyecto propone soluciones de alojamiento flexibles. Las unidades pueden habitarse de forma individual o en conjunto, adaptándose a distintas configuraciones que permiten alojar cómodamente desde 1 hasta 12 personas.
Ubicados de manera asimétrica en las esquinas del terreno, los volúmenes generan un espacio interior protegido y de carácter selvático, articulado por un bloque de servicios comunes y un generoso pasillo de circulación que conecta cada espacio. Cada volumen adapta su forma al sitio, respetando los árboles existentes y respondiendo tanto al programa como a su orientación. Los cuatro refugios varían en su configuración interior y en el tratamiento de sus fachadas, proponiendo vistas controladas y relaciones diversas con el entorno. Pueden ser habitados de manera independiente, reforzando la privacidad, o bien coexistir sutilmente como parte de un conjunto.
Nami, el bungalow de 156.15 m², cuenta con dos habitaciones ubicadas en la planta alta, una de ellas en voladizo sobre el área de acceso, servicios y estacionamiento. El volumen principal alberga un living de doble altura con vistas a un frondoso árbol de mangos. Además de las escaleras interiores, incorpora una escalera exterior que permite el acceso independiente a la segunda habitación, para funcionar en formato lock-off.
Los bungalows Sich y Lua, con superficies de 153.54 m² and 141.30 m² respectivamente, presentan una distribución interior similar, aunque difieren en sus fachadas para responder de manera específica al asoleamiento y a las necesidades de privacidad. Cada uno incluye una habitación principal, un mezzanine adaptable según el tipo de ocupación, y un área de living con doble altura. Al exterior, ambos cuentan con un comedor techado que diluye los límites entre el interior y el paisaje circundante exterior.
Ona, el bungalow principal, con una superficie de 190.65 m², tiene dos habitaciones en su planta alta. En el nivel inferior alberga un living amplio, con vistas hacia tres pequeños jardines individuales ubicados en cada una de sus fachadas. A diferencia de los demás bungalows, Ona no cuenta con doble altura; por ello, se proyectó un entrepiso a 4 m de altura que permite mantener amplitud sin sacrificar superficie habitable.
Los jardines de cada bloque se aíslan entre sí para ser disfrutados de forma individual o se integran mediante un ingenioso sistema de puertas, mamparas y jardineras rodantes, generando un espacio común que fomenta la convivencia entre los ocupantes. Este espacio compartido se articula a través de un acceso central que conecta los cuatro bungalows mediante un pasillo generoso y sombreado. En esta área (169.75 m2) se integran también elementos funcionales para la vida surfista: racks de madera para el resguardo de tablas de surf, regaderas exteriores para refrescarse y quitarse la sal después del mar, un medio baño para uso común y un cuarto de lavandería para uso del staff.
El complejo cuenta con piscinas de inmersión en tres de sus bungalows y emplea tecnologías sustentables; desde volados y celosías de madera para controlar pasivamente el asoleamiento y reducir el consumo de aire acondicionado, hasta una planta de tratamiento de aguas residuales para su reutilización en el riego de áreas verdes, así como un sistema de paneles y calentadores de agua solares que abastecen la demanda eléctrica y de agua caliente.
