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Arquitectos: Cristián Romero Valente
- Área: 192 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Juan Pablo Calderón
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Proveedores: Coggiola Mármoles, ATL, Led Studio, VERRE, Valmex

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en la costa de Los Vilos, en el norte de Chile, esta vivienda se proyecta como un refugio en estrecho diálogo con el paisaje. El objetivo fue crear una arquitectura que enmarcara el horizonte y permitiera escuchar el mar, mientras se protegía del viento sur característico de la zona. Esta búsqueda definió el emplazamiento y el uso de un muro continuo que resguarda los espacios interiores, sin interrumpir la apertura total hacia el océano.

El acceso se resuelve mediante un piso tipo rampa que conecta el estacionamiento con el ventanal del hall de entrada, como un paseo gradual que prepara al visitante para el encuentro con el mar. Este gesto se complementa con patios interiores que organizan la planta, aportando luz natural, ventilación cruzada y una transición fluida entre los distintos ambientes.

La vivienda se desarrolla en un solo nivel, con un esquema lineal que une el acceso con el área social y la terraza con piscina. Los espacios comunes estar, comedor y cocina se abren completamente hacia el paisaje mediante grandes ventanales, mientras que los dormitorios se sitúan en los extremos, resguardando su privacidad pero siempre conectados con las vistas al mar y la luz natural filtrada por los patios.


Los aleros son una pieza central de la arquitectura. Proyectados como extensiones horizontales, controlan la radiación solar, crean sombra y diluyen el límite entre el interior y el exterior. La estructura de estos aleros se compone de vigas de acero tratadas para resistir la corrosión marina, integradas en la cubierta como parte del diseño y la durabilidad de la casa.

La materialidad se mantiene sobria y honesta: hormigón visto en los muros principales, madera que aporta calidez y textura, y grandes paños de vidrio que reflejan y capturan el paisaje costero. La combinación de estos materiales, junto con el diseño de patios y aleros, crea un microclima confortable y un vínculo permanente con el mar.

La casa Rima es un refugio silencioso, pensado para habitar el paisaje costero con una experiencia sensorial completa: sentir el viento filtrado, escuchar el mar y contemplar el horizonte en calma.
















